VIAJE CKNTRO DE LA TIERRA —POR— JULIO VERNE XLllL A «ode lx* ocho de la mafia»» eo-brerioo uu nuevo incidente. Ueaó de repente e! movímínlo aacenaional, y I» almadia so quedó abaolutemente In-móviL —¿Qué ocurre? preguntó, cauaaoda-m aquella detención r ipentina el efec-t> do un choque. —Cn alio, rwpoodió ral lio. —Ha ooocluúlo la erupción? —Eaperoquéno. Me levante y miré alrededor, aunque en vano. Tal vea la almadia, detenála poruña roca caliente, oponía unareaia-teucia momentánea 4 la acción eruptiva, en cuyo cano, faena era librarla cuanto antea del obatáculo. Poro no habia obatácnlo ninguno La columna de oenitaa, de e iccria» y de piedra* habia laralnn dejado do subir —Se lialrrk de'.coi lo la erupción? —Ahí dijo n>i tio entre diente»; tranquilízate mucho; exte momento-de calma «eré paaajero; cinco minuto* hace que no noa muremoe; pero no UnlaremiM en ascender suavemente hicia el oriflcio del cráter. El prof-iior , taieutra* hiblaba, con a litaba ioCTuantem mtotii cronómetro y tenia tel vex razón en en* prondeti, cu*. Volvió la almadiaá auóir rápida y Fieonteiuntamouto por repacía do dos minuto», y se iletuvo de nuevo. —Bueno, dijo mi tio, mirad te hora, dentro de diez minuto» no* pondremos otra vez en marcha. —¿Ilie* minuto»? —Si, no» bal lamo» en nn rolcau eiyu erupiioo e« latermitontu. No* d >ja respirar mientro» él respira. Ad era te venia. Deipua de otra tletencion de diez minuto* fuimos de nuevo empujado* naccnaionalmente con la mayor velocidad. Neccaidad teníanlo* amo* un efecto do re percusión. N i puedo decir cuántas veces snbi-uiu* y no* detubimoa. Sólo sé que onda vu que so reprtKiecia el tnovlmmto ura mayor te fueza que no* impelía, arrojándonoe romo nn verdadero pro-yecl8. Durante !<■ arto», noe abogaba-moa; durante te aactunon, el aire no* cortaba el alinta Pensó un instante en el deleite qne eeprimeuteria viéndome lúabitamonte trasladado á la* re. gkero Iperbóreaa «m un frió de 30 ° lujo coro. MI liituagenneicn «xalldadx divagaba por lo* llanura* de nieve de ias'comanaaártioax y esperaba coa i>n*ia el momento de tenderme sobre te alfombra del polo. Por otra parte-tan repetido* aácudltneotoa llegaron á 11HItornir mi vabexa, y max de un» vex ote lo* vigoroso* brazo* de llana, me hubiera rolo el cráneo uuutraloe muro* de granito. No oooeervo, por lo tanto, ningún r jcunlo preciso de lo que pasó • en a* ciguientee hora*. Solo me queda un «cMUininto ooofuso de detonoi-looe* ooutiuaa, de te lo-.nm.Kion de I* mas» terrestre, de un muviminto girtorio que • j ipoíjró d* taáfm'tlU, U cual ae bal.ncel» tn un oleaje de lavas y «a moho de una lluvia de >-raizaa. Quedó redoMla *> ruidosa* llamas, activando b» friega* suliterráneo* un huracán furiow que perecía prucodhlo por un '-. ..iltador imrenw. Por Altima ora se me upureeló d seoililanti’ iba Han» en i,n redijo de iaremlio, y no rae quwló rn i« reusseion que el sinlretio «pauto de-i que estuviera etado 4 ta bo..-» de uo eafion en el momento de diepararse el cafionnjui y dUperasrse «tu miera, broa por *1 aire. . XLIV. Ceandu abri lo* ojea, me sentí saldo de I* cintura por un* mano vigoro»* del guia, el cual con la otra mano •ostenta á mí tio. Yo nótenle ninguna hurida grave, sino un quebrantamiento general, como *1 mu hubleeen molí loá p*)o*. Me encontró tendido en la . erticnte de te mooteila, 4 do* piso* .fe un* aapantoes sima en que podia precipitarme *1 roeeor movimiento. Han* me habla arrancado de la* garra* •le 1a muerte mientra* estaba rodando l>or lo* ÍM>nie* del unltor. —¿Dónde «tamos? preguntó mi tio, que me pareció estar muy Irriteiio ¡«i haber vuelto 4 