Foro del 7 al 13 de febrero de 1997 / 13 Rogelio Lavenant Sifuentes Ruta Tijuana-Tampico-Tijuana en el caso de los autobuses de “Scapadas” TIJUANA.-No se trata de una nueva promoción turística ni nada por el estilo, aunque así lo parezca. Simplemente es esta la “ruta” que ha seguido la denuncia del “secuestro” de dos autobuses propiedad de la empresa “Scapadas”, en los más de tres años transcurridos desde que el entonces administrador de la Aduana Fronteriza, José Guzmán Montalvo, ordenó el supuesto embargo y los envió a Tampico. Tamaulipas. Ahora, cuando su sucesor Antonio Martínez Luna acaba de ser reemplazado del cargo, vuelve a la mente del representante de la compañía afectada. Ramón Ramírez García, las peripecias jurídicas en las que se ha visto envuelto el caso desde mayo de 1993. “Primero nos quitó los autobuses de manera indebida, ilegal y arbitrariamente, y luego los envió a Tampico, para regalárselos a su señor padre, pero como lo descubrimos y denunciamos ante la Procuraduría General de la República, maniobró para que fueran supuestamente donados al Ayuntamiento de Tampico, Tamaulipas, que tuvo que devolver finalmente las unidades a petición del juez federal que atiende el asunto”, comentó. Recuerda que “regresaban los autobuses (AMC International 1983 y GMC Eagle 1974) de un viaje a Disncylandia, con grupos de escolares a bordo, y al llegar a la garita mexicana (San Ysidro-Tijuana), fueron abordados por policías fiscales que ordenaron a los operadores llevar a los niños a su escuela, y luego regresar a los patios fiscales de la Aduana Fronteriza para revisión”. L No fueron los únicos que “decomisó” dicho funcionario, actualmente en un importante puesto en Aduanas de la ciudad de México. Otros seis autobuses quedaron “incautados” en los patios fiscales. Dos ya fueron devueltos a Transportes Turísticos de la Frontera, y quedan otros dos de propiedad de las empresas de transportes turísticos Cali-Baja y Maya Tour. Luego de que los choferes José Guadalupe Becerra y José Ignacio Rodríguez Topete regresaron al patio de la Aduana de Tijuana, les informaron que “el administrador no estaba y que regresaran hasta el lunes siguiente”. En vista de los infructuosos intentos por recuperar los camiones de “Scapadas”, pese a tener toda la documentación y portar placas del Servicio Público Federal autorizadas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, su representante Ramón Ramírez García optó por hacer formales reclamos ante las autoridades hacendarias, confiando en obtener justicia. “Hicimos ver la ilegalidad del procedimiento. como también el hecho de que en las actas levantadas, aparece que la comenzaron a redactar el 29 de mayo y la terminaron el día 28. o sea un día antes, cosa que evidencia la ligereza con la que actuaron por instrucciones de Guzmán Montalvo”, manifestó el servidor turístico. También recurrió antes a la Procuraduría de Derechos Humanos, a la prensa, pero nada logró entonces. Casi un año después, la madrugada del 21 de mayo de 1994, casualmente descubrió sobre el boulevar Agua Caliente, frente al hipódromo Caliente, una caravana de vehículos entre los que iban sus dos autobuses, junto con plataformas en las que transportaban “suburbans” y “blazers”. “Cuando los vi supe inmediatamente que eran mis camiones, y decidí bloquearlos para obligarlos a detenerse. Cuando interrogué a uno de los choferes, me dijo que habían sido contratados por el administrador de la Aduana Fronteriza de Tijuana, José Guzmán Montalvo, para llevar las unidades hasta Tampico, y regalárselas a su papá. Andaban perdidos y no encontraban el camino para emprender el viaje, por eso los descubrí”, dijo Ramírez García. En vista de lo anterior, el 6 de septiembre de 1994. los abogados de "Scapadas” presentaron formal denuncia en la agencia del Ministerio Público Federal (radicando la A.P. 2133/94 en la Mesa VIII), por los cargos de “ejercicio indebido de funciones y abuso de autoridad”. Como principal afectada aparece la se±ora María Inés de la Rocha Félix. \MCI« v En el • secuestro de los autobuses están Involucrados n. varios hindonarios de j¡ Aduanas. ■ Cuando Guzmán Montalvo compareció ante el fiscal federal Ricardo Merino Fausto, a insistencia de los quejosos, lo hizo a la medianoche. “Es raro, porque regularmente no se atiende este tipo de diligencias fuera del horario ordinario de las oficinas, a menos que haya interés de favorecerlo”, comentó Ramírez García. En su declaración, el funcionario justificó la confiscación de los camiones, alegando que “al parecer se estaban internando al país de manera ilegal, ya que no tenían el permiso de importación correspondiente, y que (si así lo decidían los presuntos ofendidos) podrían impugnar los procedimientos ante la Administración Jurídica de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”. Sobre el paradero de los autobuses, simplemente declaró que “en estos momentos no recuerda a dónde hayan sido asignados”. Al tiempo, tuvo que reconocer y comunicarlo así al Ministerio Público Federal, que habían sido asignadas al municipio de Tampico , Tamaulipas, “por instrucciones del licenciado Raúl Martínez Solares, Adjunto de Destino de Bienes de la Oficialía Mayor de la SHCP”, siendo recibidas mediante actas el 15 de junio de 1994. Los camiones, se supo después, fueron “donados” al gobierno municipal de Tampico, mediante acta de la Aduana Marítima de ese puerto, en atención al Oficio de Instrucción No. 610- CADB-848IB, del 26 de abril de 1994, dirigido por Ra l Martínez Solares Piña. Fueron amparados con calcamonías de la SHCP y las leyendas de “Al servicio del R. Ayuntamiento de Tampico”. En base a las testimoniales y documentales presentadas por Guzmán Montalvo, el fiscal federal Merino Fausto, resolvió que (el mencionado funcionario) “no cometió ilícito alguno”, y remitió el expediente al Delegado estatal de la PGR, para archivarlo. Sin embargo, la persistencia de los representantes de la empresa “Scapadas”. el fiscal Merino requirió al Presidente Municipal de Tampico, Fernando Azcárraga López, que informara sobre si tenía en su poder las unidades y cómo es que las había recibido. Su respuesta por escrito inició prácticamente el retorno de las unidades al patio fiscal de la Aduana Fronteriza de Tijuana, pero lamentablemente uno de los autobuses no corresponde a las características del vehículo “secuestrado”. Con ello, existe todavía la esperanza de que “Scapadas” recupere sus unidades, aunque esto puede tardar meses, si el nuevo titular de la Administración de la Aduana Fronteriza no obsequia con su buena disposición a los reclamantes y sigue los pasos de Antonio Martínez Luna, quien tardó en responder los comunicados de la fiscalía. Como sea, el hecho es que ya devolvieron los autobuses. Lo malo es que entre más tiempo pase, menos probabilidades tienen de volver al servicio, dada las deplorables condiciones en que se encuentran. Otros vehículos, de las prestadoras de transporte turístico antes mencionadas, están convertidos en chatarra, dijo Ramón Ramírez García, al ponderar estas posibilidades.