La libertad de fmpre.it» no lie** más limites que el reepeto á la vida privada, la moral y á la pez púbhca.—art. 7 ° de la Constitución. Periódico independiente do combato. Director:RICARDO FLORES MAGON. Jefe de Redacción: OFICINASi sos W. Mueva Staeet.-I». O. Box, II33.—Ole Phone. 38S-3 Re । Cuando la República pronuncie su vox soberana, será forzoso someterse ó dimitir.—GAMBETTA* «isíí—TTFr-rrn-™:---t 7 -■¡■vr ~ * Administrador: Juan Sarabia. AÑO L—2a EPOCA. SAN ANTONIO, TEX. E. U. A.—Diciembre 3 de 1904. Enrique Flores Magon TOMO III. — No 5. La abstención política es la abyección. La política sana y el servilismo. Nada de extraño es que el Gral. Díaz, por medio de los periódicos que paga para que lo glorifiquen, trate de pervertir el criterio popu- lar en beneficio de la Dictadura; Poco después apareció un perió-pero lo que no puede tolerarse es dico, La Evolución Social, titulán- que, de las mismas masas oprimidas, de las multitudes azotadas por el hambre y por la tiranía, surjan individuos dispuestos á secundar la propaganda envilecedora que el Gobierno, por medio de sus órganos, ejerce sobre el pueblo. Indudablemente que la Dictadura hace mal cuando recomienda el servilismo, y hace labor inmoral cuando por medio de sus órganos eleva á la categoría de virtudes, la abyección, la sumisión incondicional y la indiferencia política. Pero de la Dictadura no se puede esperar ninguna labor de aliento; la Dictadura no puede recomendar la dignidad, ni el patriotismo, porque la dignidad no soporta tiranías, el patriotismo no permite que se deshonre á la Patria. La Dictadura, como tiranía, está en su papel al predicar la indignidad. El malhechor está en la obligación,' si no quiere perecer, de hacer comprender que la maldad es una virtud. El opresor simpre trata de .justificar su opresión. El medio de degradación moral creado por la tiranía, está produciendo sus frutos. Ya no es solo el Gobierno el que pervierte al pueblo, sino individuos salidos del pueblo los que han tomado la tarea de la tiranía para corromper á sus hermanos de trabajo, de miseria y de fatiga/- Son obreros, los que á su vez tratan de corromper al pueblo, de engañarlo, de hacerlo bendecir el flagelo de los poderosos, de obligarlo á que entone himnos .en loor del puño férreo que lo estrangula, en lu-V gar de aconsejarle la protesta, en lugar de obligarlo á rugir. Hace algunos meses que á iniciativa de algunos obreros de la ciudad de México, se reunieron delegaciones de diversas sociedades mutual islas con el noble fin de instituir un Congreso Obrero. La idea fué calurosamente aprobada por las sociedades que enviaron sus delegaciones, y el entusiasmo fué grande entre los buenos mexicanos que comprenden la importancia de que el trabajador prospere y se digqifi-d que. El Congreso quedó constituido y desde ese momento, en lugar de aumentar el júbilo y el entusiasmo, la decepción más grande se apoderó de todos los ánimos. Sucedió que el que resultó electo Presidente del Congreso Obrero, un Sr. José Ma. Gutiérrez F.,manifestó en un discurso que parecía haber sido redactado por la truhanería que capitanea Rafael Reyes Spíndo-la, que el Congreso Obrero no trataría asuntos políticos. Tal manifestación hecha en nuestro siglo, cuando el primer deber de todo ciudadano es el de interesarse en los asuntos públicos, pues que de la buena 6 mala marcha de éstos dependen la felicidad 6 la desgracia de los pueblos; tal manifestación, causó profundo desagrado y llevó la decepción á todos aquellos que esperaban del Congreso Obrero, una x acción provechosa en el sentido de dignificar al trabajador, de'3f>ofiet* ae á la inmoderada explotación de los poderosos y de contrarrestar los abusos de los gobernantes por me dio del respeto que pudiera inspirar una organización fuerte y viril. dose «defensor de los intereses del pueblo de la nación y órgano del Congreso Mutualista y Obrero de la República Mexicana.» En el primer número de dicho periódico se vió bien claro, que