que, según costumbre en la cárcel de Belén, los presos de ‘(fistinción** recorríamos los corredores correspondientes a nuestro departamento, una orden de la Alcaidía hizo que los capataces o “mayores** (presos ascendidos a jefes de departamento) procedieran, garrote en mano, a obligar a totlos los reclusos a pasar inmediatamente a sus respectivos departamentos, repartiendo al efecto alguno; garrotazos entre los retiacios. Mientras la orden se llevaba a efecto, los soldados de guarnición en la tárcel apuntaban con sus fusiles a los. presos que se revolvían desordenadamente en los patios, desde la azotea del edificio. Encerrada la totalidad de los presos en sus departamentos respectivos y cerradas fuertemente las puertas de estos, una detonación estridente y terrible. seguida de inmenso vocerío, se dejó o*ir hacia el lado poniente de la Cárcel. Una granada disparada no* sabemos dónde, había estallado en el patio llamado “de talleres/* haciendo víctimas a varios deteni