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en el Coito
Por Adolfo Robletu
ESCUELA DOMINICAL
UNA COMISION SAGRADA
Uno de los privilegios más grandes que el cristiano tiene es el de rendirle culto a su divino Hacedor. Sustentador y Redentor. El culto, en su significación biblica y religiosa, es la manifestación suprema del amor, de la fe y de la gratitud que nosotros sentimos hacia Dios. Es la alabanza y la adoración del espiritu que le rendimos. Este culto se expresa de múltiples maneras y formas. Por supuesto, para que sea acepto delante de Dios, debe estar en consonancia con su naturaleza y con su carácter. Una de las revelaciones más importantes que hizo Jesús durante su ministerio público fue la que dio a la mujer samaritana. cuando le dijo: -Dios es espiritu: y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" -Juan 4:24*. Esto nos indica que el verdadero culto es en su esencia espiritual, valga decir, la comunión intima de nuestro espiritu con el de Dios.
El culto público es cuando los creyentes nos reunimos en el templo para adorar a Dios. Todas las partes del servicio deben ser medios que expresen el gozo y la fe de nuestros corazones. A menudo solemos decir: "Voy al culto, estuve en el culto, el culto resultó bonito", y expresiones similares. Si nos fijamos bien, no siempre estaremos diciendo la verdad al emplear tales frases. Al concurso de las personas y al desarrollo del programa religioso debiamos. con mayor propiedad. llamarlos "el servicio". El culto es algo intimo. del corazón. Hay culto cuando realmente sentimos la presencia de Dios en el templo. Cuando nuestro espiritu se goza en 1? contemplación de la gloria, de la hermosura y de la santidad del Señor. Cuando el canto, las oraciones, la lectura de la Biblia, la presentación de las ofrendas. etc., son como hebras que suben desde el fondo de nuestros corazones hasta el trono de la gracia divina. Cuando la predicación, escuchada atentamente, nos mueve a un mayor acercamiento de Dios y despierta en nosotros un deseo más vivo de consagrar nuestras vidas al Señor. Entonces si podemos decir que hubo culto, inspiración, solaz espiritual. Pero cuando faltan esas experiencias, el llamado "cuito" no es más que una simple reunión, un servicio más en el programa rutinario de la iglesia.
Todas estas consideraciones nos llevan a discurrir sobre el punto de la reverencia. Esto es algo de mucho valor práctico, en lo cual conviene hacer énfasis a menudo en nuestras iglesias.
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Podríamos decir que la reverencia es la actitud de la mente y del espiritu que nos permite participar circunspecta y constructivamente en todas las partes del servicio. Según sintamos en nuestro fuero interno asi será nuestro comportamiento externo. Un alma vacia de piedad no será el mejor estimulo a la atención mental y a la quietud del cuerpo. En Habacuc 2:20 se nos dice lo siguiente: "Mas Jehová está en su santo templo: calle delante de él toda la tierra". Este versículo es un llamado a la reverencia. Debiera quedar grabado en el corazón de cada creyente. Si no hay reverencia no puede haber culto. Más bien el servicio se convierte en una profanación. no sólo del nombre de Dios sino del templo mismo.
La irreverencia, en primer término, acusa un concepto muy pobre y común de Dios. Los irreverentes demuestran no apreciar las cosas divinas en su verdadero valor. No piensan en la realidad de la presencia de Dios en la iglesia. Para ellos, el templo es un lugar de cita, acaso de expansión como cualquier otro. Tan pronto entramos al templo debiéramos sentir y reconocer que estamos en terreno sagrado. Como Moisés. debiéramos descalzarnos de toda vulgaridad e irrespeto. Después de que Jacob hubo despertado de su sueño, cuando tuvo la visión de la escala luminosa que unia al cielo con la tierra, él dijo: "Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabia. ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo". 'Génesis 28:16. 17'. Nuestro Señor Jesucristo nos dio la siguiente hermosa promesa: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, alli estoy en medio de ellos" 'Mateo 18:20-. Cuán bueno es ir al templo y sentir alli a Dios muy cerca de nosotros.
En segundo lugar, la irreverencia es un signo de mala educación. Es lástima, pero hay que decirlo, muchos de nuestros templos más bien parecen mercados que santuarios de adoración. Se está en el servicio, y no obstante, hay hermanos que se mueven de un lugar a otro, mantienen perturbadores cuchicheos con el del lado, vuelven la cabeza hacia cualauier lugar de donde se oye algún ruido, se ríen, leen revistas o periódicos, comen golosinas o mastican chicle, hacen ruido con los zapatas, en fin. no guardan la debida quietud y distraen a los demás. Cuán-
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EL PROMOTOR DE
Maestros y oficiales de la escuela dominical, vosotros tenéis una comisión sagrada: Hablar a toda la gente acerca del Hijo de Dios, usando la Palabra de Dios y trabajando en las iglesias del Señor.