la manifestación hecha por José Ma. Gutiérrez F. en el seno del Congreso Obrero, sobre que esta corporación no trataría asuntos políticos, fué sugerida 6 por la cobardía política del orador ó por la mala fé del mismo. En dicho primer número los redactores de La Evolución Social hicieron derroche de servilismo y de adulación. Ramón Corral y Porfirio Díaz fueron obsequiados por esos aduladores con las mismas nauseabundas frases con que Fran* cisco Montes de Oca se mancha de lodo, al convertir su hoja El Popular en vehículo de miseria y de degradación moral. Es corriente en México, y á honra lo tienen los imbéciles, manifestar en toda ocasión un aplastante desprecio por la política. Desde que El Impartial. El Popular y otras hojas comenzaron á predicar que la abstención política era una virtud, y desde que el Oral. Díaz comenzó á perseguir á los que en cumplimiento de su deber de ciudadanos se interesaban por los asuntos políticos, la frase, «yo no hago política,* ha sido el estribillo de todos los cobardes ó de todos los imbéciles. Los idiotas, por su incapacidad para discernir, tomaron como buena la inmoral doctrina de las tiranías. Los cobardes, encontraron en esa doctrina un excelente pretexto para no exponer su porcina comodidad á las contingencias inevitables en las luchas viriles. El terror y la propaganda criminal de las hojas subvencionadas prepararon perfectamente el terreno, y la frase, «yo no hago polities,* hizo fortuna. Se extendió, cundió como una mancha de grasa sobre el paño. Los eunucos, los pusilánimes, los que para afrenta del sexo viril llevan nombres masculinos, enarbolaron como patente de impunidad la frase maldita con un entusiasmo equivalente á su cobardía. । La tiranía y la prensa de alquiler han formado el horror á la política. Pero en realidad no existe ese horror. Lo que existe es el horror á la persecución que sienten todos los pequeños, pórque se observa en México que los que declaran no hacer política, son precisamente los que hacen política, .pues adular á los gobernantes, procurar que el pueblo sostenga á sus opresores recomendando virtudes que éstos no poseen, es hacer política, y política turbia, política de estercolero, que deshonra á los que la hacen y jos exhibe como eunucos sin pudor, como inverecundos falsarios. Vanagloriarse de no hacer política, es vanagloria de cobardes; y vanagloriarse de no hacer política y á renglón seguido ponerse á lanzar hosanas á los tiranos, es vanagloria de histriones, es vanidad de tartufos. La política sana, la que ekva, la que dignifica, la púgil, esa e, la política que causa asco á la piai i que declama: «¡yo no hago polít_*¿.- La política de zahúrda,, ia que implica chapotear en el lodo para levantar los miasmas que co no incienso llegan al olfato de los tiranos; la que significa abdicación del honor y de la dignidad; la que medrosa como myjerzuela cogida en falta se arrastra, temblequea, y doliente como un inválido franquea encorvada y miserable los dinteles de los próceres, sin respirar para no ofender al César, sin alzar la vista para no atraerse las cóleras de la vulgaridad envuelta en púrpura; esa política que trasciende á albañal y que avergonzaría á I03 cerdc-s, es la que con placer, con voluptuosidad de escarabajos, practican los que en subandera deshonrad^ llevan la frase odiosa: «¡yo no hago política!» Tenemos á la vista el número 24 de Lq, Evolución Social correspondiente al 27 de Noviembre último. Ese número está dedicado á glorificar al César. La adulación más repugnante se ostenta en las columnas del número á que nos referimos. ¡Asi es como cumple el órgano del Congreso Mutualista y Obrero el ofrecimiento de no hacer política I La abstención política es nn crimen, porque por virtud de ew- abstención logran robustecerse las tiranías. El deber de todo ciudadano que se precie de dignfl, es (ornar parte activa en la política de su patria. Solamente así es como puede impedirse el abuso de los mandatarios, solamente así es