4 El Mensagero Bautista Es por eso que nosotros creemos que la medida un tanto rigurosa que se pretende tomar, suprimiendo la enseñanza religiosa en establecimientos creados precisamente con ese objeto, no dará los resultados que se desean, sino que solamente servirá de tema a todos los escritores católicos, para gritar a voz en cuello, a los cuatro vientos de la tierra y con toda la fuerza de sus convicciones sectarias, que en México no hay libertad religiosa, ni libertad de enseñanza, porque el Go-gierno Constitucionalista se ha propuesto una cosa imposible: acabar con la Iglesia Católica, cosa enteramente falsa, pero que será creída por todos los fanáticos y todos los ignorantes que en nuestro país se cuentan por legiones. Reconocemos sin rodeos de ninguna especie que el gobierno tiene pleno derecho para exigir en todas las escuelas del país, tanto oficiales como particulares, se cumplan fielmente con el programa de enseñanza dictado por el mismo Gobierno y que no se tome ni un solo minuto siquiera del tiempo señalado para cada una de las asignaturas comprendidas en ese mismo programa; pero una vez que se haya cumplido con lo que manda la ley en este sentido, los maestros de las escuelas particulares deberían quedar en libertad para escoger un día o una hora que no sea de las destinadas al programa oficial, para impartir su enseñanza religiosa, la cual, entre los cristianos, se reduce a mía lectura de la Biblia y una corta lección. Además, es posible que los maestros en la clase de moral que tienen que enseñar a sus alumnos puedan ocurrir a la Biblia, sacando de ella los mejores y más altos ejemplos de que al estudio de otras muchas materias cuyo conocimiento es muy necesario a hombres y mujeres para . llenar cumplidamente la alta misión que tienen que desempeñar en el mundo; y segunda, que con pretexto de la enseñanza de la religión se atacan sistemáticamente nuestras instituciones politicas, se tergiversa la historia tanto de nuestro país como del extrangcro, con fines enteramente bastardos, y se insulta la • memoria de nuestros grandes hombres políticos, cuando estos pertenecen al partido Liberal, y por tanto, cuando han sido apóstoles de la civilización y del progreso en medio de nosotros. En vista, pues, de estos antecedentes que nadie podrá negar porque son muy conocidos de todos nosotros, parecerá enteramente justificada la conducta que se propone seguir nuestro gobierno en relación con la enseñanza religiosa que se ha venido impartiendo en las escuelas particulares; pero meditando un poco en la importancia y trascendencia que pueda tener esa medida para alcanzar los fines propuestos, se descubre, sin mucho esfuerzo, que ella modificará un tanto, la conducta dé los maestros de las escuelas católicas, en aquello que sirve para que se estudien con más empeño las asignaturas del programa escolar designado por los respectivos ayuntamientos de cada lugar, pero no servirá casi de nada, para que con el pretexto de la Aritmética, la Gramática, la Historia de México y la Geografía, los maestros clericales sigan sembrando en el corazón de la juventud, en mala hora confia--da a su cuidado, la cizaña de sus nocivas teorías metafísicas y el veneno siempre mostífero de sus abominables enseñanzas jesuíticas.