*> «i ho®*, eey un mpeto de todoe loe de cm» per» Im oocm del Seflor. Hie g»nó » tod» eu femlll» per» el reino de Dice. Cuendo tomemoe en eerio nueetra reUfión y coneegremoe el Uempo suficiente » ell», logreremoe con facilidad atraer a loe nueetroe a 1» iglesia. La experiencia ee que muchoe miembros de la iglesia eon buenos couerciantes, buenos profesionistas, buenos deportistas, pero maloe cristianos. Se empeñan mucho en el estadio y en el mundo, pero cuando tienen que hablar de iu religión no tienen testimonio. Cuando uno realmente no logra ganar a su familia hay algo malo en su manera de vivir: no ha consagrado su vida para el Señor. "Para mi el vivir es Cristo", decía Pablo, ¿lo es para usted, mi hermano? El es el ideal de 1» vida, el sumo bien, y si le consagramos la vida a él, su bellesa se reflejar* en nosotros y los nuestros verán su gloria en nuestra fas, como Israel miraba la gloria de Dios en el rostro de Moisés. "Sólo Cristo hace al hombre fe-lis”, dice un corito, "y las penas las arranca de raíz." El hombre feliz debe serlo primeramente en el hogar, y si allí no está feliz, en ninguna otra parte podrá serlo. Jesús quiere redimir todo el hogar, toda la familia, y quiere hacer del hogar su trono y su cielo. 2. La lectura de la Biblia y la oración constantes, 1m cuales nos dan suficiente lus y dirección para ganar a otros, y vivir vidas victoriosas. La Biblia es la revelación de la voluntad de Dios, la revelación de si mismo, y la revelación del hombre: de su flaqueza, de su pecado, de sus errores. Un amigo que fue ganado por su esposa para Cristo me contó cómo él llegó a ser cristiano: "Siempre veía a mi esposa de rodillas con la Biblia abierta, orando y diciendo: 'Señor quita esto de mí.* Un día le pregunté acerca de esto, y dijo: Cada ves que el Señor me reprende en su Palabra, no sigo leyendo, dejo la Biblia a un lado, y me pongo en oración hasta que el Señor me dé la victoria sobre mi pecado." Y esta buena esposa Iba superándose día trM día. Hoy están felices los dos y toda su familia es feliz también. La oración es poderosa para la salvación de nuestros pecados familiares, pero ¿todas nuestras oraciones son poderosas? ¿Por qué a veces Dios no nos oye cuando pedimos por la salvación de loe nuestros? Veamos por qué: "Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas eegún ciencia, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vueettas oraciones no sean ImpedldM" (1 Pedro 1:7). En su libro "Cómo Orar", B. A. Torrey, comentando este paeaje dice: "Aquí se nos dice claramsnte que una relación equivocada y que no conviene entre marido y mujer es un Impedimento para la oración. En muchos casos 1m oraciones del marido son estorbosM por causM de su falta de cumplimiento de su deber con su esposa. Por otra parte, con frecuencia las oraciones de la esposa son nulas a causa de su falta a sus deberes para con su marido... Muchos hombres que hacen grandes pretensiones de piedad y están muy activos en la obra cristiana, tratan a sus mujeres con poca consideración y a menudo son poco amables, si no brutales, y luego no pueden entender por qué sus oraciones no son contestadas. Por otra parte, muchas mujeres que son muy devotas a la Iglesia, muy fieles en asistir a todos los cultos, tratan a sus maridos con Imperdonable negligencia, están mal humoradas, caprichosas y regañonas, les hieren con sus palabras duras y por su genio Indomable; luego no pueden entender por qué no tienen poder en la oración.” 3. Hacer de la Iglesia su segundo hogar. Los que asisten a la Iglesia frecuentemente son mejores esposos que aquellos que no asisten. La Iglesia está puesta en el mundo por el Señor para ayudar y orientar a los hombres y a las mujeres para llegar a ser mejores esposos, mejores trabajadores y mejores ciudadanos. La Iglesia tiene suficiente material de la Palabra de Dios para ayudar al hombre en todas sus necesidades en el camino hacia el cielo. Nuestro Interés en asistir con entusiasmo al templo despierta el Interés en los nuestros para asistir también, y disfrutar de la experiencia y gozo de la salvación. Entre tantas organizaciones sociales que se multiplican día a día, y que sirven para explotar al hombre, se levanta la Iglesia, como "columna y apoyo de la verdad", para servir al hombre y en especial al hogar. ¿A dónde podemos Ir con toda la familia y sentimos bien, fuera de la iglesia? ¿Dónde habrá lugar para todos, desde el niño de cuna hasta el anciano de canas? Los modernos sociólogos, preocupados por el continuo fracaso del hogar moderno, están Investigando las causas que contribuyen a la felicidad del hogar, y todos están de acuerdo en que Cristo y su Iglesia son factores Indispensables en la formación de un hogar feliz. “¿Dónde creen ustedes que descansa su felicidad?" preguntó un sociólogo a una señora que vivía fells en su hogar. Ella, mirando a su esposo, contestó: "Somos miembros (Pasa a la Página 1») IL HOttAl CRISTIANO 11