como se impide la tiranía. v • Cuando los ciudadanos se abstienen de tomar parte en la política, los mandatarios se exceden en sus funciones, porque no hay quien les exija responsabilidades, no hay quien vigile sus acciones, ni quien los censure, y solo se oirán, como en nuestra infortunada Patria, los elogios alcohólicos de los serviles y los ditirambos repugnantes de los aduladores. En los países donde los ciudadanos se abstienen de hacer política, los jueces venden la justicia, los diputados son lacayos y los mandatarios son dueños de vidas y de haciendas. Pero volviendo á la labor á que se ha entregado La Evolución Social. cualquier hombre honrado no podrá menos que calificarla de infame, porque como al principio decimos, nada de extraño es que el Gral, Díaz, por medio de los periódicos que paga, trate de pervertir el criterio del pueblo en beneficio de la Dictadura. Pero que del seno del pueblo mismo, de entre las multitudes que sufren el azote del mal gobierno, salten á la arena sicarios en vez de redentores, verdugos en vez de libertadores, indigna á la vez que entristece. Indigna, porque son hermanos de los trabajadores, tienen la misma sangre que los oprimidos, los que, nuevos Caínes, procuran la muerte de sus hermanos de infortunio y de fatiga. Entristece, porque la degradación de esos malos hijos del pueblo revela que el medio corrompí do creado por la tiranía, ha hecho mu1 chas víctimas y que urge poner el remedio si se quiere evitar la atrofia completa de loa sentimientos gene • rosos, que hicieron que nuestro pueblo en más de una ocasión adquirie -se el justo renombre de viril y de honrado. IMPORTANTE. SuplicíÁmoe d la* p€T8oiui8 qxic por -80 <’<.•*.!/ < v I »• ripción <í /RICCEN K KACIOM se Mi-ven devolverlo, pongan con dartdacUid sus nombrea y direcciones para borrarlos de nuestras listas Para la devolución iu> Hay necesidad de gastar en timbres. Agradeceremos á nuestros nuevos subscriptores se sirvan peí donar el que no les enviemos limpios los ejemplares de los nú meros 1 y í. pues en virtud de haberse agotado (as ediciones de dichos números, solo podemos servir ejemplares ya usados. En virtud de la carencia de los números 1 y 2, algunas personas no recibirán duhos números inmediatamente (¡us hayan sus pedidos, pero pueden estar segur as de que se los enviaremos . La persoiuji que nos envíe el importe de diez subscripciones por un aTio, recibirá una subscripción gratis. £cts fiestas presidenciales. Regocijo obligatorio. Ni las amenazas, ni los ruegos, ni el dinero de la nación profusamente dilapidado para dar esplendor á las fiestas que ayer celebró el servilismo en honor del Autócrata en la ciudad de México, pudieron alentar al pueblo decepcionado. Los serviles del «Círculo de Ami-, gos del Presidente» no se dieron momento de reposo para lograr que el pueblo se entusiasmara. Viendo que el entusiasmo era imposible, porque ningún hombre honrado puede sentir alegría ante la reanudación del cesarismo, recurrieron los serviles á la amenaza, sin preocuparse por el atropello, sin avergonzarse de su papel de lacayos. La autoridad ordenó á los vecinos que diesen muestras de alegría por la continuación de la tiranía, iluminando y adornando las fachadas de sus casas. Los vecinos se resistían, como era natural, á manifestar un gozo que no sentían. Entonces seles amenazó y tuvieron por fuerza que tomar parte en la festividad que á todos repugnó, que á todos asqueó, menos á los sirvientes del Dictador. Solamente la amenaza y el castigo pudieron lograr que los vecinos contribuyeran á dar esplendor á las fiestas. Pero en todos los rostros se pudo leer la tristeza 6 la cólera que produjeron el descaro y el cinismo de los aduladores. Las notas odiosas y las notas ridiculas se han multiplicado con motivo de las fiestas. Se nos informa que á los vecinos de los pueblos cercanos á la Capital, se les obligó á vestir ropas teñidas de rojo para desfilar frente á los balcones del Palacio Nacional. Esa mascarada