DE LA RELIGION 233 docta de los que la profesan,, y por el carácter constitutivo de las sociedades tiene sus íntimas relaciones con el orden público: nada de esto es dudoso, "y si la tolerancia autoriza los debates contraía Religion verdadera, si admite las impugnaciones 6 la pureza de la doctrina y: á lost verdaderos principios, admite sin duda el ataque directo al orden público, porque hay íntima relación, como hemos dicho, entre éste y la Religion que se profesa. Admitir, pues, la tolerancia, es autorizar el ataque á la verdad y sanos principios; la persecución de la justicia y la oposición á la conveniencia pública,; ¿Y ha habido alguna época en el mundo civilizado, en que se desconózcan los males que trae consigo semejante desorden? El doble carácter que los Estados deben tener de políticos y religiosos nos hace entender que si ha de ecsistir una Religión, para tener una ecsistencia política, será tanto mas afortunada la .del , pueblo que profese la verdadera; porque entonces colocado el edificio-social sobre bases tan sólidas podrá elevarse hasta donde es permitido al hombre; porque entonces su sistema constitutivo podrá llegar á la perfección mas gran-_ de, y disfrutar de todos los goces, sociales con la abundancia y tranquilidad apetecibles. En efecto, ¿qué verdadero filósofo es capaz de creer que un Estado puede elevarse á la perfección bajo el influjo de una falsa religion, ó de creencias que se opongan á la sana razón? . Por el contrario, la historia del mundo nos enseña.que un pueblo tendrá todo.slos elementos de prosperidad y .grandeza, cuando esté bajo. la. influencia de verdaderos principios, mácsi-mas justas y prácticas santas, como las que establéce. la Religion, cristiana. Si esta produce toda clase de bienes y evita todo género de males: hace bue-, na y tranquila la vida privada: forma buenos ciudadanos, súbditos obedientes, respetuosos á la autoridad y celosos del bien común: por consiguiente forma también con las mismas cualidades la gran familia de un pueblo, ¿y cuando se trata de arrebatarnos tantos bienes, podremos ser indiferentes á la voz de la razon? ¿Podremos permitir que el tesoro inestimable que nos legaron nuestros padres sea perdido por nuestra apatía ó indiferencia, y que nuestros hijos maldigan el nombre de sus padres por no haber sabido conservar el medio mas eficaz de toda felicidad? No será así, porque antes nuestra sangre correrá á torrentes, que. ver atacada impunemente la Religion de Jesucristo. Prescindamospor. un momento de la verdad de la Religion cristiana, y considerémosla solo copio una de tantas religiones: pues bien, supuesto que ella es la única esclusiva en. el .país; supuesto que, como ya han dicho otros sabios escritores, la autoridad .civil debe conservar la unidad religiosa, que tan de cerca interesa á la tranquilidad pública, ¿por qué hemos de permitir.se pierda esta apreciable unidad que tan grandes é inmensos beneficios trae á la sociedad? ¿La union que hemos proclamado en nuestra independencia la restringiremos solo á lo político y no á lo religioso? ¿Podremos debilitarnos en esto, sin que nos debilitemos también en lo otro? ¿Violaremos el primer juramento que hicimos después de nuestra emancipación, de conservar la Religión católica, apostólica, romana, sin mezcla de alguna otra? ■ ¿Y pon qué? ¿Se ha demostrado acaso la falsedad de ella? . ¿Presenta algunos inconvenientes para la prosperidad pública, ó encierra en sus mácsimas erroresque debemos evitar? Nada por cierto, y antes bien debemos recordar lo que un elocuente escritor ha dicho en nuestros dias: 11 Quién ignora los,grandes é inmensos beneficios que debe la sociedad general á la influencia del culto católico, desde que para bien de la especie humana fué establecido en la tierra? ¿Quién