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podia separar, es de un efecto dramático admirable;: bulo mas honroso rendido al talento de los jóvefl y por último, la ira4^ la uiuge^aup^se sieiit.e herí- aüeioymhís. ;;?Gayó el telón, pero los aplausos en da en su amor propia,Vpíó vé yue&q (tij-piia de ar* t/htos; Jós fritos y lá^áelanúieiones para que| lista, sus aplausos ry ^ligloHá iipNylefa nada y solo repitiera tan- seguid^ qiie^yoiyió á levantarsé| sirven de escarnió Mra los ifobtéX plmi" los süpe-¡ oirá vez y con mas perfección apareció el Vesu| riorcs, para esa raza de sangre azul extinguida ca-' despidiendo por su ancho cráter lava y llamas^ si en este siglo; la expresión apocalíptica qae<pro- ¡ el mar agitado presentando sus sangrientas olas| íiere es inconiperab1^, se siente hérída y sé de1iÓii-^v Slgúíó lüég¿úñ acto conmovedor, sublime, inde tic y ¡qué defensa! el noble, el orgulloso, el rico vép¿eriptible;el himno nacional, esa composición sin su pequenez, su miseria, su degradación, y callan: á cuyo eco brotan lágrimas de nuestros ojos, esa i| porque nada tienen que objetar, nada que decir, i piracion divina de Nunii cuyas notas despiertahí| nada que hacer.	i nuestra alma los sentimientos mas puros: saludé
El publicó estaba conmovido, electrizado, gente i los jóvenes actores que salieron jí recibir la j,,c había que lloraba n que desbordaba lo que scíitia! recompéhsa á sus afaífésT	,v'l
su al!pa¿ e<| aplanas prolongados que evitaban \ 4íGuéiq)b y	pérfectameiite mter
la continuación de la escena.	Hado: Soledad, Julio y * subfe todo AhrélTó des
La Srta. Soledad Rangel estuvo ea este acto ins-j peñaron sus papeles con tiflaustna y perfección pirada, verdaderamente anspimda, y los Sfes. Au- i El Domingo pagado á instancias de varias f fél¡oAraides y JésiiS M\ Carrillo á la altura de sus sonas se volvió á poner en escena l^ misma ^ papeles. Cuando acabpd acto, él público estaba! recibiendo los actores la óyaeioii uias/ éoinji satisfecho y espéfandó ansioso eí resultado. Se cantaron después del dfahia mías hériiió^s i h;El-téfcéé acto hó sé hizó: esperar mucho. Seria- pías cómpuéstiis por el Sr.;'A,,.VaÍites.?y;aÍTe^ mósiñuy egbistas, sino findieramo^■ ün homenaje á á la música de U herniosa Zarzuela -El Diabl la Sfta/RüfinaíRangéf qué'déséinpenu el difícil pa- el Podercoplas que fueron cstrepitosaméní pePdé Téfe$iaLeómó nñhbrtista cpUstiin¿da, y ól SH plaudidas y que se repitieron por complacer a| Anrelió Váldés á íjtiiéíi sé debe él éxito del dráma. Mico que lo pedia. á [ grHySí. y e plausos proloi
El tercer actó está ejocutádó éon maestría: ¡as dos.	; - S$8
pasiones dé &íhú^er la Hoyan al grado de En el destmpeilo dé ^Matb$hT,l1aSrtSí1 S8|í quered rhütor i?stí mhHdóf itias én éf memento de Rangel y o! Siy AprelÍQfy$i^s sy peyarotíg Hév^áéabósüItitiintoJséréVéteíísü (^rdzqn y sus los aplausos, inlerprctínído^nuy bien' sus :|w| écnthiiiénttis^yéf ihrhéhsó carinóx qtié profésala su la Srta Guerlbt y los Srsí Julio?íMartiwéz^|| íéspóábV tiéeh ¿jíié at ir d’liéWníq él ¡piinal caiga de león Valdes y Jesus M. ^afrilíó;4 sus itiatiós y prorrumpa cón íacéhtoÁ inimitable en
(layú el telón, pero los aplausos é¡
Vaíiíés
querer itiütáf 8 stf mhHdóf ma? éri ÓD
écnthiiiénttis^y éf ihméíisó carinox qtié proíé^a a su Esposó1/tócen ¿jué al ir áliééirie, él ¡puñal caiga; .
