14 ________ __■_, EL ATEN SO ¡Y Nunca Fue Militar! Por EcUiardo L. FUENTES. Para la Revista “El Ateneo” Corría el año de... Saltillo se estremecía a cada, momento con los horrores de una de tantas de nuestras guerras civiles.- Las calles estaban desiertas, pues realmente era preciso que fuera muy necesario salir a la calle, y los vecinos, sobre todo, claro está, los áhombres, se ocultaban temerosos de ser envueltos en esa terrible red que se llama “la leva”.- Porque, hombre, eso de ir al campo a pelear, cuando se vá por expresa voluntad, hinchado el pecho y el aim*i por alguna 'hdea”; está bien: pero ser llevado por la fuella, poique se necesita carne de cañón en las batallas, ya es otra cosa.. . Sin embargo, mi abuelo, tuvo que sa.ir.-Es más, necesitó venir de su rancho a esta población, al arreglo de varios asuntos, y por acá le cogió la trema lina.- Había dejado su caballo, de gran alzada, en uno de los mesones o posadas que por entonces eran los únicos lugares de hospedaje, y caminaba por la Calle Real (hoy calle de Hidalgo) pensando ya en la forma de abandonar la Ciudad tras de haber arreglado sus pendientes, sabedor de que la población “estaba tapada en todas sus salidas, y en todas partes detenían a las gentes, haciéndolas que, por la fuerza, tomaran las armas. .. Caminaba ya a la altura del cruzamiento de dicha calle con la actual calle de Juárez, donde por ahora se alza el Casino, cuando hete aquí que le daban alcance unos soldados, que formando un pequeño pelotón venían mandados por un sargento.. . Mi abuelo Tos vió de reojo, se dio cuenta del peligro ... pero siguió caminando con un aire de indiferencia y de seguridad, que casi (se dió cuenta) los turbó... Sin embargo, la obligación es la obligación y no por ese aire de aplomo iban a dejar de cumplir con su deber... Mi abuelo era alto, blanco, fornido, de “aire” respetable.- Lucía una hermosa barba negra, rizada y bien peinada.- Su traje, sin ser precisamente el del charro, se ajustaba a las reglas de los que entonces sabían montar a caballo y tenían orgullo saber manejarlos. .. Una voz de “alto” brusca y cortante, salió del grupo que prácticamente lo perseguía, y de pronto se vió rodeado de soldados.- Aunque hubiera querido dar un paso adelante, no hubiera sido posible.- El cerco estaba hecho y las caras que veía, eran caras de no buenos amigos.. . Había que hacer frente a la situación.— ¿Qué iba a pasar? Con esa rapidez con que funciona el pensamiento, cuando uno se vé envuelto en algún apuro, (me platicaba, al calor del fogón hogareño, muchos años, después) se dió1 cuenta de que solo un rasgo de audacia podía salvarlo.— Vió su casa en el rancho, que un día antes había dejado, en medio de las. protestas de su esposa, mi abue-lita Altagracia, que no quería dejarlo partir, porque ella sabía que había peligro, que andaban echando leva los soldados para robustecer las filas en las que de seguro, con las. continuas derrotas, había cundido el desaliento; vió sus¡ intereses perdidos . .. y vió también, la serie de desgracias que le esperaban ... Se encaró con el peligro.— Su rostro, no reflejó ni el más ligero temor. Ya se daba cuenta de que nada ganaba con salir bien de aquel trance, pues si no lo llevaban de leva aquellos soldados, otros, los que estaban cerrando todas las salidas, le Pasa.a la página 18