ridicula, solo puede servir para desprestigiar á nuestro pueblo, en cuyo nombre protestamos. Que los serviles se pongan en ridículo, que se expongan al desprecio público, que presenten su faz repugnante para rpcibir la befa y el escarnio, puede tolerarse; pero arrastrar al pueblo á mascaradas indignas, hacerlo representar el papel de comparsa en las fiestas adula-torias exponiéndolo á la rechifla y á la chacota, eso indigna. Hay más; los vecirfbs pobres de los pueblos cercanos á la Capital, no solo han tenido que sufrir la humillación de llevar puestos vestidos camavalascos,.sino que, los que se han rehusado á tomar parte en la farsa, han sido multados por las autoridades. La tiranía comprende su desprestigio y trata de hacerse amar aplicando el látigo, como los domadores se imponen á golpes sobre las fieras. A medida que la tiranía avanza en decrepitud, avanza en desprestigio. Por eso recurre á extremos incalificables, sin fijarse en que exaspera á los ciudadanos, x . ■ j» >, • Seis años más de tiranía no puede ser motivo de regocijo. Los ciudadanos sienten más bien cólera que gusto; pero como es necesario que haya alguna manifestación de contento para cubrir tanta miseria, se recurre al atropello, se veja, se maltrata para obligar á las víctimas á sonreír forzada y dolorosamente. Acción infame es esa que equivale á obligar al deudo á que dance al lado del cadáver. • ¿Como ha de gozar el puebio, si sus libertades han muerto? Explotación, inmoralidad y barbarie. El cinismo de los asalariados. Es un hecho bien conocido que to-do* nuestros Gobernantes, todos sin excepción, tienen á sus órdenes periódicos sin pudor, que están encargado* de aplaudir sistemáticamente los actos buenos y malos de sus dueños, con un entusiasmo y un delirio tanto más repugnantes, cuanto que son comprados á vil precio. En esa clase de prensa no pueden militar hombres de honor, porque la honradez do se presta á desempeñar funciones de limpiabotas, y por eso vemos que los Gober-nantee tienen que reclutar sus turiferarios entre los vsgos ; los granuja» que, por una soldada de gendarmes, se improvisan periodistas y se dedicsn á adular con desenfreno al amo que mal les paga - B1 Gobernador de Coahuila, Miguel Cárdenas, tiene su prensa de este género. Ha comprado para sus inmoralidades y sus explotaciones el aplauso de los bellacos y ha convertido en escritores públicos, para que lo in-censen desde las columnas de los periódicos, á granujas ignaros y á borrachínes analfabetas. Uno de estos dipsómanos Imbéciles publica en «El Estado de Coahuila» un articulejo que entre mucha palabrería hueca, mucho galimatías inentendible y mucha vulgaridad pedantesca, viene á decir que la política del Gral. Díaz, de aplastar á la prensa independiente, es política sabia, y que la prensa oposicionista de Coahuila es gérmen nocivo y miasma deletéreo cuya destruc clón se Impone. En el articulejo se ven las inspiraciones de Cárdenas que se siente irritado eontra la honrada y valerosa prensa oposicionista de Cpshul a, que lo exhibe, que lo asota, que lo fiígela. Cárdenas ordena á sus periódicos que insulten á la oposición y que la fechen de falsa, ¡cómo si los acentos de verdad que surgen de las filas independientes pudiersm ser acallados por la voz aguardentosa de los ebrios que defienden al Gobierno! La prensa venal, la prensa envilecida que aplaude por salario, nunca podrá tener eco en la opinión pública y sus homenajes pagados y sus adulaciones mercenarias serán vistos con desprecio por el pueblo. Las acusaciones contra Cárdenas son fundadas, precisas, abrumadoras, y no pueden ser destruidas por los ditirambos de los periodistas de alquiler. Los asalariados que atribuyen á Cárdenas mérito* insignes como Gobernante, mienten con inaudito cinismo, y miqntras ellos no justifican sus elogios con hechos palpables y concretos, nosotros podemos arrojarles al rostro pruebas y más pruebas de la corrupción y de la Inmoralidad que han caracterizado al Gobierno