»¿e* ik El Mensajero Bautista Preferir sufrir en esta vida con el Elegir es escoger de entre dos o más cosas una. La ¿lección juega un papel importantísimo en la vida del hombre. Desde que comenzamos a pensar, comenzamos a elegir. El hombre elige la virtud o el vi- # ció, la verdad o el error, lo bueno o lo malo, el gozo o la tristeza, la paz o el remordimiento, las bendiciones, o las maldiciones, la vida o la muerte, a Dios o al d'ablo. Negarse a elegir, es elegir; porque se prefiere la neutralidad, la cual en estos casos, está incluida en el vicio y en el error. No hay término medio. La virtud y el vicio, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte, están personificados por dos distintos grupos de hombres denominados: “Pueblo de Dios" y "Pueblo del diablo." Elegir el primero, es elegir la virtud, elegir la verdad, elegirlo bueno, elegir la vida, es elegir a Dios, el cual es toda justicia, es toda santidad, es toda paz, es todo amor, es la fuente de*toda bendición. Elegir lo segundo, es preferir el vicio, preferir el error, preferir lo malo, preferir la muerte, preferir al diablo, que es el padre de la • mentira, la fuente del error, el progenitor de las injusticias, el destructor de las almas y el inventor de toda maldad. - . Moisés PREFIRIO sufrir con el pueblo de Dios, que gozar de las comodidades temporales del pecado: TENIENDO POR MAYORES RIQUEZAS los vituperios de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque miraba a la remuneración. pueblo de Dios es gozar de las dulzuras del Creador, es preferir lo eterno, lo sublime, lo divino, es preferir vivir con Dios, y donde Dios habita, allí hay paz, hay unión, hay alegría, hay abundancia, hay tranquilidad, hay felicidad, hay dicha, hay gloria, hay amor. Elijamos al pueblo de Dios como nuestro pueblo, como nuestro compañero, como nuestro amigo. Una elección sabia significa una eterna bendición, una mala elección traerá la desgracia eterna, el lloro y el crujir de dientes. - jCtn-.- L 5 lectura devocional e Una señorita, preguntada por un amigo para que explicara la lectura devocional de la Biblia, contestó como sigue; "Ayer en la mañana reci- , bí una carta de uno a quien he dado mi corazón y dedicado toda mi vida. Yo confieso francamente a usted que he leído esa carta cinco veces, no porque no la entendiera en la primera vez, ni porque esperara encomendarme al autor con la frecuente lectura de su epístola. No era para mí una cuestión de deber, sino simplemente de satisfacción. La leo porque estoy consegrada al que la escribe. Leer la Biblia con esa misma idea es leerla devocionalmentc, y para uno que la lee con ese espíritu. es, sin duda una carta de amor." . COP.