mejor forma posible la hermosura de la tierra en que vivía: pero se daba cuenta de que ¡a ñifla no podía comprender completamente. Cuando llegó a la edad adolescente fue operada con éxito, antes de salir del hospital su madre le pidió que no abriera los ojos hasta que llegasen al jardín del hospital, para que su primera mirada al mundo fuese hermosa. Al llegar al jardín, la madre le dijo que abriera los ojos. La muchacha los abrió, miró dos o tres segundos y luego exclamó: “Mamacita, ¿por qué no me habías dicho cómo era todo esto." La mamá le dijo: “Procuré hacerlo lo mejor que pude, hijita; pero después de todo no podías comprenderlo completamente hasta que lo vieras con tu propia vista." De igual manera no hay modo de describir los goces de la vida cristiana a los que no han experimentado a Cristo en su propio corazón. Oración: Te damos gracias, Padre celestial, por el conocimiento que tenemos de las verdades espirituales por medio de la fe en Jesucristo. Amén. D. 30 de noviembre: Un cántico de alabanza, Salmo 126. Un joven fue a un servicio de acción de gracias, en el cual el predicador dijo que muchas personas no tenían en cuenta los beneficios que recibían, y por eso no los agradecían. El joven comenzó a pensar seriamente sobre el asunto, y se propuso escribir cartas a las personas de quienes recibiera ayuda en alguna forma u otra. Se dio cuenta de que el solo hecho de escribir estas cartas de agradecimiento a sus benefactores era una fuente de satisfacción e inspiración para su propio corazón. En un sentido mucho más profundo, el dar gracias a Dios eleva el espíritu al pensar en lo que él ha hecho por nosotros. ¡Cuán inclinados somos a recibir las muchas dádivas y bendiciones de Dios como algo merecido. Cuando nos detenemos deliberadamente a dar gracias por ellas, podremos decir como el salmista: “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros, estaremos alegres" (Salmo 126:31. Oración: Te damos gracias, oh Dios, por todas tus bendiciones y tu amor. Amén. Lección de la Escuela Dominical para el 7 de Diciembre.» Tí talo: El Poder Divino y la Vida. Pasaje: Marcos 4:35-5:43. L. lo. de diciembre: ¿Por qué poca fe? Marcos 4:35-41. En la quietud de este culto familiar, es 40 difícil comprender la ferocidad de la tormenta del mar de Galilea. Pensamos en ella como algo muy remoto, no relacionado con nuestra vida presente, y es fácil decir: "Cuando tenga miedo, confiaré en Dios", y cantaré “Siempre en ti confiar yo quiero, mi precioso Salvador; en la vida y en la muerte protección me dé tu amor." Pero al decir y canter esto, seguramente pensamos en alguna ocasión en que experimentaríamos temor por estar solos en la obscuridad, en una tormenta en el mar, o en un frente de guerra. Sin embargo, en nuestros corazones hay temores ocultos, temores del fracaso, temor de lo que digan otras personas, temor de ceder a la tentación. Estos temores, estas tempestades son tan genulnos como el viento que descendió tan repentinamente de las montañas y azotó furiosamente el mar de Galilea. Cristo pudo con sólo una palabra calmar la tempestad del mar, y muchas veces encuentra más difícil calmar la tormente que existe en los corazones y las vidas de los hombres. "¿Cómo no tenéis te?" ¿Por qué tan poca fe? Porque no nos hemos dado cuenta quién está en el barco junto a nosotros. Tenemos que creer, así como canter la verdad de que Dios siempre está a nuestro lado. Oración: Padre santísimo, ayúdenos a tener más fe en ti. Amén. M. 2 de diciembre: Restaurando a hombres quebrantados. Marcos 5:1-13. Sería imposible calcular la cantidad de dinero que se gasta en el mundo para restaurar a las personas viciosas o criminales, o para proteger a la sociedad de ellas. En todos los países se lucha en contra de los vicios y el crimen. Los demonios que atormentaban al gadareno no eran más viciosos y reales que los que atormentan a los alcohólicos, a los adictos a las drogas y a los criminales. William Seabrook dice en el prefacio de su libro titulado Asylum (Manicomios “Había rogado, implorado, demandado hasta el fin que me encerraran... me aprisionaran... me encadenaran ... que me hicieran cualquier cosa...y había comenzado a maldecir y culpar a mis amigos más íntimos porque parecían no darse cuenta de lo desesperadamente que yo necesitaba que me encerraran donde no pudiera salir y donde no pudiera conseguir una botella de licor." Pero el encierro no baste. Sólo el poder de Cristo y su divina gracia puede