_________ _________ El Sr. Moheno y la Literatura Americana ____________ ___________ POR EL Db DAVID CERNA. A la verdad que no nos han llamado la atención las ' expresiones despectivas del notable orador mexicano. Querido Moheno. dedicadas a las bellas letras norte-americanas, expresiones q’se'vierten en la carta que de él publicó “Revista Mexicana,” bajo el -epígrafe de, ‘Cocina y Literatura,” en él No. -2, de 19 de los corrientes. ^a hemos o*do decir a algunos otros ilustrados compatriotas' nuestros qué los norte-americanos, no tienen literatura, lo cual, en honor de la verdad, no pasa de ser un aserto ca--rente por cnmpTcto de fundamento. En un trabajo que publicamos no ha mucho, int.tulado “Apuntes para la Historia de la Literatura Norte-ame-ricariá.” hemos d$nostraÜo qué este gran pueb.’o tiene su literatura propia, literatura que, desde v arios puntos de vista, es superior a las' del resto del Nuevo Continente. Y aún comparada con las de la vetusta" Eurbjla, la literatura norte-americana (no perfeccionada, es verdad, ¡jorque aún se encuentran íos habi- 1 tantes de esta gran República estudiando problemas políticos-sociales, de difícil solución, problemas" que les impide dedicarse a estudios abstractos con mayor detenímiehto) es una fi: gura que se destaca imponente, que se distingue por su vigor, su belleza, y. por todo, por su" originalidad; * inferior a aquellas, si se tiene cuenta el comparativamente corto ríodo de su desarrollo. . — Después dél épico Homero, y didático Hesiodó, ¿cuánto tiempo • só arites qué Grecia nos^presentara su admirable Siglo de Pericles? ¿Cuánto, antes que Roma registra- • ra en su1 historia la época brillahtísi-ma de Augusto? La historia literaria de Inglaterra recorre un periodo nada menos que . de dote siglós. El padre dé las bellas letras inglesas. Chaucer, uno de los. escritores más notables del 'mundo, vivió1 de 1328 a 1400. cinco centurias ha. Y no podemos decir menos acerca de la literatura francesa que ya en la Edad Media contaba con varios célebres poemas épiqos, como el de Lambert li Cors (ql Corto), de Chá-teaudun^y Alejandro, de Bcrnay, intitulado Alejandre, escrito en el metro especial de doce silabas,, metro , que en la literatura moderna se conoce por :verso alejandrino. Y ¿qué tiempo no transcurrió, entre el periodo de los bardos primitivos । franceses y la brillante época literaria ¡ de Luis X IV/Jíenya grandeza prepaid raron- eWs tres grandes hombres de Estado: Enrique IV, Richelieu, y Ma-zarino. impulsando el advenimiento , de los Borbones? * ¿Qué rqás? Alemania, la insigne : Alemania, con sus antiguas tradicio-: nes. $u magna historia, historia íor-. mada al través de vario#; sjglos de I lucha, inteligente; y rojeada de los • pueblo# más. Üusacados de ja tierra, no . ■ contaba con una literatura nacional sino hasta ..^l.. [xeeiodo que. medja fn» • tre el principio’¿él Siglo XVIlI y el ,___, ______ ___ _ . _ . zr-T¿r&hii GrtfijUgM"-Whittier .y su Snow-"^(’splies 3e sus celebres NíDcTungen su The Last Walk of Autumn, -1ÍP_ en P.é del pa- table había producido Alemania en el mundo de las letras, sino hasta el tiempo de Klopstok, Wieland y Las-sing, formidable trinidad de escritores qué vino a echar los cimientos sólidos de una literatura puramente germánica; literatura robustecida después por Herder, Goethe, Schiller, Heine, Kant, Spinoza, Schelling, los Schlegel, Fichte, Tieck, Uhland. Hermann Muller, Schopenhauer, Hegel, Leitbnitz, Auerbach. Freytag, Spiel-hagen, y otros muchos. No es de extrañarse, pues, que ün pueblo de reciente origen co ipa-rativamente, colocado en el umbral de un periodo histórico-político al través del cual entraba a constituir una página brillante en el gran catálogo de las naciones independientes, careciera en los comienzos de su existencia de una literatura nacional. Sin embargo, ya había dado el primer paso en la formación de esa literatura, literatura de carácter esen-« cialmente político, engendrada por su primer Congreso Colonial, y a la cual refirióse alguna vez, con admiración el famoso orador inglés Edmundo Burkc. Esta , literatura primitiva la for nan las cartas, las arengas y los disc- rsos de Otis. Washington, Adams, Hamilton, Jefferson, Madison