sentidas’hcíiifrihéibhbs háéiü/éF Aúttir dé cttento ec-siste; y luego, cuando vó qiie ^stis'écloé soU itiftín-dadbs, (jué ló'qué'érela sil rifafés" ^íi tierntehá. que Ástr esposó la adora; ctiriró árftés, étófío &oto?ia d "to- iiócKé sóíiri?' ¿11^	y
etiqué sé dééteh'pálhbfa^éító fóstiévateíti do éste íhuhdb'étigáñpsó tt hi inorad^ do Ids dioses y de los hpa y renombre J la J^e^y/áaalEg áégelés ? vvV;i;qti¿ sátisflrécitiir que desgracia! él ‘y rcjelbiraíi jas
vStibió hacé Whá ($d fítis HféfribléS éébphiónés; la se, que ha cqnipreudiihfnfpupi-pqh
lava azotudbs/mtíróétléjíi césaíya fóüó'éétí'pér^ sacrifican..oUG® didti. J. ^lalritelízbspoéa stí déséspéraésééflíjQ y! ", ; : lloró; déáea ^alvátóé* y’ijni^'wófír/^a^	* x
la causa -doló qristí suéedó, ¡ya que por siis ínálT diíóN cplóé la Vida ¿le su é^ptisó está oh peligró y sin espértiriza dé sálVacióh. La cósa sé .tieyftíniba, ¡ y en í^o mohiéntb dé désesperacióh infinita éif qüé j ;
se jüzghn peí’üMós;sih remedió; Bhtñca? noble antes j qüé todo, áphrecé Hcómpañticla de Rósséi por ua ¡ oculto stibtérraíiéo y les salvado la muerte¿déjañ-dósh ver étittinées él terrible Volca tí1 arrojando lava4 y tiñendo 'con sus rojizas llaínaS lás plas mages-trtósás dé la mar.	vé;-: --. y
Un aplauso general, unánime, coronó los ésfuei*- . zós dé los jóvenésiniémbrbs dé la Sociedad ‘■Juárez El público rió esperaba tal sórpresa- su ad-riiifaoioh rayóéri ¡lelírfo, sit delirioeri ñénesCy apláu-sós y bravos desaforíídbs grifos dé cntrisiasírio; fue-rtití W prtíébrimhéélóéuótitedÓsu^atiéia^iányé !
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l)á:abs punto íinuI :í <‘¿tá y^ lki'^ífi.JcroÍii«^ í cejando á los jóvenes aficionados no jujeu^í noble propósito liasüi «‘piL^M^ir Ja gloriosa e» sa que acometen; deséáhdctés'munfos tan tos y tan honrosos como los que han obteni exitándoles á <yiej|igaviiiNi|WrK*frjt<* el camií|| flore.s que se lian trazado, pues sólo asi darán
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;? CARTAS I^J^VIERÑQ.
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■' ■ Por qué alguno no ;di¿a/qne exagefq Lo que duró el silenció rió jo fijo;' ■ Peroesta. vez D¿iLáuro¡ 'fne él primero Que enx temblorosa ¿vw asi le dijo,? I \ ’ Al. marido inocente,	;t ;! ¡ ¡ r : t < h -í
Btitablaridóse el diálogo siguiente;,, ¿....
—Os tengo por tní amigo; \ é'# . Y como tál me íiabeis ácóñsejmlo 'b CuatMlo mis cuitas sin reserva os cligd;
.. Mas hay algunos helios del pasado r4 De dps año^ acá que no Jije ppdidoNí >,
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