TIEMPO DE B. C., Y SONORA - PAGINA 17 FIDEL VELAZQUEZ **‘-1'5^'* • *$. y :... ’ ■ '•' . '¿Wr ? ■¿&JÍ síreg '-~3 sayflfe '•■■ 'v.sKt ' • 'v-'WF? t~~: ■ ello que inquieto lo posibilidad de que Fidel se retire de la dirección nacional de la CTM, no por voluntad propia, desde luego; ni por voluntad de las mayorías, mucho menos. La ausencia de Fidel del timón principal del barco se deberá a un hecho natural, indefectible, fatal, inminente: fallecer. Fidel habrá de abandonar la CTM cuando exhale el último hálito de vida. Y ya nos imaginamos lo que sucederá: manos impreparadas, no lo suficientemente hábiles, habrán de meterse en todos los rincones y habrán de poner a rechinar piexas y poleas. Ya lo estamos viendo en Sonora, donde un líder de la calidad de Fidel, el "jefe" Bobadilla, quien a partir hacia el infinito, al dejar los riendas sueltas, inició la posibilidad de un resquebrajamiento en la disciplina interna del obrerismo sonáronse. Por fortuna para Sonora Fidel vigila celoso desde la ciudad de México y no ha permitido dislates, componendas, tonterías. ¿Qué irá a ser de la CTM nacional cuando muera Fidel si no tenemos más arriba a nadie más? Que Dios los coja confesados. POR LO PRONTO AQUI EN Sonora, la política interna de la CTM se pondrá a prueba en el ya muy próximo Octubre en que ocurra la renovación del secretariado general. Lo que ahí ocurra, |júrelo!,‘habrá de repercutir, para bien o para mal, en el régimen de gobierno de Samuel Ocaña. Y, si no, al tiempo, ya que la política obrera la podrá dictar "el Gobernador a partir de la Junta de Conciliación y de la Dirección del Trabajo, pero no a nivel sindicato y ya sabemos lo que puede suceder cuando se trata de manipular, desde palacio, a los organizaciones obreras: remember la huelga ferrocarrilera, la huelga de los médicos, las varias huelgas de teléfonos. PARA UN SOLO LECTOR El cooperativismo de producción y de consumo en Sonora. .,-1 r •:<:?> • -•* ■;< ■ V $•, .*■ . £•: Por el Lie. Rafael VIDALES TAMAYO. Cuando yo era niño —y de eso hace ya algunos años—, recuerdo que en la escuela primaria funcionaban unas cooperativas de consumo que daban muy buenos resultados, tanto por los ahorros que significaban para la economía doméstica, como porque no había necesidad de pedir permiso a la maestra para salir de la escuela a comprar un cuaderno, un lápiz o alguno golosina: simplemente, ahí, en la misma escuela, en un local pequeño pero exprofeso, se encontraba una tiendita que tenía de todo y joh sorpresa! era una tienda que pertenecía a todos: todos eramos sus dueños, porque se había formado con los pocos dineros que semanariamente habíamos aportado los niños durante el año anterior. Estos eran las cooperativas escolares de consumo.' ¡Qué maravilla! Hoy, estas máquinas de hacer economías, ya no existen Los niños no tienen la menor ideo de qué cosa pudiera ser una cooperativa de consumo y a lo más que se acercan a conocer respecto a economías, es la tienda CONASUPO. Es que los tiempos han cambiado. Aquella era la época del general Abelardo L. Rodríguez, el inventor en México de los cooperativas, gloria y loa de la patria, futuro de la producción y del consumo, mágica fórmula del abaratamiento de la vida. Pero parece ser que en aquellos tiempos no se comprendió el significado del cooperativismo, ya que la vida ni era tan cara, ni había manera de producir muchas cosas porque México se encontraba empantanado en el subdesarrollo: los créditos exteriores eran escasos, mojigatos,caros en intereses. Pero vino la expropiación petrolera y, enseguida, la segunda guerra mundial: Eureka, se había inventado la inflación, palabra que solamente conocíamos los chavos en los libros de historia: la primera de las guerras nos había enseñado que con un millón de francos apenas si se podía comprar un timbre de correos y surgía, avasalladora, la afición por la filatelia. Se imaginan los lectores lo que significaba para un habitante de un país, como México, donde se podían comprar entradas al cine, churros, conos de nieve, palomitas y cacahuates —ruido de uña, les decíamos—, todo por veinte centavos, ¿Se imaginan? El vicio por los timbres alemanes de uno, diez y veinte millones de francos, era una locura. Entonces nos