LA PENUMBRA
VACIEDADES.
El 1S de Julio.
tumba
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tas ru'tudes de sus hijos. '	\ del inundo le bastó un sepulero. al daeno de este sepu
Poco después acompañaba al gobierno en sn re ’ 1 " *
ras á desempeñar una misión importantísima: vol- ¡ vh> al Saltillo donde, en virtud del decreto provi-smnal del Presidente de la República á su paso \ r-ara el Norte, quedo como Gobernador del Estado, realizándose asi de sus ilusiones el ensueño musí <¡orado: i'-t. (iloMcion de mientra injusta depeudencbí dd Entad/) de Vadaurri y de (¿uiroya. Su último trabajo fue el 18 de Mayo <le 67 (pie canto al pueblo coahuiicnse el triunfo de Queretaro. El dia í): de Junio del mismo año dejo de ser. Murió, pero: < orno mueren solo los grandes hombres—en la mi-i seria mas completa, en la pobreza mas pura: su; sepulcro fue costeado como el de Colon, por sus; amigos; como el de Ignacio Ramirez, por estos y el t gobierno.	" I
Su cuerpo, cual materia perdióse entre el polvo; y en la nada: pero sus hechos cual su alma, vivirán \ eternamente, y las pósteras generaciones beñdeci-j rán su nombre y su memoria!	¡
Si, la patria de los héroes que en tiempo de los; Tezozomoc y de los Maxtla, produjera un Chimal-; popoca y un Izcuatl y cien guerreros mas, librán-j dose del servilismo ignominioso que doblegaba su¡ cuello y recobrando su preciosa libertad; la patria ¡ que- en 1519 produjera un Cuitlahuac y un Cuahu-; temoc, los hombres mas grandiosos que registra en| sus anales la americana historia; la patria que! oprimida rompiera á un solo grito las cadenas de! 300 anos, brotando de su seno un Hidalgo y un! Morelos, un Bravo y un Rayon, un Galcana y i un Guerrero; la patria que en la hecatombe Eran- i cesa produjera un Juarez y un Zaragoza que hieie-{ ran temblar en su trono al autor de la Saint Bar-: tholemi en Roma, al vencido de Sedan; esa patria j que Grecia del nuevo mundo, antes que á sus hé-¡ roes de Puebla y S. Jacinto, como aquella á sus! campeones de Platea y Maratón canta sus filósofos. ¡ sus artistas sus poetas;esa patria que primero imnor-1 laliza á sus Netzahualcóyotl y Lizardi, ásusGorozti- ¡ za y Alarcon, ásus Ocampo y Degollado;nueva G re-! cía también, encima del altar de los héroes de la; guerra, ostenta magestuoso el altar sagrado de losl humes de la paz; encima, del templo de sus genios I del valor, ostenta incomparables, magníficos, subli-[ mes. los genios de las musas, de la pintura y de laj ciencia.	|
Por eso yo en su nombre vengo hoy á venerarle, j Sus trabajos en la política y la diplomacia son su | timbre. sus leyes consular y de reforma son su hon-¡ ra. su protesta ante el ambicioso Napoleon peque-, ño su grandeza.	¡
Sus servicios fueron inmensos, sin número sus ! sacrificios, incontables sus esfuerzos.	!
Fue buen padre, buen esposo, bnen ciudadano:! fué desinteresado, fué patriota, fue sabio. ¿
Su )>atria y su Estado le deben un monumento; ( liando cumplan este deber pongamos en su
esta inscripción. S7 á Atejondro Afagno, el dueño
¡Patria, patria, llora, llora.... Esta muy negro tu cielo.
Y muy negro y triste velo Cubre tu faz seductora; Nc tiene rayos la aurora. Ni canta el ave en el prado. Ni la brisa ha despertado; No tiene el bosque rumores. Ni se han abierto las llores; ¡Todo, todo, está enlutado!
No ves?.... el sol hoy est¡ende Su fulgor amarillento, Pálido está el firmamento. Que sobre tí se sus|)ende. ¡Todo tu dolor comprende?... No bullen su agua los mares, Ni arde luz en tus altares; Muéstrase el mundo tu amigo Viniendo á llorar contigo Cabe el sepulcro de Juárez! ..
Duerme íú. muerto profánate , Til t¡ue pasaste^ valiente Llevando un cielo en la frente
Y	en el corazón un mundo? Astro en fulgores fecundo. El Universo es tu hislorm,
Y	el espacio tu memoria:
Pues nunca una tumba encierra Al que es {Mn^iiena la tierra Para contener su gloria?.___
Duerme..... tu patria se siente Honrada, con la foituna De haber mecido la cuna De mi hijo tan eminente. Brilla la gloria en su frente Como orla de blanca espuma Que leve sombra no abruma: Pues en su suelo lozano. Jamas produjo un tirano
Duerme, la Anáhuae amante Tiene hoy muy alta su frente Para humillarla obediente Bajo un yugo degradante; Pues que en la perla brillante Que se aduerme entre dos mares No tendrán tronos ni altares