TIEMPO DE B. C., Y SONORA SEGUNDA SECCION. — PAGINA 6 verdad es que no tuvo nada qué ver con m¡ campaña. Fue un pleito de borrachos que andaban en una boda. Es mas, cuando llegamos a Sahuaripa, traían un burro exhibiéndolo, paro chotearme. Lo cierto es que nos reimos porque nos pareció muy buena la puntada que se alcanzaron los de Sahuaripa. EL CASO BIEBRICH INTERPRETADO POR EPS yo sabía PREGUNTA: ¿Se pudo haber evitado !a caída del aobiemo dei Lie. Carlos Armando Biebrich? RESPUESTA: Claro que se pudo haber evitado.. . PREGUNTA: ¿Por qué, si Carlos Armando tenía una carrera de tanto equilibrio, por qué se descontro-ió?... ¿Ebriedad de poder, quizás?. RESPUESTA: Jesús, eso no te lo ouedo contestar. Para mí es un misterio el porqué Carlos Armando actuó en la forma que lo hizo. PREGUNTA: Hubo un cambio radical en él, ¿verdad, Faustino? RESPUESTA: Sí, indudablemente. La gente dice que porque se rodeó de amigos que en lugar de llamarle la atención, como debe hacerlo un verdadero amigo, cuando acía u ordenaba cosas incon-vc mtes para el Estado y para él mismo, se las festejaban y las festinaban y hacían gracia con ellas. - PREGUNTA: ¿Pudo haber sido la juventud? RESPUESTA: Puede ser, ¿Verdad?. Pero es el caso de que Carlos Armando ya no estaba tan joven-cito y es, además, un hombre inteligente. Para mí ha sido un misterio su actitud. » ¿Río Muerto? RESPUESTA: Sí, cómo no. PREGUNTA: So siente, ¿no? RESPUESTA: Bueno, es que yo que estaba sufriendo un LA SUELTE DE BIEBRICH SE DECIDIO ANTES DE RIO MUERTO cambio, ro eran que me llegaban, que yo sospechaba que algo molo estaba pasando. Por eso, te decía antes, cuando me quisieron entrevistar^ de El Impartial sobre el primer año de gobierno de Biebrich, yo contesté que "aún no era tiempo de emitir un juicio sobre una administración que apenas pero no me constaba. Pe-tantas las informaciones BIEBRICH FUE A PEDIRME AYUDA CUANDO NO HABÍA REMEDIO se iniciaba. Eso provocó el enojo . grande, estrecha amistad con Eche-hubiera* atendido. Pero ya ves, no quiso ser sincero conmigo, hasta que las cosas yo no tenían remedio. Porque la víspera de su renuncia, si fue a buscarme al hotel en Ciudad Obregón, después de lo de Río Muerto, paro contarme la situación. Yo le dije entonces que tenía que hablar directamente con el Presidente Echeverría, que no perdiera el tiempo hablándole a Moya Palencia ni platicando con Celestino, sino que si era necesario se fuera a México a platicar con el Presidente. Yo pienso una cosa, le dije entonces: "que a usted no lo quieren quitar por lo de Río Muerto, que eso es sólo el pretexto". Y es que en esos momentos me acordaba de aquella actitud hostil de Echeverría para Biebrich, de Biebrich* y hasta se llegó a sen- ; venía y estoy jeguro~ de que me tir muy molesto conmigo, como lo u“u' * **■ l 'J~ comprobé meses después en uno plática que tuvimos. Y no quise que me hicieran esa entrevista, porque de haberla aceptado, hubiera tenido que hacer, declaraciones negativas para Biebrich. Tú me preguntas que si posiblemente hubiera tenido remedio su caso y se hubiera podido evitar su caída. Creo que sí lo hubiera tenido, si Carlos Armando se sincero comingo y me habla con la verdad cuando le pregunté por qué andaba mal con el Presidente Echeverría. Porque, mira Jesús, algunos meses antes de que Biebrich cayera, estuvo en México con el Presidente, y él me dijo oigo malo, de crítica, sobre Biebrich, y no lo escuché bien. "Yo mandé llamar a ese muchacho', le entendí al