El Faro E aceptaron la invitación y Pablo haciendo señal de silencio con la mano comenzó a hablar con todo respeto. Les narro algo de la historia de Israel, con el i in de demostrarles que Dios habia sido bondadoso para con su pueblo. Sin yaeilar les presentó a Jesús como el Mesías, de la simiente de David. Por último les habló del injusto proceso de l’ilato. de la muerte y resurrección del Señor Je-sús. Lueiro exhorto a los oyentes a a-ceptar a Cristo Jesús como el Salvador. II. Resultados del Sermón de Pablo, V-. 42-52. V. 42. Saliendo ellos; los misión* ros Pablo y Bernabé. De la sinatjoga de los judíos; el lugar en donde lo- judio se reunían los sábados para <- cuchai la lectura de la ley y adorar a Dios. Los gentiles les rogaron; prosélito de la religion judaica. Les hablasen es-tas palabras; el mensaje del evang'oi<> oue les habían proclamado en la sina goga. V. JJ. Despedida la congregación; por el principe y con la hermo. a bendición de los tiempos antiguo-: "Jehova te bendiga y te guard*■: haga 1 «-plamiecer Jehová su rostro sobro ti, \ haya de ti misericorilia: Jehová alee a ti su 10 tro. y ponga en ti paz * Número 0 .2 1 2t>i. Muchos de los judíos; natuiah de Judea o hijos de * -to-. De los reli-g i osos prosélitos; tfeiltih* <|U<* hablan abanilonailo la adoración de lo- idido para servir y adorar al úni* o Dm ve* dadero. Los cuales hablándoles, les persuadían; Pablo y Bmnabe le instaban a que permaneciesen en la gracia de Dios; esta pocas palabra- |*i ..babbmmn te sumarizan id trabajo d< Pablo y !■<•' nabé durante la semana. P*>r la pi dicación del evangelio y la influencia del Espíritu Santo aceptar*.n la salvación de Dios por mcilio de -*.i Hijo. \ i*, misioneros los urgían a «pie permaneciesen f'eles. V. 44. El siguiente sábado; una semana después del acontecimiento na irado. Se juntó casi toda la ciudad; judíos V gentile . A oir la palabra de Dios; los misioneros eran hombr* He nos .leí Espíritu Santo y de entu-ia-mo y el pueblo se sentía atraillo a es cuchar su mensaje. V 45 Mas los judíos, visto el gen tío; la popularidad de los predicador* era patente y estos llenáronse de celo “se llenaron -le envidia" ; ha5 almas pequeñas <|ue no pueden sopor tar que otros esten capacitados para hacer más. El apóstol Pablo exhorta. iminical ^9 “Andemos como de rlía. . . .no en pendencia y envidia.’’ Se oponían a lo que Pablo decía; porqu- el celo y la envidia los cegaban. Contradiciendo y blasfemando; es fácil formarse el hábito *le contradecir sin investigar y de la contradicción a la blasfemia solo hay un pas . V. 4f>. Pablo y Bernabé, usando de libertad; al ver la oposición que crecía y oycmlo las hlasimnias <|Ue proferian convinieron <-n -lar fin a la conferencia. Dijeron; “con intrepidez (N. P. I. A vosotros; a bis judíos. Era menester que se os hablase la palabra de Dios; “primeramente" (X. P.) (Mateo 1 ():(>). Mas pues que la desecháis; contrad ciendo y blasfemando y negando la verdad que el apóstol predicaba. Y os juzgáis indignos de la vida eterna; mientras pensaban que solo (dios entre todas las naciones eran dignos de la vida eterna, con su conducta declararon que no lo eran, porque rechazaban a Cristo, el único Salvador. \". 47. Porque asi nos ha mandado el Señor; el mandamiento al cual los apostóles se refieren se encuentra en Isaías 49 :f¡. Te he puesto; al M*'sia-. Para luz de los gentiles; era * I filan *o.i-no que esta misma Luz alumbrara a todo el mundo. Para que seas salud ha a lo postrero de la tierra; Jesus salvará a todo aquel de toda nación y pueblo y linaje (fue en él creyere. V. 4K. Los gentiles oyendo esto; que para ellos, en verdad, fue la buena nueva. Fueron gozosos; “-*• alegraban ( X. P. >. Glorificaban la palabra de Dios; más bien que las enseñanzas de lo- fanático- judíos. Y creyendo todos los que estaban ordenados para vida eterna; "los que habían sillo chalados a la vida eterna" (X. P.>. V. 49. La palabra del Señor era sembrada; a pe-ai <1. la *qio ico.n de ios enemigo- de ella. Por toda aquella provincia; -le Pi-i'lia; no Únicamente Pablo y Bernabé sembraban la Palabra. sino otros mucho- les ayudaban. V. 7i<). Mas los judíos concitaron mujeres pías y honestas; “instigáronla las mujer*- timoratas y distinguidas" (X P. > ; mujere- de buena posición social, muy fieles en la .bservam ia de la ley mosaica. Y a los principales de la ciudad; quizá espo-os de las mujeres pías y honestas que los judíos concitaron. Y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé; este procedimiento era ilegal y por esto los judíos se valieron de los principales de la ciudad para que