4 EL MAÑANA ARENGA.... Sigue de la pág. 2 El Paso, vosotros habéis sido los sostenedores de la Bandera. Mientras en las demás ciudades, empegaron a mermarse las filas del exilio, vosotros os agrupasteis en el bloque firme, cuyo primer año de vida, estamos hoy celebrando. Este esfuerzo, loable en cualquier tiempo, lo ha sido muchísimo Aiás en el año doloroso de 1919, tan semejante al de 1865 que presenció numerosas claudicaciones en las huestes republicanas y pareció consolidar el imperio de Maximiliano sobre la noble sangre del general Arteaga. Mientras caían muchos paladines de la justicia y capitulaban infinidad de emigrados, vosotros encendisteis los cirios que se iban apagando en el 'altar yllevásteis mirra e incienso a los sahumerios agonizantes! En el año de 1919 cayó el indomable revolucionario Emiliano Zapata que venía batallando desde 1910. Un llamado general de división proyectó fríamente el asesinato y encomendó la negra obra a uno de sus adictos coroneles, quien demostró una maestría estupenda para la traición urdiendo y poniendo en práctica una serie de maniobras criminales que habría envidiado Picaluga. Yo nunca vi con simpatía la caótica revolución del Sur que se dedicó sistemáticamente a destruir sin llevar a la práctica un programa reconstructor. Sin embargo, Zapata cristalizó como nadie las aspiraciones de nuestras clases bajas,, quienes tal vez por mirar en él la terquedad de no doblegarse ante ningún gobierno, lo disfrazaron de Graco y lp convirtieron en personaje nacional. Zapata correspondió luchando hasta el fin por un ideal que entreveía vagamente al través de las brumas de su cerebro incultivado; ideal impreciso e incierto que jamás se concretó en fórmulas definitivas y que tampoco logró libertarlo de su vida desbocada y demoledora: pero ideal al fin que debió haber inspirado el respeto de quienes se decían representantes del pensamiento revolucionario. El año de 1919 presenció la muerte de Zapata y presenció también la exaltación de sus asesinos. El autor intelectual del delito fue felicitado por el Poder'Ejecutivo. en tanto que el criminal ejecutante fue premiado con la banda verde de General Brigadier y el permiso para seguir cometiendo homicidios. Si “mátalos en caliente,*’ fue la or-de® trágica que se atribuye a la Dictadura, “asesina a mansalva y en frió." ha sido la consigna roja de la Revolución. También en Í919 cayó en las barrancas de Ghavaxtla el bravo General Blanquet. Era de la viejá guardia republicana y había despertado a la vida guerrera oyendo las dianas vencedoras, del Ejército del Norte que pregonaban las agonías del Imperio. Su recuerdo era gonfalón glorioso sobre el Cerro de las Campanas y su nombre aún es murmurado por los cirios que crepitan en los altares de la capilla propiciatoria. El General Díaz lo llamó a su lado y él no obstante sus setenta años que lo autorizaban a descansar, a la edad en que sólo se piensa en la muerte, pensó en la Patria, y acudió al llamado sin vaci’ar. Descolgó sus viejas armas de luchador, aquellas que había blandido medio siglo antes en defensa de la nacionalidad y fue a ponerlas al servicio de la redención de México. La fatalidad le cerró el camino y Blanquet. antes de permitir ser cogido prisionero, prefirió morir y se arrojó al abismo. Sus enemigos profanaron impíamente el cadáver y exhibieron con ferocidad la cabeza del paladín. No fue una exhibición sancionada por un populacho ebrio, como las que se estilaban durante el Terror: fue algo más enconado y brutal, algo horrendo que hace pensar en pezuñas de asnos sobre ramas de laurel, en deyecciones de bestias sobre tumbas santas. La, cabeza sangrante sigue desprendida del cuerpo del héroe y aún los• sacrilegos se ufanan con su rito bárbaro que envidiarían las tribus errantes del Thibet! El año pasado presenció igualmente la muerte de José Inés Davila, Gobernador Constitucional de Oaxaca y último mandatario legal que tuvieron las instituciones mexicanas. Un día protestó Dávila cumplir y hacer cumplir la Constitución de 1857 y dedicó su vida entera a hacer efectiva esa protesta. Hubo