Car-denieta. Miguel Cárdenas nunca se ha preocupado por el bien de Coahuila, sino por el suyo propio. Cuando se fijaron loe límites entre Coahuila y los Estados colindantes, Cárdenas, por halagar á su protector Bernardo Reyes, cedió á Nuevo León una buena fracción de tierra ooahuilense, y otra fracción fué cedida á Durango, sin que se sepa que motivos tuvo Cárdenas en este caso para consentir en el despojo. En la cuestión hacendarla es eh la que más se distingue el egoísmo deCár- B. nuBstrns subscriptores. — — Suplicamos á las personas que reciban REGENERACION, se sir-vau enviar desde luego el precio que lea corresponde pagar pot sus subscripciones. teniendo en atenta que ñ no mandan pagar, les halemos el recargo de un Hog* veinte por ciento como gastos de cobranza y giraremos contra ellas con el recargo indicado. A las personas que reciban REGENERACION y no deseen subscribí! se, les agradeceremos que nos devuelvan los ejemplares que hayan recibido, para evitamos el que les giremos por el valo> de ellos. dense, iu desprecio por el Estado y sus afanes de lucro particular. A pesar de la mala Admitiistracióp que pesaba sobre Coahuila ante* de la elevación de Cárdenas, el Estado casi no tenia deuda. Hoy tiene una deuda que pasa de dos millones de pesos, y que grava notablemente al Erario, sin que haya producido ningunos beneficios públicos. Las subvenciones exageradas á los Ferrocarriles «Coahuila y Zacatecas» y «Coahuila y Pacífico» han sido enteramente ruinosas y sólo han aprovechado á tres personan. Pe-1 u saC!¿face', enas subvenciones, Cí*-denas exigió donativos de los Municipios y de algunos particulares, que sufríbron inmensa decepción al ver que de Ips Ferrocarriles citados el primero sólo benefició á Mr. Purcel» propietario de las Minas de Concepción del Oro; el segundo A los hermanos Lilliendhal y los dos á Miguel Cárdenas que realizó en ellos una ganancia de varios centenares de miles de pesos. Un filántropo dejó al Municipio de Parras los magníficos y valiosos te-' rrenos de Msyrán, recomendando que oon los rendimientos de esos terrenos se fundaran y sostuvieran establecimientos de Educación. Asi se e|tuvo haciendo durante medio siglo, hasta que el Gobierno poco escrupuloso de Cárdenas acordó despojar á Parras de sus terrenos, con provecho del alto funcionarlo, aunque con perjuicio de la Instrucción. Parras está arruinado en la actualidad y sus habitantes han comprendido que el Gobernar dnr de Coahuila más se preocupa por satisfacer sus ambiciones que por la ilustración de los pueblos que gobier-ua. En loe Tribunales de Coahuila la justicia se vende al mejor postor. K1 financier!amo de Miguel Cárdenas ha contagiado á la judicatura. Los fallos de los Jueces están siempre de acuerdo con la consigna del Gobernador, y la sociedad ha contemplado oon escándalo que son condenados muchos inocentes cuya ruina interesa al Gobierno, mientras son abiueltos y réclben patente de impunidad verdaderos y reconocidos criminales, sólo porque esto conviene á loe intereses pecuniarios ó de otro género, de Miguel Cárdenas. Discípulo aprovechado de Bernardo Reyes, Cárdenas utiliza para su servicio á estos malvados, y ennoblece con la investidura de funcionarios públicos á gentes que más merecieran estar suspendidas de una horca. El interés, la ambición leca, la sed enfermiza de riquezas es lo que mueve á Cárdenas, que para amontonar tesoros y multiplicar sus propiedades, no ha vacilado ni ante el atropello y el despojo. Cuando los vecinos del Distrito de Río Grande encomendaron á Cárdenas el arbitraje en la repartición de unos terrenos, Cárdenas se adueñó de esos terrenos, y ha mermado en más de la mitad las aguas de Vie zea para regar sus tierras, lesionando intereses de algunos particular-res que antes poseían esas aguas. En las Haciendas de Cárdenas, los infelices jornaleros sen explotados inicuamente y tratados oon salvajismo africano. Hace tiempo que en «Sierra de la Madera» se registró un hecho infame, aunque digno, per ole