2 El Mensajero “El Mensajero Bautista” Es el periódico para todos los Bautistas de habla española REDACTORES: Agustín Vélez, Josué VAi.dé£v Josué G. Bautista. ADMINISTRADOR: J. E. DAV1S CONDICIONES: 1. Verá la luz pública, el 1*? y 15 de cada mes. 2. El precio de subscripción será de veinticinco centavos por cada cuatro meses. 3. Se recibirán estampillas de correo por cantidades menores de un peso. 4. Ejemplares se mandan gratis solamente una vez. Los que quieran subscribirse deben mandar luego su pedido, e invariablemente acompañado con el importe de ¡a subscripción. 5. Invitamos la colaboración de nuestros subscriptores. Las noticias y artículos deberán ser lacónicos'y propios para un periódico religioso de las dimensiones del nuestro. CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES J. E. DAVIS. BOX 667. EL PASO, TEXAS ‘Roca dela Eternidad'. Una noche, hace 160 años, un evangelista que apenas podía leer y escribir, predicó un sermón en un establo en un pueblito de Irlanda. Sin duda, la opinión general de los que asistieron era que el culto no era sino un fracase, pues el único que fué convertido era Augusto Toplady un muchacho de diez y seis años. Probablemente el evangelista poco conocido cuyo nombre se ha olvidado, pensara también que había fracasado. Pero si consultáis los him-narios que se usan en todo el mundo en el día de hoy, veréis el nombre del muchacho convertido en el establo aquella noche—Augusto Montague Taplady—encabezando el himno, “Roca de la Eternidad.” Toplady llegó a ser predicador f Bautista escribió esc himno, “el mejor conocido, más querido y más extensamente usado de todos los que jamás se han escrito.” Toplady murió, joven-todavía, con las palabras dé su himno sobre sus labios, y durante el siglo y medio que ha transcurrido desde que fué escrito, miles de cristianos han volado al reino celestial cantando este glorioso, himno. El Grab Stuart, un valiente caudillo de la Confederación durante la guerra Civil, en este país, cantaba este himno mientras que su sangre _ corría por las heridas mortales que recibió en la batalla de Richmond. El Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria, de Inglaterra, repitió las palabras de este mismo himno cuando moría. Dijo: Si en esta hora, sólo tuviera los honores y dignidades de este mundo, sería pobre en verdad.” Cuando el barco “Londres” se hundía en la Bahía de Biscay, en 1866, los pasajeros congregados sobre cubierta cantaron “Roca de la Eternidad,"hasta que las olas embravecidas los tragaron. Un grupo de cristianos armenios que fueron brutalmente martirizados en Turquía, cantaban este himno aun cuando se les caía la espada. Era un himno favorito délos soldados moribundos durante la Guerra Civil. Cuando el barco Seawauhaka se hundió y muchos pasajeros estaban asidos de los salvavidas y restos del naufragio, una joven esposa dijo a su esposo:“No puedo soportar más". ‘‘Procura aguantar un poco más y vamos a cantar, Roca de la Eternidad." Y mientras cantaban, otros les ayudaron, y la dulce canción que se levantaba de entre las olas furiosas, inspiraba con nuevas fuerzas a muchos hasta que al tin llegó un bote que salvó a casi todos. Traducido.