Presidente, quien Presidente, quien estaba enojado. Pero no pude oir bien (ya me empezaban a fallar los oidos) porque Echeverría, cuando te hablaba de cosas importantes, tenía la costumbre de bajar la voz y de susurrar CAMS ARMANDO SE ACELERO como en confidencia. Me dio pena preguntarle otra vez, pero para mí mismo, me'dije: "cuando llegue a Hermosillo le voy a preguntar a Biebrich qué problemas trae con el Presidente". PREGUNTA: ¿Y qué pasó? RESPUESTA: Pues cuando regresé a Hermosillo, hablé con Bie-brich y |e hice la pregunta, pero me dio una versión que nomás no podía haber justificado aquel enojo del Presidente. Si hubiera sido sincero conmigo, yo lo hubiera aconsejado y le hubiera dado la mano en todo, porque yo tenía una qué se había presentado antes de los sucesos del Yoqui, antes de las muertes de 'los solicitantes de tierras". PREGUNTA: ¿Realmente crees que fue un pretexto? RESPUESTA: "Sí, hombre, claro. Porque a Jos gobernadores que están bien allá arriba, los respaldan siempre. En esos mismos días, habían matado a treinta y tantos campesinos en Chiapas, y a doce o más en Veracruz, y todo mundo lo supo porque apareció en la prensa, pero a aquellos gobernadores no les pasó nada. No, eso fue el pretexto y nada más. Yo pienso que desde un princioio Carlos Armando se aceleró. Recuerdo que a raíz de su candidatura ordenó que se les lanzaran gases a los estudiantes del Tecnológico, en Ciudad Obregón, que entonces estaban en ebullición, aero se empeñó en hacer su desayuno en el Campestre, frente al Tecnológico. Yo le había aconsejado que no hiciera semejante cosa, que no fuera a retar a los muchachos. porque teníamos información de que le iban a echar a perder la reunión, pero no me hizo caso. Yo tenía un excelente sistema de información, que el mismo Biebrich^ destruyó de manera totalmente irresponsable, por pasiones personales. Era un sistema que no nos costaba casi nada, pero él quiso hacerlo a su modo y acabó con algo que nos fue muy útil y que le hubiera servido también a él de mucho. Otras veces, yo impedí que tuviera problemas, pues me enteraba de que le iban a sabotear los mítines y con la misma gente que tenía infiltrada entre los estudiantes, o los comunistas, les mandaba advertencias ’ de que personalmente ¡río, como gobernador, a darle garantías al candidato. Y los muchachos afortunadamente desistían en su actitud. PREGUNTA: Entonces , ¿Biebrich destruyó todo el sistema de información política del Estado? RESPUESTA: "Sí, y lo hizo de la manera más absurda. ¿Te acuer das de Luis, aquel mucnuwiu d< Gobernación? Era un excelente investigador, leal y serio, pero Biebrich le agarró ojeriza. Fíjate la ventaja que representaba él, pues yo leía los informes que enviaba o Gobernación antes de que los mandara. Teníamos gentes en San Luis, Ciudad Obregón, Cananea hasta en la Universidad. Pagábamos una bicoca por este servicio y estábamos enterados de todo lo que ocurría en el Estado. Pero llegó Biebrich y no quiso utilizarlos. Se trajo a un capitán, de apellidp irlandés, como jefe de ayudantes, aunque no conocía a nadie en Sonora, y lo primero que hizo fue agarrar pleito con Luis y con las gentes que nos informaban. Se perdió uno magnífi- :• ca estructura y los resultados los vi- 1 mos pronto, cuando el nuevo gobierno tuvo problemas, sobre todo en la Universidad, que pudieron haberse evitado, con tan sólo haber tenido información veraz y oportuna. PREGUNTA ¿Realmente fuiste tú quien estructuró la carrero política de Biebrich?