Lección III. HERALDOS DEL REY Enero 20 de 1929. BOSQUEJO DE LA LECCION Su na- ^’5 SH1V] 1. El Nacimiento de Jesús. Jesús, antes de venir a este mundo, era un gran rey en los cielos. Era grande como Dios y sin embargo, amó tanto a los hombres que convino con su Padre para dejar su esplendor y gloria y venir a la tierra como un humilde niño. Su nacimiento fué proclamado por los profetas y anunciado por los ángeles a unos humildes pastores que cuidaban sus rebaños en las montañas de Betlehem. Cuando el niño tenía cuarenta días de nacido sus padres lo presentaron en el templo, conforme a la ley de Moisés, y Simeón, un sacerdote muy ancianito, al tomar al niño en sus brazos pidió a Dios que lo despidiera en paz porque sus ojos habían visto su salvación, la gloria de Israel y la Luz de los gentiles. ¡Qué significativa visión la de Simeón! Jesús el Salvador era no sólo la esperanza de los judíos sino también la de los gentiles. 2. Jesús el Buen Pastor. Bien dijo el mismo Señor Jesús: “Yo soy el buen pastor y el buen pastor su vida da por sus ovejas.” El, como buen pastor cuida de todos los que vienen a él. Su amor y tierna solicitud no tienen límite. En una ocasión también dijo: “El Hijo dei hombre vino para salvar lo que se había perdido.” ¿Quién se había perdido? Fíjense bien, niños míos, lo que dice un texto: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino.” Así es que, Jesús es el Salvador de todos los hombres, porque todos se apartaron del camino de Dios. En la lección que estudiamos, el Señor Jesús les pone una parábola a los fariseos que se creían hombres justos y lo criticaban porque hablaba y comía con los publicanos y los pecadores. En ésta, les manifiesta que había venido a salvar a los pecadores y no a los que se creían justos. La parábola es muy hermosa y los niños deben fijarse bien en su significado espiritual: Un hombre que tenía cien ovejas, cuando regresó al aprisco vió que una de ellas le faltaba. Dejó a las noventa y nueve y salió en busca de la oveja perdida. Atravesó los llanos, escaló las montañas y recorrió todos los lugares en donde había estado el rebaño durante el día, llamando a su oveja. Cuando la encontró el buen pastor estaba rendido de cansancio ¿pero saben lo que hizo? La colocó en sus hombros y así