necesidad de recurrir a las armas, y él, que era el hombre de la ley, se improvisó soldado; después fue preciso iniciar la campaña en toda forma y él, que era de contextura débil y enfermiza. supo lo que era marchar por la sierra, cruzar desiertos, dormir a la intemperie. Ya el licenciado Esteban Maqueo Castellanos en un admirable bajo-relieve nos ha mostrado los rasgos de este hombre singular que “se labró a" hacha,’" que “tenía dibujado en su rostro pálido de niño adolescente algo del rictus augusto de su predecesor Juárez" y que como la princesa Donají, de las viejas tradiciones zapotecas, fue decapitado en las márgenes del Atoyac por haber defendido gallardamente el terruño de sus mayores. De la testa degollada de la princesa india brotó un lirio -inmaculado, que es el símbolo de la lealtad y que Oaxaca ha escogido como emblema; pero en la cabeza tronchada del mártir de la ley no han florecido aún las acacias doradas que anuncien el retorno de las instituciones, ni las rosas cárdenas que pregonen el cumplimiento de las santas ejecutorias de Dios! Por fin. durante gel año de 1919 fue ejecutado en Chihuahua el exdirector del Colegio Militar. General Felipe Angeles. El hecho es muy reciente para que necesite recordaros los detalles espeluznantes de esta última barbarie: nuestra imaginación se extremece aún presentan diferentes grupos socia-i les y que han sido sacrificados por el odio. Y junto a ellos. Francisco ■ Alvarez, muerto a pesar del ampa-! ro judicial que lo protegía; Leopof-do Díaz Ceballos, ofrecido en aras de ese Huitzilopoxtii, que se llama la Ley Fuga, tan cruel como al ver con ojos atormentados, los | el dios de las razas aborígenes, pe-efectos de las balas expansivas’ ro más cobarde, pues no se atreve que se emplearon para saciar un'a devorar francamente a sus víc-odio que no conforme con truncar timas: Jesús Cíntora. caído ~~ l''~ una vida, hizo también despedazar sierras ":"1 ” un cadáver! Está en la conciencia en las tantos en la michoacanas: y otros que no dejarán huella de todo el mundo que el General historia pero que no por eso se es-Angeles había decidido el éxito de caparon de-las mandíbulas tritúralas batallas de Zacatecas y To-"doras de Moloch! rreón. con las que se determinó el i Sangre y más sangre_____y ante triunfo revolucionario. Todos espe-! este cuadro sombrío no se levan-raban que esa circunstancia iba a taron los espíritus ni se extreme-aplacar la sed de sangre que abra- cieron las conciencias; el carácter sa a los hombres del poder. ¡ Error' nacional siguió aterido, la sociedad craso! La fiebre del crimen no se no despertó de su atonía, las mul-detiene ante ninguna considera-■ titudes siguieron paralizadas. To-ción moral y el que empieza a ma- do esto lo vió el año de 1919; y tar sigue matando: la sangre es * vio algo más grave: que en vez de resvaladiza y los que en ella caen ■ ser castigado el delito, fue vilipen-siguen revolcándose perpetuamen-' diada la virtud. Hubo eclosiones te en charcos rojos, porque no se radiantes de sacrificios; pero fue-pueden levantar ya más! í ron estériles. Hubo corazones que La muerte de Zapata fue.la con-¡ se convirtieron en tabernáculos, sagración de la alevosía; la deca- pero fueron profanados. Hubo al-pitación de Blanquet fue el ultra- mas sencillas que se encendieron je más cínico hecho a la cultura, como lámparas votivas; pero no humana; la profanación del cadá- ¡ pudieron romper la negrura. El rever de Dáviia es el digno corona- i lámpago del heroísmo rayó el fir-miento del asesinato de la Ley; el । mamento con su fulguración fugaz, fusilamiento de Angeles entrañaiPero ncIogróozonizarlaatmósfe-la más cruel ingratitud de la revo- ¡ra envenenada. La palma del mar- lución. Cuatro cadáveres que re- ¡ Sigue en la página 5 .. i,... miwi--- ROPA, CALZADO, SOMBREROS. CRISTALERIA. ABARROTES. ETC. Í3" Guando Ud. desee comprar barato ocurra a la casa comercial DE y encontrará todo a precios baratísimos. Una visita lo con- TELEFONO 144. vencerá. McALLEN. P. O. BOX 94. EXAS. SE PAGAN LOS MEJORES PRECIOS DE PLAZA POR CUEROS. PIELES, LANA Y CERDA.