*> ___________ ____________ LA PENUMBPA._____________ _____________________ neta como un globulillo do Jabón, pues tí proporción do nuestra esfera, la costra que forman la tierra yi los mares guarda la misma razon que aquel. ¡ La primera costra solida (pie se lormó en la superficie de la tierra por la asimilación de las materias solubles (pie existían sobrenadando crr la ma-; sa líquida como la sosa, la potasa, el amoniaco, la-magnesia, la cal y otras muchas sustancias, fue tan' delgada, que de cuando en cuando se abrían minen-; sas grietas por donde brotaba el fuego volcánico, j formando altas y extensas montanas. । Las aguas que contienen nuestros mares flotaban en estado gaseoso por las mas altas regiones de 1:V atmósfera donde se liquidaban y caian en torrentes i de tempestuosa lluvia, volviéndose a evaporar so-f bre la superficie abrasada de la tierra; hasta, que después de mil siglos de lucha entre los ele-, montos de Vulcano y de Nctuno, éste, pudo sentar; sus reales sobre la superficie de nuestro planeta. \ Nuevos cataclismos y nuevas catástrofes se su- ¡ cedieron; la tierra volvió á vomitar torrentes de; encendida lava que engrosaron y solidificaron mas; y mas la costra terreslre; y después de variadas ¡ trasformaciones, comenzó, la vegetación y luego > las vivientes especies. Siglos y mas siglos se pasiron, y nuestro planeta comenzó tí engalanarse con los encantos de la primave^ra, y á cubrirse de llores preparándose, por decirlo asi, para recibir en su seno al hombre, al ser racional, que por primera vez apareció sonriendo sobre el mundo y dominando con su vista y su inteligencia los dominios de la Creación. . JOSH M. CARDENAS. _____ ________________ _______ ____________ ______ ZZ, ___________________________________________________________ . CARTAS DE INVIERNO. ( GonHníia.) - Mas á seguir sobro esto no me atrevo Que por mas que dijera, diña poco. Y lo que es peor do todo, nada nuevo; Que no habrá uno de vosotros todos Que no conozca á “Amor” de varios modos. Y volviendo al asunto: Comprendereis por lo que dicho queda, Sin obligarme á ser ya mas difuso; Que tanto Magdalena lucho *y puso Su constancia á la prueba. Que al fin le sucedió como al que llega Á jugar con la lumbre por antojo; 50 quema un pié, resbala y en su enojo Después de que cayó én algún abismo, . 51 no haya á quien culpar, en ando á si mismo Se debía culpar, dice atrevido: El destino fatal me ha condenado, Luchar contra el destino está vedado. Mas en el incidente que ha ocurrido Quizá no es ella sola la culpable. Y para que juzguéis debo deciros Que entro aquellos amigos Que Magdalena recibir solia, So cncoLtr.iba Don I.:inro Monte;-¡nos Casado ron Gertrudis do Garuia. Contaba lauiro veinticinco abriles Al frecuentar la casa de Cornelio, Y hacia dos que la amistad burlando De éste, y la ic que á la García diera, En ilícita union con M••gJaleña Se pasaba una vida j-,t:u*enter;i. Con sin igual desprecio recibía De la gente sensata el anatema, Y al suponerme yo que no afiigia Su curazon algún remordimiento. Es por que a luz de todos iníringia Del Decálogo el nom) mandamiento. Mas la invonstaucia quizo que ei castigo No se tardara ya para Don Lauro, Y cuando mas enamorado estaba De la adúltera esposa Magdamna Recibe de ella la consisa carta En que le dice de rencor agena: ‘•Don Lauro Montesinos: líe meditado b.en lo que es mi Jallo, En la (pie vo^ «.eneis una gran parte; Sobre mis pasos vuelvo arrepentida. Y os ruego que olvidéis, como se olvida Cuando todo es fingido; Pues de otro modo me veré, con pona A deciros que nunca ha conocido A Lauro, Magdalena.” Como rueda la encina envejecida Al rudo golpe del tremendo rayo. Cayó el amante en lánguido desmayo. Perdiendo cu cada queja 1; n átomo de vida; e Y habría terminado su existencia Si tan presto no __ ocurren á. la ciencia. Mas vuelto en sí, desesperado y lucxo A la calió se lanza siu demora Con el fin de pedir esplicaciones A la que tanto adora. Fueron en vano sus dolientes quejas Y en vano fueron sus sentidos ruegos. De sus ojos las lágrimas corrieron, Sin que día diera una palabra sola De tísperanza ó consuelo; Y en su delirio insano y atrevido Juró vengarse hasta del misino cielo Y huyó despavorido._____........... Mucho amaba Don L;ul*o á Magdalena Y en vano procuró de su neinória Borrar todo recuerdo. En la noeite serena, Cuanílo en la Akk-a reposaban todos. Disfrazado coma aquel amante, Y por la calle de diversos modos Pasaba y repasaba á todo instante Buscando en cada sombra Algún rival dichoso Que hurlando al esposo JiO destrozaba sin piedad el alma; l*ero el silencio apenas Fes[M>ndía A su peni ida calma. Con el mutismo solo in tornan pido De cuando en cuando por algún gemido. Cierto presentimiento le decía. Que otro mortal gozaba los favores De que él gozara un dia Con la adúltera es|K>sa; Y al fin logró mirar que sus temores Dejaban la apariencia va gotosa De indicios, y tomando proporciones