- /.y-*"-' '• ' '■ ■ .. .. - . Las últimas reservas de Alemania se dirigen a la línea de fuego. LOS EXPLOSIVOS ALEMANES. En el preludio de 4a actual campaña, el famoso mortero de 42 que los alemanes usaron con éxito en -os sitios de Lieja, Namur, Maubegc y Ambe-res, fue causa de admiración mundial por la ciencia bélica germana. Todos los intentos de monstruos anélogos de gran calibre e inmenso poder destructor, habían fracasado en el transcprsp de la historia artillera y tocaba a los alemanes la gloria del triunfo; tenaces y constantes habían conseguido vencer los obstáculos balísticos y nada se resistía al avasallador influjo de los proyectiles gigantescos. Rendida .\pibercs. mortero audaz y titán ^p^gó sus fuegos y buscó reposó. quién sabe si nasta la ya próxima pripiavera. ¿liatrá influido zn este forzado, paréntesis el mal estado de los caminos, la red inundada de canales que surcan en Flandes el terreno de la lucha? Sa lo que sea. el caso es que el njofteyo de 4^ ni dispara, ni amenaza: es un secreto más de esta creciente lucha, un misterio más del porvenir de a campaña.. Los asombrosos de los pro- verbies del terrible mortero se de-t*en a Ia excelencia de los ««piqfcivos alemanes. El tro-, tyi. abreviación germana do trinitroto luol o trinitrotolueno. no estotra co SI que nuestra trilita. fabricada en ---------------O---------- Granada desde la memorable etapa en que regenteó la laboriosa fábrica militar de la ribera del Darro el sabio y prestigioso artillero general Ara-náz. Con la trilita, adoptada por nos otros antes que pueblo alguno la usase en sus máquinas de guerra, se sustituyó a la picrinita, como ésta, anteriormente. desbancó ai fulmicotón. Los alemanes nos siguieron a nosotros en él empleo de este potente explosivo que. constituye—la base y esencia de las gra?.ac!as rompedoras Germania la emp'ca en sus granadas. en sus torpedos y en sus miñas submarinas. La energía dinámica de la trilita. o sea del trotyl, pasa de cuatro millones de kilográmetros por segundo. Su estabilidad es la más interesante de sus propiedades, pv.c^ evita en la era de paz las dolorosas catástrofes que. como las del Jena y del Liberté, hunden. por descomposición explosiva de estos elementos, potentes acorazados. Los teutones usan , también • la trilita en las granadas de mano que arrojan a sus enemigos desde sus atrincheramientos de Flandes, en las lu chas cuerpo a cuerpo y en las bombas-nue desde los aeroplanos y zeppelines dejan caer sobre poblados y atrincheramientos e nsus frecuentes Excursiones. A e?t? explosivo formidable deben los germanos gran parte de sus éxitos en la guerra de sitio, de plazas y aun en la actual fase de guerra de sitio en campo abierto, y este explosivo, tan justamente encomiado, fue reglamentario en nuestro país antes que en parte alguna, gracias al laudable celo: a la labor plausible y tenaz, al constante estudio de un artillero español: el gerenal Aranáz. . I^as granadas rompedoras que l!e-Ván su nombre fueron los primeros proyectiles con carga de trilita: en el poTígonó cíe Carabáncfiél' rindieron un éxito franco las pruebas definitivas m año antes del conflicto melillense. y el triunfo del explosivo español halló eco en lejanos paises, que no dudaron en aceptar prontamente la nueva carga destructora. Cada una de nuestras granadas roin-.pedoras lleva 270 gramos de trilita, cjue bastan para reducir a polvo un muro de un metro de espesor. ¡Imagínese el lector cuáles serán los efectos d¿ 150 kilogramos del mencionado explosivo con que cargan los alemanes sus famosos proyectiles!.- Cabe pues, a nuestros artilleros. ? el legítimo orgullo de haber sido los.pri-: meros en emplear un explosivo que es hoy asombro del orbe por sus efectos y por sus condiciones. Y lo que en nosotros es motivo de orgullo, lo es para otros pueblos mas prácticos de fortaleza. Aurelio MATILLA,