Vosotros sois embajadores de Cristo, que intrépidamente debéis hablar para persuadir a hombres y mujeres a que se reconcilien con Dios.
Vosotros sois constructores de hombres y mujeres cristianos a quienes diariamente debéis estimular para que crezcan en la gracia y el conocimiento de Cristo.
Vosotros sois consejeros de almas pecadoras y perturbadas a quienes debéis mostrar que Jesús es el único que puede satisfacer.
Vosotros sois los hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores, debiendo hacer el bien por doquiera que vayáis, como lo hizo nuestro bendito Maestro.
Vosotros sois las barquillas terrenales que tenéis el privilegio de esparcir el conocimiento de la salvación de Dios y reflejar en vosotros la gloria de Dios como se revela en Jesucristo.
Vosotros sois pescadores de hombres, que debéis emplear cada miligramo de vuestra influencia y toda la habilidad que podéis adquirir: y poseídos de paciencia, podréis sacar a muchos hombres de la obscuridad y traerlos a la luz.
Vosotros sois los recolectores de la cosecha espiritual. Vuestro fruto estará en los corazones de las personas, en las iglesias trabajadoras y activas, en los hogares cristianos, en la ciudadanía cristiana, en escuelas, hor-fanatorios, hospitales; y hasta que entréis en el hogar celestial y veáis las multitudes de redimidos y os unáis en los gozosos aleluyas conoceréis muchos de los frutos de vuestras labores.
Vosotros sois los heraldos del
EDUCACION CRISTIANA
Por J. N. Barnette cielo, que debéis aparejar el camino del Señor en los corazones y voluntades de jóvenes y ancianos.
Vosotros sois los instructores de justicia, que debéis mostrar el camino derecho y angosto, advirtiendo noche y dia de los peligros y desastres del camino ancho.
Vosotros sois coherederos de Cristo, y vuestro placer debe ser servir al Señor y buscar "la ciudad que tiene los cimientos; cuyo arquitecto y hacedor es Dios" (Heb. ll:10i.
Vosotros sois los guardianes del reino, "y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos" <Mat. 16:19).
"Vosotros sois los amigos del Señor y debéis estar consagrados por entero a su causa; unidos en fe y compañerismo".
Vosotros sois los mensajeros del Señor, y como Maria, sois mandados a "id presto, decid..."
Vosotros sois los que debéis nutrir a los débiles y ancianos, cuidando de ellos tiernamente y proveyendo amorosamente ese ministerio extra que tanto lo necesitan los débiles y ancianos.
Vosotros sois ordenados para que seáis testigos vivos de lo que Cristo hace por una vida rendida enteramente a él.
Vosotros debéis ser participes de los sufrimientos de Cristo, y debéis consideraros felices de poder compartir sus sufrimientos, sabiendo perfectamente bien que esos que sufren con Cristo reinarán con él.
En la quietud y en la confianza debe estar vuestra fuerza; aun en un mundo de inquietudes vuestra fe debe ser segura y firme.
Vosotros sois lectores de la palabra, y debéis buscar la verdad dirigiéndoos primeramente a Dios para obtener esa sabidu
ría quo viene de lo alto.
Vosotros sois los sembradores de la Palabra que debéis propagarla en la iglesia y en el hogar.
Vosotros sois los adiestradores de los presentes y futuros padres de familia, ciudadanos y miembros de la iglesia, y el futuro está en vuestras manos.
Vuestra vida debe ser inmaculada. de tal manera que vuestra influencia debe ser edificante y siempre buena.
Vosotros sois visitadores que debéis tener un propósito: salir cada semana a visitar a los que estuvieron ausentes en la clase del domingo, a los miembros en perspectiva, y estar en constante búsqueda de perdidos para rescatarlos, yendo a dondequiera que haya necesidad.
Vosotros sois trabajadores de la iglesia, que debéis estar preparados como grupos o individuos para aceptar cualquier responsabilidad que la iglesia deposite en vosotros y ejecutar cualquier tarea de ésta y pronunciar cualquier mensaje que se os encomiende.
Vosotros no tratáis de un desconocido señor X. sino que como Pablo vosotros podéis decir con fe: "porque yo sé a quién he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel dia" <2 Tim. 1:12).
Vosotros debéis ser mutuos compañeros de fatigas y colaboradores de Dios, trabajadores que no se avergüenzan, exponiendo bien la Palabra de verdad i2 Tim. 2:15).
Vuestro celo debe ser como el rio que desemboca en el mar: que nunca cesa y que siempre es fresco y vivificante.
"Asi que, hermanos mios amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano" (1 Cor. 15:58). — The Sunday School Builder, Trad. A. Parajón.
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