110 REVTSTA EVANGELICA Febrero La señorita M., sigue viviendo en medio de la comunidad y dando su testimonio personal a favor de la gracia salvadora de Dios. Es un cuadro vivo, aunque en miniatura. del mejor fruto, no de la naturaleza sino del Espiritu Santo, quien habia renovado el suelo fértil de su corazón, que antes se hallaba tupido de los abrojos y espinas de los gustos y deseos carnales de este mundo. Querido lector, ¿en qué clase quiere usted ser calificado, en la de la primera señorita que dejó hermosos recuerdos de su habilidad y cultura estéticas o en la de la segunda que procura reproducir una débil miniatura del espíritu de Aquél que vino a salvar al mundo, pero al cual el mundo ha rechazado? Es nuestro privilegio, no solamente gozar de la gracia divina, sino reflejarla en medio de una generación perversa “hasta que El venga otra vez.” D. T. G. misma manera? El creyó que Jesús, que había dado su vida sobre el Calvario y que ahora le hablaba desde el cielo, era el Hijo de Dios y su Salvador. Yo creo lo mismo, y no me queda más que hacer que aceptar la obra hecha en la Cruz. No lo habia entendido antes: el que está sentado a la diestra de Dios, al satisfacer la justicia y el carácter de Dios quitó al mismo tiempo mis pecados, y me dejó libre para alzar la vista y contemplar el rostro de 'Aquél que me amó y se dió a si mismo por mi’.” Su primer impulso era acercarse al predicador y decirle que Dios había hecho grandes cosas para ella. Volvió a su casa regocijándose en su nueva experiencia feliz, para decir a su familia cómo la lucha con su pecado habia terminado, y cómo el que está sentado a la diestra de Dios le habia quitado todas sus transgresiones. --------(o) USO DE LA LENGUA ----o---- Dios dió al hombre dos oidos, el uno para oir las enseñanzas de la sabiduría humana, el otro para escuchar los consejos divinos; dos ojos, el uno para contemplar sus propios caminos y el otro para mirar por las necesidades del prójimo; dos manos, la una para ganar su propio sustento, la otra para aliviar las penas del hermano pobre; dos pies, el uno para ir a sus quehaceres los días de trabajo, el otro para transladarse a las reuniones de los cristianos los domingos. Pero entre tantas cosas con que Dios ha dotado al hombre, no le ha dado más de una lengua; lo que les debe enseñar que es preciso oír dos veces más que hablar, y andar y trabajar dos veces más que charlar.