Página 6 EL OBSERVADOR Una Palabra Oportuna. jjERMANO ACEVEDO, apreciables hermanos y amigos en la fe: Es muy grato para mí, y lo considero un alto privilegio traer a nuestro amado pastor un saludo fraternal en este día tan memorable. Digo, un alto privilegio, porque personalmente he conocido al Hno. Acevedo durante la mayor parte de mi vida. Guardo gratos recuerdos de él, como un dedicado y fiel siervo de Dios en aquellos años cuando la obra en tre los de nuestra raza apenas principiaba. LUEGO SEGUIMOS su carrera ministerial después de haber completado sus estudios prévios para predicar la santa palabra. Hemos gozado con él y llorado con él. Le vimos desarrollar un fervor al predicar el evangelio que Dios usó como medio para traer muchas almas a los pies de Cristo. Le hemos visto tornarse en un sabio consejero, un líder en el gobierno de nuestra iglesia, y un patriarca verdadero de nuestra obra. LA IGLESIA de San Marcos se honra de haberle tenido como fiel pastor duran te los últimos años de su obra en la mies. Las mejoras materiales que se han hecho bajo su pasturado son muchas. Los banquetes espirituales en los cuales ha presidido han saciado nuestra sed y hambre de saber más de la bendita palabra de Dios y de sus bondades. La iglesia de San Marcos se encuentra orgullosa que aún cuando el Hno. Acevedo no esté participando en el trabajo activo, él y su fiel compañera de tantos años, harán su residencia entre nosotros. Por mi conducto, hermano, y en las palabras humildes y sencillas que están a mi alcance, la iglesia de San Marcos y el Consistorio de la misma, expresan su amor para usted, y a la vez alza una ferviente plegaria para que la paz de Dios more con usted, que las bendiciones de Dios sean para usted, y que Dios le ame, como usted le ha amado. Cayetano S. Méndez Julio 1O. del 956.