El Meneajero Juvenil El Meneejere Juvenil 17 convence de pecado y se convic-len por el Espíritu Santo. (1) Convence de pecado. En primer lugar vemos <|iie el ,,Esl,,lri1,1*1 Santo convence al mundo, r.n Juan lfi:7,8: "...Os es necesario <|Ue yo vaya: porque si yo i'» fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuese os lo.enviare. > cuando él viniere redargüirá id mundo de, pe cado, y de justicia, y de juicio." El Espíritu Santo présenla a Píos al pe cador de tal manera que este se con vence do su pecado y vi1 la santidad, la justicia y redil mi de Dios. Isaías nos relata que cuando él vio a Dios en toda su gloria y escucho a los an geles cantando alabanzas, entonces comprendió qué hombre tan vil era. Esto es lo que hace el Espiritu ban to: revelarnos cuán pecadores somos, y la relación que existe entre el hom bre pecador y Dios en Cristo, asi como el pecado <|Ue es no aceptiir i: Cristo como el Hijo de Dios y el uní co Salvador personal. (2) Prepara el corazón. El Espiritu Santo, ablanda y prepara id corazón d< I oycnie, de lal muñera que cuando Dios se le revela en Cristo presta tuda atención a las verdades de Dios, como en el caso de Lydia en Filipos, cuando Pablo b predicó -1 evangelio n la.- orillas del rio. Y. otra vez. en la historia de Cornelio, Actos 10, encontramos cómo Pedro le predicó < 1 « vangelio a él y toda su casa y “el Espiritu Santo cayó sobre todos los que oían e| sermón" (V. 44). Ellos fueron convertidos, por supuesto, y Pedro “les mandó bautizarse en el nombre del Señor .Jesús" (V. 48). Esta es la historia más maravillosa de cómo el Espíritu de Dios prepara el corazón del que necesita la conversión y al mismo tiempo el corazón del que debe anunciar el mensaje de| Evange lio. Recorríamos que Pedro fué prepa rudo para ir a Cornelio por el signi ficado de la vi ión que tuvo en la azotea y tan pronto como la vision terminó, tres hombres de Cornelio tocaron a la puerta y preguntaron por id. Allí estuvo el Espíritu Santo trabajando en ambos lados. Si sentimos en nuestros corazones e| impulso de hablar alguno para ser cristiano, estemos seguros que el Es piritu Santo está impresionando a aquel corazón con la necbsidad que tiene del evangelio y sentirá hambre de que le hablemos las palabras que el Espíritu nos dicte. I. Le» Com Eepirituale» Revelada». Nosotros nunca conoceremos acerca de las grandes cosas espirituales de Dios, si éstas no nos son reveladas por el Espíritu Santo. Dejemos a Pablo que nos diga acerca de éstas; "Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, ni han subido en corazón do hombre, son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. Empero Dios nos !<• reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asi tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espiritu de llios" (1 Cor. 2:9-11). Esto significa que el Espíritu Santo asi revela las cosas espirituales a los hombres que son capaces para verlas y comprender sus significados. ¿Cómo podrían los pescadores de Galilea, hombres ignorantes y sin lenas predicar con tanto poder? ¿Cómo podrían los antiguos predicadores bautistas del Sur, sin colegios pa ra prepararse, ganar tantas almas para Cristo? Su maestro fué el Espíritu Santo. Por la oración y el estudio de la Biblia se prepararon para que el Espiritu Santo hablara por ellos. Si la educación en nuestros dias hace que el predicador no dependa del Espiritu Santo, hablará sin poder; pero entre más tenga, más