la euperflcie de i* tierra. El cazador, que no lo sabia, manifestó su Ignorauci* encogiéndose de hombros. — Kn lelaodia, dije ya —Ntj, respondió Han*. —¡Cómo! ¡no! e*d*mó el profeeor. —Han* ae equivoca, dije yo levao-táiNlomc. Deepues de las innumerables sorpresa» de aquel viaje, otra nueva no* cataba reservada. Yo esperaba ver un cono cubierto de nievee eterna*, eo medio da los áralo* desierto* de las re-gioi.ee septénlrioaxlea, bajo lo» |>álidoe rayos de un cielo potar, mas allá de las más elevadas latitudes, y contra toda* estes previsiones, mi tío el hlan-dé* y yo estábamos tendidos ni raedlo ile una oolio* calcinada ¡er el sol que ara rw-tificar lo» errores de mi tan-g i nation. Quería por ki menos hallarme en Spitzberg, y ni 4 dos tirones me hacia s-iltar nadie este idea. El profesor fu» el primero que tomó ta palabra, y dijo: —En efecto, cate paleaje se parece á Ulandte como un hncro 4 ana caita-fia. —¿Y 4 te lata do Juan Mayen? res-pendí ya —Tampoco. No «r éste uu volean del Nortu con ana colmas de granito y su turbante de nieve. —8to emliarga.. —¡Mira, Arel, mira! Encima de nuestra cabeza. 4 un* distancia de 5* 0 pre*, se abría el cr4-ter de un volcan por el cual, de cuarto en cuarto de hora, *e espiraba ooo espantoso estrépito nn* alte columna ile llama*, mezclada» con |uedra pómez, lavs* y cenizas. Percibía la* convulsione* de te montafia, que respiraba 4 la manera do la* lialleiias, v arrejshn de cuando en cuando fuego y aire por sus enorme» ruspirAculoe. Debajo, torrente* de materias eruptiva* se eitcodiaa ¡>or un* pendiente baatento rápida 4 uni profundidad de 700 4 800 pies, lo que no liegalm 4 dar al volcan una altor* total de 300 toras». Su base dc-ucpvrecla en un busque de árboles verdes, entra los eualca distinguí olivos, higuera» y vlfia» cargada» do racimos colorados. Faena ara convenir en que «quel nn era el aspecto de tas regióos» ártl ea*. Cuando I* viste traspaaab* aquel verde recinto, pe psnlta rápidamente en las aguas do uu mar admirable ó de un tero pintoresca que hacian de ac¡ue!te tierra encantadora una late que uo tente de ancho mas qn* unas cuantas leguas. l*or te parte de k-vante se descubris una rada, precedida ds CW-to número de cas*», en te cual, alsua-xn Impulso de la* azotadas ola*, *e mwfec alguno* buque» de una form:, jerlloular. Maa allá, ae devlecnlwu de la liquida limar* giu^>»’de liiole» tan ouutoroan qu* ¡Mr -dea u-i Imn U'Ktulguero. Bfcte ¡Mniiente i- na* cmtaa tenninaban d horizonte. pnrtllsmlo» alguna* tnon tafias azulas de uav eonfovmzctoo armoniosa, y en otras, mas en lontananza, itouvillaba un roño |iro,ligíu*aai<-a-te etevado, «n cayo vértte* w agitali* un peoacbo de humo. Por el lado del Norte centelleeha, reflejando loe rayo* a-llares, ona iumenaa «tensión de agua en que xpaivni in a trecho* alguna» ariioladorxaó algunas vda* blm-badM ¡wr el viento. Lo que aquel «pedáculo tente pera ncaotrua de imprevisto oentoplicaba su* eut-antue. —¿Dónde eetamos, dónde oatemos? murmuraba yo. Han* cerraba lo* ojo* con indifercn ola, y mi tio abri* los auyes romo cm-Ixibarta Cualquiera que esta montafia *ea. dijo en Un, hace eo ella uu poco ile calor, lia esplostone» se suceden, y no me baria maldita I* gracia habersalido de una erupción |i*ra que me descata-braso un pefisaro. Bajemos y sabremoe 4 qué atenernos. Adfiuá». ins eatay muriendo de hambre y de seil. Decididamente ne era el profesor un hombre npasionailo 4 I* vida contemplativa. Pero yo muy de bui-mi gana, olvxtanilo la ncuesidsd y la* fatiga* hubiera pcvmanecidfi largas horas en aquel sitio. *1 uo hubiese tenido que seguir 4 