•* v/ i* . £ ■■ •'/«w 1 *11 z,,* 1/ CUIQUE SUUM” Entered as second-class matter June 2, 1917, at the post office at McAllen, Texas, under the act of March 3, 1879. DIRECTORES: L. YAÑEZ Jr. Y ADRIAN TAPIA. McALLEN, HIDALGO CO.. TEXAS. 18 DE JUNIO DE 1921. La Cuestión del Reconocimiento de En México Se Construirá Un¡La Comisión Honoríficade Es- Obregón por el Gob. Americano Ha Quedado en Statu Quo El Presidente de México se niega a firmar el Tratado que propone Mr. Hughes TOMO V. NUMERO 213 Edificio Para Refugio De . Los Papeleros ta Ciudad Tiene Ya Instaladas sus Oficinas Iba a Estallar en México un Mo vimiento Revolucionario a Favor de Pablo Gonzalez El Presidente Obregón acaba firmar el decreto por medio del cual se asigna una partida en el presupuesto, de varios millares de pesos, para ía construcción de un edificio dedicado a los papeleros, y cuyo trabajos se iniciarán desde luego, pues se tiene la idea de que el proyecto en cuestión se salir del país; é&to si'en el camino no lo sorprende la tragedia que acabó con Carranza; y se dará el í realice cuanto antes, a fin de que caso que el actual Secretario de I el edeficio sea inaugurado en Sep-Guerra y Marina no se cansa de fiembre psóximo, y sea uno do citar con orgullo, deque los'revo- ¡ los números d(d programa bajo lucionarios “derroten” al Bjérci- ; el cual se festejar:! el centenario to Federal. Sí es necesario el reconocimiento de un gobierno nuestro por el muy poderoso del país del Norte, un refugio parados papeleros que mal quq, le pese a nuestro orgu- ! lio, hemos de aceptar esta verdad penosa; no hemos podido hacer de nuestro país, teniendo elementos de sobra para ello, una potencia autónoma por sut poder, porque todas nuestras energías las malgastamos en luchas estériles y en tanto pese sobre noso tros el atavismo revolucionario que nos mantiene en un estado de atraso muy de sentirse, hemos de convenir que sin la amistad del gobierno americano, no tendremos en el nuestro ninguno estable. Esto no quiere decir que deban aceptarse por el Gobierno de México cuantas exigencias imponga la Casa Blanca, pero sí que no debemos jactarnos de no necesitar el reconocimiento para que subsista un régimen gubernativo en México. En estos momentos tal vez el Presidente Obregón recapacite el proceso del “triunfo” del constitucionalismo carrancista y busque una solución decorosa para el arreglo de las dificulta-de surgidas, y en este caso los e-ditoriales violentos de los principales diarios de México, resultan de una imprudencia suma. Todavía no se ha dicho la últi* ma palabra en el asunto y quien sabe si al fin y al cabo el esperado reconocimiento se otorgue al Go bierno de Obregón, bajo condiciones que no hieran la dignidad del pueblo mexicano, El tan esperado,reconocimiento ¡ del gobierno que preside Obregón por el de Estados Unidos, no vendrá por ahora; las condiciones propuestas por el Secretario Hughes y que encierran el desconocimiento tácito de la constitución de Quérétaro, no pueden admitirse por el Gobierno de México, y en consecuencia, la situación por lo que respecta a las re laciones éntre los dos países, que dará como estaba, por más que el Secretario Hughes declare que se le deja a Obregón la puerta abierta para iniciar nuevas negociaciones, pero sin variar un ápi- , ce las condicicnes que le han sido presentadas, lo que equivale a posponer indefinidaitiente el reconocimiento. Los principales diarios de México, han publicado artículos de carácter violento, pidiendo algunos que el representante Summerlin, salga de la República, toda vez que su misión ha terminado no existiendo relaciones entre el país que representa y el nuestro, pero esos artículos, al parecer, no han merecido la aprobación del Presidente Obregón, Quien se propone todavía hacer méritos para ganarse la buena voluntad, y con ella el reconocimiento del Gobierno de la Casa Blanca. Nuestro carácter violento, que nos hace a los mexicanos completamente irreflexivos en cada crisis de carácter internacional que se presenta, ha hecho que escritores serios declaren que el Gobierno de México para nada ne . cesita del reconocimiento del de Estados Unidos; pero esto no es más que un desahogo, pues por desgracia, demostrado está que en nuéstro país no se sostiene ningún gobierno que no cuente con el apoyo del vecino poderoso del Norte, y fresca está la caída del General Huerta y el triunfo del carrancismo, que de horda desordenada se convirtió en gobierno, gracias al apoyo desmedido del Presidente Wilson, para que no abriguemos cierto pesimismo por lo que pueda suceder al presente, si no se encuentra solución a las dificultades surgidas para el reconocimiento. Por lo pronto, el ingeniero Alfredo Robles Domínguez, que se halla refugiado en este país y fue el candidato que contendió con Obregón en las pasadas elecciones, ha declarado que él es e Presidente legal de México. ¿Qué sucederá si al Presidente Harding se le antoja respaldar esa “legalidad”, con una expedición punitiva y un desembarco de marinos en uno de nuestros principales puertos, como Mr. Wilson respaldó el “constitucionalismo” de don Venustiano, con las expediciones de Funston y Pershing? Sucederá lo que sucedió con el a sus familiares y amigos, en es-General Huerta, y Obregón ten- ta ciudad, nuestro buen amigo A* drá que abadonar el gobierno y dolfo G. Cantú. déla consumación de nuestra Independencia. La idea es que el edificio sea un ¡ carecen de hogar y a la vez colegio montado con todos los a-delantos modernos, para que sos seres desvalidos que se san la vida vendiendo periódicos, muchos de los cuales se develan talentos precoces, reciban una instrucción completa y puedan más^tarde ganarse la vida con más desahogo y llegar llido, por el Gobernador de la Alta California don Juan Bautista Alvarado, en el año de 1841, en virtud de decreto del Supremo Gobierno, expedido en Veracruz en 20 de junio de 1858, para que pudieran adjudicarse las islas en referencia a los nacionales, mediante determinadas condiciones. La isla a que nos venimos refiriendo se halla en poder de un millonario norteamericano. LA DE SANTA VERACRUZ.— Es muy extensa y está ubicada a veintisiete millas más afuera, Tiene extensos valles, sierras y montes y arroyos de agua permanente; y tiene también puertos y. ensenadas. Fué concedida en el año 1859 a Andrés Gasyollero, en virtud del mismo decreto citado arriba. La tiene en su poder una compañía norteamericana, que mantiene en esta isla, cincuenta mil borregos y cinco mil cabezas de ganado vacuno y caballar. LA DE ANACAPA.—Dista de la costa como quince millas de la Punta o Puerto de San Pedro. Tiene población muy amplia, desembarcaderos, muelles, pescaderos. Se pretende que fué concedida, como las de Santa Veracruz y Santa Rosa, por el Gobernador de la Alta California, cuando aquel territorio pertenecía a México, antes del año (Sigue en la pág. 4)