KL MKXSJJKKO 12 EL RECREO ENTRE FAMILIA El recreo se justifica por el mismo gozo que nos trae, sin embargo tiene muchos otros resultados. El juego es para el hogar lo que la levadura es para el pan. La familia puede tener comida, casa, ropa, trabajo, re. ligión, etc.; pero si falta el humor, el juego, el chiste, la vida será pesada. Las cualidades más deseadas entre familia son el cariño, el compañerismo, la consideración, las cuales se multiplican mil veces por medio del juego, faltando éstos, la verdadera vida familiar es imposible. Si hay juego en el hogar el adolecente no bus cará diversiones afuera y así se quita en gran parte el problema de disciplina. El mejor remedio para curar riñas y disgustos es el juego- ¿Cómo se puede realizar este ideal? El primer paso es apartar una hora en la semana; empiece con cantos. historias, entonces unos juegos que los padres solían usar en la niñez, luego los niños pondrán juegos que ellos han aprendido en la escuela. Quizá los niños querrán dramatizar algo aprendido en a Escuela Diaria o la Escuela Dominical. Se puede hacer de la hora de comer un tiempo de recreo; conversaciones alegres, discusiones sobre las experiencias interesantes del día o sobre acontecimientos públicos, o de dónde vienen las comidas cómo son producidas y traídas a nosotros, también la historia de las ollas, de dónde viene el metal, etc Esta clase de conversación dará a los niños oportunidad de contar lo que están aprendiendo en la escuela. De cuando en cuando la familia debe tener un paseo, sea al parque o algún lugar apropiado, que ofrecerá descanso, llevando un lonche y comiendo juntos al aire libre. Cuando sea posible la familia debe ir por algunos días acampando, durmiendo y preparando la comida al aire libre. Estas serán las experiencias más ricas en la vida familiar y servirán para unir al grupo. Una cosa indispensable para el padre y los hijos es un banco de carpintería Aquí se hacen reparaciones de muebles, adornos para la casa, pero más importante que estos trabajitos es la oportunidad de desarrollar el compañerismo entre padre e hijos, una relación que durará por toda la vida. De esa manera sencilla y natural el padre puede enseñar a sus hijos muchas lecciones fundamentales de la vida, exactitud, paciencia, etc. Las madres pueden hacer lo mismo con la costura y cocina. Donde haya patio suficiente los niños deben tener a lo menos una de estas cosas: un jardincito, casa de perro o conejo, baño de pájaros, columpio. El padre y ios hijos pueden hacer algún aparato de juego con muy poco gasto de dinero. De todos modos, póngase en el patio una banca donde los padres puedan sentarse de cuando en cuando a mirar a los niños jugar Tal vez los vecinos acudirán para tocar, cantar y conversar, y el patio podrá ser un centro de recreación entre los ve- Lección Bíblica — San Lucas 24:13-16, 27-32 (Junio) V’iendo a Jesús enrías Cosas Ordinarias —4----------u. < Estos varsículos nos •resentair.un cuadre de pesos tomando parte en las.actividades comunes de su» amigos. En Jerusalem se habían sucedido hechos trascendentales; muchos habían puesto en Jesús la esperanza del Mesías, pero ya se había muerto. Dos de sus amigos venían por el camino a unas cuantas millas de la ciudad, de regreso a sus hogares, en el puebleeito de Emaus. Una profunda tristeza les embargaba y con pesadumbre hablaban de los acontecimientos en la ca pital. Algunas mujeres habían traído noticias extrañas de la tumba vacía y de una visión de ángeles, pero esto se añadió más a su confusión. Mientras andaban discutiendo esos problemas, una persona desconocida les alcanzó; después de saludarlos les preguntó de cuál tema estaban conversando. Entonces el extraño, lleno de simpatía, les interpretó lo que había pasado, explicando finalmente que la cruz quería decir pagar voluntariamente el precio de fidelidad por lo bueno. Los corazones de los hombres ardían con estas palabras y al llegar a su destino no querían separarse de él sino le constreñían a entrar a cenar con ellos. En la mesa Jesús se reveló y por primer vez conocieron al divino huésped. Igualmente, nosotros no vamos a esperar ver a Jesús manifestándose de una manera extraordinaria, esas manifestaciones vienen muy raras veces, sino que podemos ver y conocerle en nuestro trabajo diario y en las relaciones comunes de la vida. El Señor anduvo con los humildes pescadores, oomiendo con ellos, visitándoles en sus casas, subiendo en sus barcos en el Mar de Galilea. También tomó parte en las actividades sociales de su tiempo Muchos suelen pensar del recreo como cosa aparte de la religión, cuando en realidad un paseo o un‘ picnic*' puede ser tan religioso como un culto de oración. Jesús aceptó invitaciones para cenar en casa de sus amigos, asistió a las bodas y en una ocasión empleó su poder divino para ayudar a la ama de la casa, evitándole una situación penosa. Así que veamos la vida como una unidad con la religión penetrando en todas sus fases, y este mismo Jesús que se reveló a sus dos amigos en su humilde cena, será nuestro compañero en las faenas del hogar. cinos. Otra cosa que traerá gozo sin límite es una chimenea o fogón cerca de la banca, donde la familia algunas veces pueda preparar la cena y comer al aire libre. El padre y los hijos pueden construir el fogón con piedras recogidas aquí y allá, tal vez unos ladrillos y poco de cemento y tres o cuatro barras de hierro sirven de rejas. ¿Quien podrá dudar que tales actividades familiares daran a los niños felices recuerdos de su niñez? Esto es una herencia que todos los padres, ministros y otros pueden dar a sus hijos y vale más que el oro.