miacornpafieroa El talud del volcan presentaba niny rápido* ¡■endíenu-s No* deelizáliaieoe por luirranroa de cenizas, evitando euidailoeamcuU: loa rayo» —¡EeUiuro en Asia, eaclsmaba, «i la* vo&tae de in India, en In* i*la* Malaya», en plena (ken nía! Hemos atravesado I* mitad itel globo y aatlmo» por los antiprwl** de Europa, —¿Pero la hrúlula? nwjiomlló mi lia —¡Sil ¡la bnijula decía yo sin aalier que decir. A dar crédito 4 lo que ella dice, no* hemos dirigido conatante-mente *1 Norte. —¿Ha, pues, mentido? —Mvn'.iilo. '' "^¡'a no Mr que ésta sea el jxito Norte! —¡El polo! no; pero.... El hecho era inerplicablc, y todos loe «fuerzas de mi imaginauioa erar, iuálilra ((¿tiiiuaia) STTTIDEKrTe. —or rax— Sraijui iteittH llllirui MLU» “BU Heraldo" A weekly Speniab newxpxper, pa-bibbed la Txoe N. M. S8TABLI8HKD 1884 HT"A more thorough xml practical knowledge ot the language In every day uno ian I* acquired by rexiiiug a n«»»paper than atmiylng text-hooka. MERCHANTS ea3f Wko inUh to extend tKelr IrtMie i* rkrthw'itr* New Mexieo owl Souther» Odorado ebcxxM Mverti* InlXeiolumaaot ■■Xi. Ila- By pruistcut effort for three years it has attaind a Large Circulation i'.'hk-h is incraaiag rayidly aubwrtru*. r-« pew, to tire».» On. ),ar -»« au i»ootto IX» Fiend your tildrea foe aaropls copy and advintiaiog rate* Addreu Bd. "SL HKRALDO" Tkob - - jr. M. Suscríbanse a El Heraldo de Taos 8o!oM,OOel Ano. Great New Mexican Western Mills. RANCHOS DE TA08, - M. M Pago el precio mas alto por grano de toda clase Tomando en consideration los precios retlucidot de trigo, he concluido rebajar el pago d* inotedn-. ra. Y ofresco tie moler trigo a 85 centavos la fanega, y garantizo BU TRABAJO. Alejandre Busdorf, Pro 0*su«.«fibMr MZiaiurv, asea of OH-«U««, »U4 W»W *•» Miorv Ote*. p.im i» inlcídoo «aro» nurMa* «>■•» <•1111» MW. nim. etoií-wu. Vreo. JEBMorgan&Co-^íti LIBROS ESPAÑOLES que se hallan de renta en la LIBRERIA En La Oficina del Herat, do, Taos, N. M. El Homancixo dxl Cid, lln*tnulo ron rancha» I4mlaa*. 1 temo 43 76 Lew MtizxABLX*, por Víctor Hugo. 5 tomos 6 50 El SzcaBTxaio Couxucixt., por Herrí Page. I tomo 1 25 L* Caxidad CaimzxA, novela por E. P. Bwrich. 4 tomos 6 00 L*» Velada» om la Qsimta, [xtr Madamo de Oenlia 4 00 Almacxx dx taz Szuoiitaz, aiiorniulo ron 100 gralwloe y 12 láminas. 1 tomo 4 00 Maml-al ux las IfxsoiiTAS, no- vísimo y rompido. 1 tomo 2 fifi El. Mozo nz DlxN Hcmoh, por Iligault Lebrun. Itomo 1 25 La* Avistusas di Tzlimaco, por Fencion 1 tomo 1 50 Centros r Mzxtizab, ¿er Rs-moo tranquilo. 1 tomo 1 50 La Caztomancia. edlcioo a-lor-nxda ron gralwk*. 1 u>mo 2 00 Edoakdo. ó un joven 06 inl gs-ueracioa 1 teme 1 25 El Max»Tito ni Ksouila, por Federico Bou lie. 1 tomo 1 25 Romaxciio dxl Cid, forro de papt-l. 1 tomo 1 00 U» Jovzx Mirrcuono, por Paul de Ktx-k. 1 tomo 76 GeoMirniA, y Trigonometría Rcctilinea, 2 26 TzaiDi-eiA di Lraxoa. por Marsh, obra de texto 8 00 Nuevo Cuno di Izotiu, non clave, por Hoberteoo. 3 00 Historia de Mexico. Cua torro dn tete. 4 60 * va<|ueta fina 6 00 " " " marruquiu 5 50 Libro* de Teste. f Compendio de Urbanidad, 15 JIMoria de Mexico, seep ANNUAL Mrtea *M quaeUM**. Jew e«aie e« wU* te rwiulred to 4» all thw tala** WtFMTilU,r» *« awka.Sab wtm.ie ot Uto v*ta* •< th* WCTYMUr UUIDB. Wfckh wUI b* *eat oaoa SofTrOOMERY WARD dTco' XU-U* Mlatesae Arese*. OhiMeo.llL CHICAGO COTTAGE ORGAN THB róPUlÍABOHQM KVXXY OMAO WAX-BAXT1T- VOX rrre TXAX* reTABiieMM» eertiTATieii. cxeqcABX* WAtetmeak aMiLxr» woxxizs, nxarr ■Aieezaz. iaatroetlas Bsska sad Piase Steele. ou™«=r«.ea rn™ i**.™ HfSHrttm, saw MF-fM «me M6A1 co. aiKieu. -u