olvidamos de las cooperativas porque, ¿qué objeto tenía ahorrarse un centavo en la compra del cuaderno, del lápiz o de! dulce? Pamplinas: el despilfarro nos podría convertir en países de primera cate-go, podíamos dar el brinco del sub al desarrollo. Claro que no lo dimos: nuestra actual quebrantada economía procede de aquellos difíciles dias en que un político acomodado en el carro completo de la burocracia mexicana podía hacerse —y se hicieron— millonarios de la noche a la mañana con sólo comprar llantas al gobierno y venderlas al público que carecía de cupones para ello, o de abultar la cuenta bancaria con el trueque de cemento por medias nylon (se pronunciaba nailon). Ni quien se acordara de las cooperativas, no digamos de las escolares que habían desaparecido desde cuando, sino de las de producción: los políticos estaban muy ocupados en formar sociedades anónimas de capital variable con acciones al portador para "des pegar" a México del subdesarrollo. Y, también, se perdió por completo la afición a la filatelia: la única que se practicaba era harto monótona: pegar estampillas de 10% para el pago de la deuda petrolera y exterior. Ya las únicas cooperativas que quedaban, como en: dinosaurios en una moderna sociedad, eran las de produc ción pesquera... y la "Cruz Gálvez" sociedad cooperativa impresora de "El Impartial", aquí en Sonora, que desapareció también al inicio del régimen de Alvaro Obregón Tapia, en 1955. Poco, muy poco se habló sobre cooperativismo en la gira electoral de Samuel Ócaña y lo que se dijo sobre el tema se centró a las dedicadas a la producción pesquera. Parece ser que el cooperativismo en México solamente se programa, realiza y fomenta, en las pesquerías: el Banco de Fomento Cooperativo parece que tiene líneas de crédito para los pescadores y cuando hace un año quise organizar una sociedad cooperativa para editar un periódico, en las oficinas de la Dirección de Fomento del Gobierno de Sonora me vieron con los ojos cuadrados: ¿y éste? No sobemos qué irá a hacer el Gobernador Ocaña al respecto, pero hay infinidad de actividades económicas que pueden planificarse y echarse a andar en el Estado de Sonora contribuyendo no solamente a abatir el desempleo y el sub empleo, sino a la transformación de las múltinles materias primas que produce ¡a entidad, pese o la actual imagen deteriorada de este sistema económico propiciado, más que nada, porque a algunas ramas se les otorgan privilegios —-como la pesquera que dijimos— y a otras se dejan sin estímulos, como la que se refiere al cooperativismo de consumo en las escuelas que aliviaría notablemente la pesada carga que soportamos los padres de familia cada apertura de clases, como en los días que están corrien do. Otras cooperativas de 1 consumo beneficiarían enormemente a la población, 0 pues si bien las tiendas CO-H NASUPO han venido a ali-1 viar el cinturón de los pre-| cios en artículos básicos, se ha dejado de lado los otros | renglones de consumo como | son los artefactos, las refacciones, los combustibles e insumos, ropa y la trilogía proteínica leche-carne-huevo. Conocemos, por ejem- i pío, una sociedad coopera- ¡ tiva aue trabaia siempre con números negros. con utilidades y que, además, permite a sus socios el abaratamiento de costos: me refiero a la Sociedad Coooe-rativa de Consumo de Agricultores de la Costa de Hermosillo. aue es un ejemolo de funcionalidad como Corona Richardson, Copado y otros. Bien podría ser objeto de estudio para el establecimiento de sociedades similares en otros rumbos de la entidad. El cooperativismo en materia de autotransportes se ha venido dejando de lado, trocándose en sociedades anónimas, como sucedió con Transportes Norte de Sonoro. La ventaja de este sistema económico es que los socios son a la vez que propietarios de la empresa, sus propios trabajadores, con exención de impuestos y créditos baratos y responde a la angustia de quien, estando solo, no puede hacer nada porque su capacidad económica individual es muy limitada: la conjunción de varias personas y de sus patrimonios, permiten el j funcionamiento de una em>; presa mercantil sui géneris ya sea para producir o pare consumir y, en ambas sos, borato. ¿No es és-c ¡c que ■ -camas?