y varios otros patriotas de la Revolución Norteamericana. Con el transcurso del tiempo adqui-riron las bellas letras norte-americanas mayores proporciones, mayor bri- • llantez artística, mayor originalidad; y ya en 1841 la Quarterly Review, de Londres, al ocuparse en una revista literaria, de Palestina, obra escrita por Edgardo Robinson, se expresaba asi: . “Xo estamos del todo complacidos con el hecho de que . por el mejor y más erudito trabajo, referente a la geografía y antigüedades de la Tierra Santa aunque escrita en inglés, seamos deudores a un prelado ameri-c no.” Para sostener que los norte-ameri .anos tienen su literatura propia, bas tará mencionar a unos cuantos auto res y algunas de sus principales pro-lucciones. Por ej'emplo. a Washington Irving y su Sketch Book de donde surgieron su Rip Van Winkle y su Legned of Sleepy Hollow; a James Fenimore Cooper y su The Pioneers y su The Last of the Mohicans; a Nathaniel Hawthorne y su The Scarlet Letter, su Wonder Book y su Leatherstock-ing Tales; a Harriet Beecher Stowe y su Uncle Tom’s Cabin; a William Cullen Bryant y su Thanatopsis y su To a Waterfowl; a Henry Wadsworth Longfellow y su Evangeline ■ y su Hiawatha; a James Russell Lowell y su The Vision of Sir Launfal, su Un-der^the Willows y sus Biglow Papers: a Olí vet, Wendell Holmes y su Old Irqnsides, su The Last Leaf, su The Shambered Natutilus y su Thf Aqto-. rrat of (he Bteaklast Table; a Edgar Xllan Poe y su The Raven, su Anabel Lee, su Leifófé y su The Bells; a su Barbara Fritchie y su Maud Muller; a Walt Whitman y su Leaves of Grass y su Song of Myself. La cultura literaria primitiva del pueblo norte-americano tiene un origen y i:n carácter británicos, es verdad, gracias a la influencia-ejercida por las obras clásicas de Thaucer Spencer, Shakespeare. Milton, Dryden, Pope, Addison. Ben Jortfion, Beaumont y Fletcher, Goldsmith, y otros que, cual! columnas indestructibles, sostienen el magestuoso templo de la literatura inglesa. Mas. pasado su periodo inicial de vida política independiente, los norteamericanos han desarrollado una lite-ratura propia, no imitativa; una literatura autóctona, nacional,; literatura cimentada en los hábitos, en las eos-tutnbres, en las insíituciones, en las ideas, en los pensamientos, peculiares, a ellos mismos; literatura embellecidí por la salvaje virginidad de sus cam pos, lo imponente de sus selvas, 1; grandeza de sus valles, el perfume de sus flores, la sublime magestad de sus manantiales, y sus ríos, y sus lagos, y sus fértiles campiñas; invitando todo este maravilloso conjunto de elementos inexhaustos, a- la evolución de una sociedad potente, vigorosa, invencible: invitando todo, en fin, a la meditación seria y profunda de espí-irtus que, colocados frente a nuevos y gloriosos horizontes, se encuentran ávidos de su propio desarrollo político, físico, moral e intelectual A lo que tenemos asentado podemos agregar que en los estudios teológicos cuenta la literatura norteamericana con Jonathan Edwards, Timothy Dwight, Albert Barnes y Henry Ward Beecher. En la oratoria, con Patrick Henry, ter y Charles Sumner. En la historia, con Justin Winsor. John Caldwell Calhoun. Daniel Webs-Richard Hildreth. William Hicking Prescott, John Lothrop Motley. Geor-"e Bancroft, Benson J. Losing y John Fiske. En las ciencias naturales, con John James Audobon. Alexander Agassiz, Asay Gray. William Darlington, Jose* h Leidy, E. D. Cope y Harrison A len. ■. —2L " En las ciencias físicas y la invención, con Eli Whitney. Elias Howe. Benjamín Franklin. Samuel B. F. Morse, Alexander Graham Bell y Tomás A. Edison. En la crítica y la investigación fi- . losófica. con Tomás Paine. Ralph Waldo Emetson, John William Draper y Robert Ingersoll. En la filología, con Noah Webster y Daniel H. Brinton. En la medicina, con Benjamín Rush', George B. Wood. Alfred Stille. Samuel D. Gross. Joseph Pancoast. D. Hayes Agnew. J. Manon Sims. Charles T. Jackson. Horace Wells. William T. G. Morton. J. C. Warren. Crawford Williamsun Long. Horatio C. Wqod. William Pepper, S^W-eir Mitchell, N’. S. Davis. John ¿Whurst. Howard Kell y W. W. Keen^ Todos los .quejieinos traído a tores activos, escritores voluminosos, y ______________