Organo Oficial de la Conferencia Mexicana de Occidente de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur. NUMERO 60 EL PASO, TEX., DIC. DE 1937. EPOCA II EDITORIALES BREVES Cristo Vino a Libertarnos No solamente son presos los hombres y mujeres que están bajo las frías rejas de una cárcel, o los que se encuentran en inmundos calabozos, o con grilletes. ¡No! También somos presos los hombres que adolesemos de algún vicio o de alguna pasión mundana y baja. Si bien es cierto que la celda de la cárcel consume y acaba la vida, más cierto es que la práctica de algún pecado o mal hábito carcome el corazón, destruye el organismo y lleva al hombre a la ruina, a la desgracia y a condenación eterna.. Gracias a Dios, porque Jehová suelta a los aprisionados. (Salmo 146:7). Muchísimos años antes de la venida del Gran Libertador de los prisioneros espirituales, Jehová el Redentor, pronunció éstas palabras: “El Espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió Jehová; hame enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel’*. (Isa 61:1) Con razón cuando escribió el santo apóstol Pablo su segunda carta a los Corintios les dijo: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde hav el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. (2da. Cor. 3:17). ¡Qué gran verdad! Solamente disfrutando de la divina presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones, podremos estar libres de la cárcel en la cual muchos de nosotros hemos estado por tanto tiempo. ¿Y ahora qué vamos a hacer? Cuando alguna persona comete tina falta y es encarcelada, recurre a todos los medios posibles para obtener la libertad; cuando la obtiene y sale de aquella cárcel, siente en su corazón un grande gozo. ¿Cuándo y cómo saldremos de la prisión donde por tantos años hemos estado atados con las cadenas de nuestro mal carácter, orgullo, vanidad, vanagloria y de otras pasiones mundanas? La oración es uno de los medios que desde luego debemos aprovechar. El Salmista clamaba: “Saca mi alma de la cárcel". ¿Y a qué medios recurrió la iglesia, cuando el apóstol Pedro estaba en la cárcel? “La iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él . (Acts. 12:5). ¿Y cuál fue el resultado? El ángel del señor sobrevino, y una luz resplandeciente en la cárcel; e hirió a Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de las manos. (Acts. 12:7). Cuando la luz divina y refulgente del Espíritu Santo, ilumine nuestros pobres corazones, hasta entonces caerán las cadenas y ligaduras de nuestras pasiones y pecados. Quedaremos en libertad y una alegría indescriptible inundará nuestras al mas y también “Hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”. (Luc. 15:10). Otro de los medios para obtener la libertad, es el estudio continuado, la reflexión y meditación profunda de las Sagradas Escrituras. “Conoceréis la verdad y la verdad os libertará". (Juan 8:32) Quiera el Señor que si todavía nos sentimos presos por medio de la ligadura de alguna pasión desordenada, clamemos desde luego al Señor, leamos persistentemente la Palabra de Dios y sin duda, El se compadecerá de nosotros, extenderá Su mano divina para trabarla con la nuestra y nos dará la verdadera libertad. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres". (Juan 8:36). Cuéntase que en cierto museo, tenían encerrada en una jaula a una hermosa águila, aunque todos los que visitaban dicho museo admiraban aquella preciosa ave, sin embargo, e} águila estaba triste, soñolienta y semientumida. Su instinto, le hacía levantar de vez en cuando su cabeza y dirigir su mirada hacia el cielo, probablemente recordaba de aquella libertad de que antes disfrutaba y de cuán feliz era cuando se remontaba en las alturas pudiendo con facilidad traspasar hasta las mis mas nubes. (Pasa a la 7a. plana)