La Sombra pe Fuente
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Que los jóvenes deben óir palabras dulces y tiernas y no ponerles a la vista producciones virulentas como el ^pneto que apareció en el húmero 2 de), periódico ya citado, en buena hora; pero los jóvenes que sé educan en el Ateneo no oyen sino las palabras severas de la ciencia, ni se íes pone á su vista sino los libros de enseñanza; falta, pues á la verdad, el articulista cuando Sin fundamento asienta esa otra mexaptjtud; pqrqite los catedráticos no empleamos con ellos palabras amargas y ásperas,, ni, lee for-zaihos para que lean determinadas producciones. El periódico f'eí At^isnap” | y toda clase de periódicos están prohibidos en el Ateneo y malamente busca-riamos nosotros suscriciones entre los estudiantes; si- ellos las buscati no está en nuestras facultades impedirlo ni creemos que el celoso articulista pueda evitarlo.
Que desprestigiamos al Colegio criando empieza á reorganizarse, es otra ine-
i .pensarlo puede acarrear graves trastornos para el mismo colegio.
En efecto: la gente if orante, que por desgracia abunda, los su jerdotes que co-
euuu>ntos; eu bueua hora que se emplee Los jóvenes que vienen á educarse tí U sátira y se les ponga en evidencia; pe- este Establecimiento saben nerfectamen-ro es impropio emplear la calumnia pava’ te ó al menos sus padres deoen saberla, alcanzar el triunfo é indigno lanzar iu-i que no se les va er señar ninguna reli-eulp uñones uo merecidas cuando por gion porque la ley lo prohíbe terminante-ignorancia 6 falta de justicia no se pue- mente, y los catedráticos también saben de eomb itir en el terreno á que se llama, que les está vedado hacerlo,
A esto dltimo ha pasado con el apre- pelamos al testimonio de todos ciable joven Luis García Letona ul que-! nos, al del Director y Prefecto de estu-rer combatir el periodiquiu' llamado “el ¡ dios para que digan si alguna vez, ur_„. Ateísmo.” Su articulo publicado en “La sola siquiera, hemos qiiendo inculcar en Aurora de Coahuila” asienta una ine- los jóvenes nuestras ideas ó habládoles sactitud y n na calumnia páralos cate- de religion en nuestras clases. Sabemos drátieos del Ateneo Fuente que no es perfectamente que el Gobierno nos ha posible dejemos pasar desapercibidas, ya nombrado para enseñar determinadas porque directamente nos atañen, ya por- materias y a ellas nos cópcK'etainqs sin que como «soritores estamos obligados extralimitarnos un solo 4piee,t nías aún, a aclarar la verdad poniendo los hechos cuando las clases que desempeñamos no en el lugar que les corresponde.
Dice el articulista hablando del Ateísmo que se le informa que sus redactores son catedráticos del Ateneo Fuente, y en su concepto no es el mejor ejemplo que pueden dar á sus alúmaos.’' Esta razou que á su autor le parece de mu-ehúñino peso no tiene ninguno, porque ser ó no redactor de un periódico ateo no tiene que ver con dar buen ó mal ejemplo á los jóvenés, mas aún, cuando los catedráticos redactores de tal periódico no dan clases de moral ni de religion y se concretan únicamente al cumplimiento de sus deberes. Darían mal ejemplo si fuerau borrachos ó jugadores ó pendencieros y en sos clases predicaran contea todos los vicios', ó en el caso de | que por sn conducta fueran indignos del profesorado y se tolerara que desempeñasen las clases que el superior gobierno les ha encomendado. Pero cuando na? da de esto pasa, cuando ninguna persona en esta ciudad puede tacharnos de viciosos, cuando obedecemos ciegamente la ley en el cumplimiento de nuestros-------; -r----;----o—7-
deb^es, es impropio, injusto y despre- xactii ud del jóven'f Luis Gwrcia, inexac-ciable que se nos ataque con armas tan titud que sin p^nsáno puede acarrear mahw; que se lancen a la sociedad tales graves trastornos para el mismo colegio, asevetadones con Objeto no perjudicar- En efecto: la gente i; orante, que por nos ú nosoteos, ano al plantel de ense- desgracia abunda,.los su jerdotes que co-ñwiza que lleva el nombre (je Ateneo mo el Pac re ."Whuitt siempre han habla-Fuente.	do mal del Instituto, puedan valerse de

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