Cartas de Leoi)or Mi querida Luisa: me entero por tu última de que piensas permanecer en ese lugar todo el resto del año; prefieres la tranquilidad de tu casa de campo al bullicio de la ciudad; quizá tengas razón sobre todo si habías de venir a esta ciudad que tiene muy pocos, atractivos; y si además, como me dices, piensas invitar a tus amigas a pasar la temporada contigo, te puedo asegurar que te divertirás mucho más que aquí. Ya me entero de que deseas que te sugiera alguna idea para elegir tu trousesseaux de invierno y con mucho gusto lo hago. Uno de' los colores más bonitos para los trajes de la próxima estación es sin duda alguna el color de arena, el otro día vi una señora que llevaba un vestido de es- , te color y se veía muy elegante; esta- * ba hecho de una tela suave; el corpino era de cortes y llevaba como único adorno pequeños tabloncitos que se recofían en la cintura; se cerraba hacia adelante con una hermosa botonadura de concha; las mangas terminaban en un largo y estrecho puño que llevaba la misma botonadura del corpiño; la falda caía graciosamente en tabloncitos iguales a los de la blusa y todo el conjuntó era de una elegante sencillez; la dama calzaba unas altas botas de finí sima cabritilla del mismo tono del vestido y sumamente ceñidas al pié; completaba su indumentaria con un lindo sombrerito gris que estaba adornado con plumas de avestruz del mismo color y toda ella se veía sumamente distinguida, con esa elegancia sin ostentación propia de las gentes refinadas. Te daré una noticia: el último grito de la moda neoyorquina es el sombrero “Charlie Chaplin.” El popular artista de cinematógrafo ha dado su nombre a este sombrero y las jóvenes de Nueva York han acogido con verdadero furor esta moda, al grado de que casi no hay una Miss de las que pasean por Broadway o River side-Drive que no lleve una sombre-rito de este estilo; los americanos se muestran astisfechos de que por fin una moda no se llame Watteau, o Napoleón o Luis XVI o Carlota Corday. ni sea de estilo griego, o imperio o directorio sino que sea exclusivamen te suya, que lleve una nombre enteramente yankee. El sombrero en cuestión, no deja de tener su gracia; es un bombín igual al de “Charlie-Chaplin” solo que está hecho de fieltro de seda tan brillante como el del sombrero de copa y lleva solamente un listón gris o biscuit alrededor de la copa; se usa sin velo y es para llevarlo en la mañana nada más, y con un severo vestido estilo sastre, las pieles—si se llevan—han de ser muy lisas y para añadir un ligero toque femenino a esta indumentaria tan varonil se llevan aretes grandes con llamativas perlas en las orejas. En mi próxima te diré algo más sobre modas. Te abraza tu amiga. LEONOR. & y ULTIMOS ESTILOS CUELLOS Y SOMBREROS