512 REVISTA CATOLICA 27 de Julio, 1924. por vía de distracción, con los enormes desplantes del Sr. Efraín, con sus peregrinos modclitos de lógica y con sus flagrantes muestras de falta de decoro y de honradez. Decimos, por vía de distracción; porque nadie que tenga un poco de ilustración y de dignidad va a tomar en serio las inepcias de gente que demuestra en sus escritos y en su lenguaje no tener ni siquiera un tenue baño de formación intelectual, ni un adarme de educación. A SAN IGNACIO DE LOYOLA. Cuelga Ignacio las armas por trofeo de sí mismo en el templo y con fe ardiente espera que las suyas le presente quien le infunde tan bélico deseo; que así en dejando al pastorcillo hebreo el real arnés le dió una fiel corriente limpias las piedras con que hirió en la frente altiva al formidable filisteo. Salid, pues, nuevo rayo de la guerra, a los peligros que producen gloria; oprimid fieras, tropellad gigantes; que si al valor responde la victoria no dejaréis cervices repugnantes ni en los últimos fines de la tierra. Leonardo de Argensola. EPIGRAMA. Vi a Cecilio antes de ayer con fúnebre gasa negra, pues se le ha muerto la suegra, su cuñada y su mujer. ¡Ay amigo, esto es cruel! me dijo entre duro y tierno; los tres se han ido al infierno cuando yo he salido de él. VARIEDADES Una anécdota. Un predicador1 decía en el púlpito que todo lo que Dios ha hecho es perfecto en su clase. Un jorobado que oía el sermón fué luego a la sacristía y le dijo: —Según la doctrina de usted, Dios ha hecho perfectas todas las cosas. —¿Qué duda usted? —Pues bien: mire usted esta joroba; se atreverá usted a asegurarlo así ahora? El padre lo miró con mucha atención y contestó con toda gracia: —Hijo mío, tú enes una prueba más de lo que he afirmado, pues en clase DE JOROBAS, NO HE VISTO UNA más perfecta. La desgracia tiene dos ventajas: sirve para probar » los amigos y para depurar la virtud. El hombre de bien es como las plantas aromáticas, que cuanto más se pisan má.s perfume exhalan. La razón y el ánimo varonil soportan y combaten las desgracias; la prudencia y la religión las vencen. La resignación sirve de alivio en las desgracias; la impaciencia y la queja las irritan. Los prudentes se instruyen con las desgracias ajenas; los imprudentes y los locos, ni con las propias. W i ü LOS ITALIANOS EN BOSTON, MASS. Más de quince mil italianos llevan en procesión por las calles de la ciudad la estatua de Nuestra Señora Della Lettera.