Eete Mimo que hemoe leído, ¿no muee-tra eee bello espíritu? David no esperó Helar al cielo para disfrutar de él. "Es hermosa la herencia que me ha tocado", exclamó David. El sabía la felicidad que le esperaba, y el solo pensar en ella producía alegría dentro de su ser. H. L. ¿Te estás encaminando al cielo? Entonces disfruta de él ahora. D. lo. de septiembre: Refugio y fortaleza, Salmo 46. El que tiene fe en Dios puede soportar todo lo que le suceda. Al tener a Dios como nuestro refugio y fortaleza, no ten-dremos miedo, sean cual sean los cambios las experiencias, y los sufrimientos Antes de que estallara la guerra entre Japón y los Estados Unidos, cuando el Dr. M. Theron Rankin, quien al morir era secretario de la Junta de Misiones Foráneas de la Convención Bautista del Sur de los Estados Unidos, salió por un tiempo de la China que ya se encontraba luchando contra los japoneses, uno de los hermanos chinos le dijo: “No se preocupe, Dr. Rankin, nada puede sucedemos; es posible que suframos o muramos; pero ningún mal nos vendrá." El Dr. Rankin solía decir: "¿Qué puede uno hacer en contra de gente como aquella?" Esta misma pregunta se hicieron aquellos que vieron los primeros cristianos perseguidos. "El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre" (Hebreos 13: 6). H. L. Oración: Dános tal fe, Señor, que podamos hacer lo imposible ante los hombres. Amén. Lección de la Esewela Dominical para el • de Septiembre. Títelo: Barech: Ayudante Fie!. Pasaje: Jeremías 36. L. 2 de septiembre: Actuando con fe, Jeremías 32:9-16. Jeremías vivió en uno de los períodos más negros de la historia hebrea. Vio la completa destrucción del templo. Vio derribada a Jerusalem, su amada ciudad. Vio quebrantado a su pueblo, y a muchos llevados cautivos. En verdad Jeremías era un hombre de fe, aunque sabía que los ejércitos de Babilonia esteban por llegar al pequeño Ju-dá, que estaban por destruir Jerusalem y llevarse a los habitantes como cautivos compró una finca. Jeremías tenía fe en el futuro. Si caía Judá, tenía la seguridad de que se levantaría otra vez. El sa bia que Dio* amaba a su pueblo con un amor eterno. A todos nos vienen días de desaliento, y tenemos que recordar cada día que somos hijos de Dios, y que su amor eterno nos rodea. Cuando un cristiano ha sufrido una experiencia angustiosa en la cual se sintió abandonado por Dios, puede mirar hacia atrás y ver que Dios lo guió en realidad por medio de aquella oscuridad al amanecer de un nuevo día. H. L. Oración: Gracias te damos. Padre nuestro, porque tenemos la certeza que si tenemos fe, todo es posible. Amén. M. 3 de septiembre: Baruch lee el rollo, Jeremías 36:9-19. La lección de la escuela dominical del próximo domingo será en cuanto a Baruch, el escriba. Es un personaje muj interesante que vivió en el tiempo en que cayó Judá y fue fiel amigo de Jeremías. Después que Jeremías dictó el libro a Baruch, fue al templo y leyó en el libro al pueblo que estaba en una celebración judía. Leyó el rollo para que todo el pueblo de Jerusalem supiera las palabras del Señor. La tarea de Baruch era peligrosa. Jerusalem estaba sitiada por el ejército de Babilonia, las fuerzas de Nabucodonosor estaban a las puertas de la ciudad. Jeremías había sido encarcelado porque el profeta había dicho lo que el Señor le mandó; que la ciudad caería en manos del enemigo (Jeremías 32:3); pero él continuó predicando y profetizando en cuanto a los pecados de Judá y su futuro. No podía presentar sus mensajes, asi que el fiel y valiente Baruch hizo lo que no permitían hacer a Jeremías. El leyó los mensajes a la gente como fue el propósito de Dios, que oyeran y tuviesen una última oportunidad de arrepentirse. Oración: Padre nuestro, te damos gracias por los hombres y las mujeres fieles que están dispuestos a servirte en puestos de grande responsabilidad. Amén. M. 4 de septiembre: Preparación de otro rollo, Jeremías 36:27-31. A los hombres no les gusta la franqueza de la Biblia cuando sus propios actos son malos. Al rey no le gustaron las denuncias que se hacían en el rollo de Jeremías en cuanto a su mala vida, y lo destruyó. El destruir las Biblias no extermina la Biblia. En ciertas épocas procuraron exterminarla quemando todas las Biblias que encontraban, y persiguiendo a la gente por el delito de poseer una Biblia. 40 IL HOGAR CRISTIANO