BORDADO DE ROPA INTERIOR HERMOSOS SOMBREAOS DE OTOÑO. HUACHINANGÓ AL HORNO; Después de bien limpid fcl pescad ó se unta perfectamente de manteqiiiila, sal. pimienta y jtigo de limón; se baña con el jugo de tres tomates grandes y se mete al horno a fuego lento; se sirve después con cualquier salsa o bien con ensalada de lechuga. PASTELERIA. GALLETAS DE HARINA DE MAIZ. Ingredientes: Un kilo y medio de harina de maíz. Un kilo y medio de harina de trigo. Medio kilo de azúcar. Un kilo de manteca. Se ciernen bien las harinas y se añade el azúcar; luego se amasa con la manteca derretida; se hacen bo litos pequeños y se colocan en una charola engrasada; se meten al horno a fuego muy lento. CAKE DE ORO. Ingredientes: 6 yemas de huevo. Media taza de mantequilla. Una taza de azúcar. Una taza de leche. Dos tazas de harina. Dos cucharaditas de polvo. Se baten las yemas con la mantequilla derretida y el azúcar un buen rato, se le añade la leche y se vuelve a batir; y por último se le agrega la harina cernida con el polvo y se mezcla bien todo; se pone en los moldes y se mete al horno en fuego LA MODA SE HIZO PARA LA MUJER, NO LA MUJER PA- RA LA MODA. Una carta que acabamos de recibir de una dama elegante y distinguida dice así: . “De modas, todo lo más exagerado que estamos viendo en ciertos figurines. Las faldas, sumamente cortas, ----con mucho vuelo, y las botas muy altas, idénticas a las que usaban unos polacos que hicieron nuestras delicias en la infancia, cuando íbamos a verles bailar la mazurca. En cuanto a los sombreros, unos ron sumamente reducidos y parecen gorrilias de cuartel; otros en cambio, grandes y anchos, como el de los picadores. Es indudable que la moda actual tiene poco de artístico. Ni la falda acampanada ni los godets hacen favor a la figura. p Por eso me consuela ver entre tanta extravagancia no pocas mujeres verdaderamente superfinas que con-. servan su “gusto personal”, rechazando toda moda reñida con la estética. Mucha falta está haciendo una cátedra de elegancias femeninas. Así se evitaría que tantísimas damas y damitas cayeran en las ridiculeces de ciertas usanzas, nada más que por ignorancia. Lo mismo para la playa que para el campo, el traje de dril, sea del color que sea, pero sobre todo, beige o gris es el gran traje, por lo cómodo y adecuado. Es fresco, es elegante, tarda en deteriorarse, es fuerte; mientras más se lava y se le. plancha, más bonito y nuevo parece. Se contenta con poco; no requiere otros adornos que pespuntes y botones. Y basta por hoy. Pero no sin decir ahora y siempre que “la moda se hizo para la mujer, no la mujer para la moda.”