alejar de nosotros a los demonios, redimir al hombre, y devolverle su cuerpo, su mente, y su alma. IL HOGAR CRISTIANO Oración: Te damos gracias Padre celestial, porque tú eres una fuerza poderosa, que obra dentro de nosotros. Amén. M. 3 de diciembre: El Poder del Espíritu Santo, Hechos 8:14-24. No nos sorprende que Simón el mago tuviera el deseo de poseer ese poder que había visto manifestado en aquellos primeros discípulos; el poder de predicar tal como lo hizo Pedro en Pentecostés y Felipe en Samaría, el poder de canter en prisión, de hacer milagros, y de ganar almas para Cristo. Todo cristiano debe anhelar tener el poder del Espíritu Santo para ser usado por Dios. No fue malo el deseo de Simón de obtener el Espíritu Santo, sino el método como quiso obtenerlo; el pensar que con dinero podría comprar el privilegio de imponer las manos, pensando que este hermosa práctica simbólica tenía poder sobrenatural. Nadie trata de comprar el Espíritu Santo hoy día; pero hay muchos que todavía piensan en él como algo vago, como una influencia misteriosa, y tratan de obtenerlo por medio de la oración, rituales u otros actos 'visibles. Toda la enseñanza del Nuevo Testamento se opone a esta idea. El testimonio de los primeros cristianos nos indica claramente que ellos llegaron a conocer el Espíritu Santo como una Persona, un Consolador, un Ayudador, un Amigo constante. Se dieron cuenta de que no se podía comprar el Espíritu Santo, ni ganarlo, ni obtenerlo mediante un gran esfuerzo sino recibirlo como una dádiva gratuita, accesible a cualquier cristiano que se convierte. Oración: Te damos gracias, Padre bondadoso, por tu promesa y por tu poder. Amén. J. 4 de diciembre: Un ruego pidiendo ayuda, Marcos 5:21-24. No hay cosa que nos allegue más a Dios que una emergencia amenazante en nuestra vida. Cuando un aeroplano en misión de guerra cayó en el Pacífico y siete hombres flotaron en el mar por veintiún días en una balsa de hule, encontraron consuelo y fortaleza en las Escrituras y en la oración. Cuando hay una explosión en una mina, una epidemia, un huracán o una inundación que azote a una ciudad, la gente se vuelve a Dios en oración profunda y sincera. ¡Qué admirable que Dios oiga y conteste nuestros ruegos! No siempre conteste sanando a los enfermos, o rescatando a los que estaban en un peligro; pero siempre contesta dando consuelo y fortaleza. IL HOGAR CRISTIANO Pero todas las emergencias de la vida no son físicas o materiales. La lección del domingo próximo nos recuerda que hay tragedias que no se publican en loe periódicos: batallas, explosiones y desastres en los corazones y en los hogares de la gente. El incomparable poder de Cristo obra mejor en la hora de crisis espiritual y en tiempo de tentación. ¡Qué consolador es saber que aunque multitud de personas le piden ayuda diariamente, él está listo para oír nuestra petición, si tal como Jairo nos postramos a sus pies en oración y fe. Oración: Padre, te damos gracias porque estás siempre dispuesto a ayudarnos. Amén. V. 5 de diciembre: Ayuda concedida, Marcos 5:35-43. ¿Ha tenido últimamente muchos contratiempos en la vida? ¿Se siente incapaz o no desea llevar a cabo las tareas que se le han asignado? Si dejamos que Dios nos guíe, podremos oír su voz que nos ofrece ayuda. Muchas veces él nos reprenderá porque tratamos de comenzar nuestras tareas sin pedir la ayuda de él. Debemos reconocer que siempre necesitamos su ayuda. Cristo me ayuda por él a vivir, Cristo me ayuda por él a morir; Al que me imparte su gracia y poder, Cada momento yo le doy mi ser... Tengo amarguras, o tengo temor Tengo tristezas, me inspira valor; Tengo conflictos, o penas aquí, Cada momento se acuerda de mí. S. 6 de diciembre: Fe que sana, Marcos 5:25-34. Agustín, comentando sobre este historia, dijo: “La carne oprime, la fe toca." Otro gran comentarista dijo lo siguiente: “Las multitudes lo empujan; pero la agonía y la necesidad lo tocan; y él siempre puede distinguir entre el empuje de un populacho, y el toque de agonía de un alma necesitada." Puede ser que entre ustedes que leyeron este historia en su culto familiar, algunos que han “tendido a Jesús su mano con fe en que él satisfácete su tremenda necesidad. Ese hombre, esa mujer, aun ese niflo, cualquiera que sea su mal espiritual o moral, puede ser sanado instantánea y perfectamente como fue sanada la mujer de este historia bíblica. Oración: Ayúdenos, Padre celestial, a tener una fe tan firme como esta mujer. Amén. 41