KKOKNKRAC1ON. Otro fracaso (le su ta rtutéría. En el primer artículo de este número exhibimos la ingerencia de Porfirio Díaz en loi asuntos del Estado de Coahuila, ingerencia solo explicable por el prurito que tiene expresión—que ** puede ocasionar alarma ,é interrumpir la tranquilidad en Coahuila... Asegura, Reyes, que Cárdenas cuenta con simpatías indudables en combio dirigieron álo* funcioiiflrio* y emplcsdoidd Gobierno en todo el paí*t dos cartas de la« que copiamos lo conducente. La primera, de F. Calderón y Cia, después de atribuir á Corral méritos que nadie encuentra, dice: «Por eso, obedeciendo á una idea puramente patriótica;/guiados por un noble deseo, que fácilmente comprenderá Ud. por nuestras anteriores frases, nos permitimos remitir á Ud. por conducto del Sr. Administrador de Rentas de esa ciudad, un ejemplar del retrato del distinguido Vice-Presidente Sr; Ramón Corral, electo por toda la Nación, suplicándole que el Sr. Admnr. de Rentas, haga el cutero de $1.75 es. importe de dicho ejemplar. «Teniendo la certeza de que los recibirán con agrado, ayudándonos en esta idea, si es satisfactoria, como no lo dudamos, la haremos conocer á tan digno Ciudadano; y solo nos resta anticipar á Ud. nuestros agradecimientos ofreciéndonos á sus respetables órdenes como sus muy afmos. atentos, y SS. SS.» La segunda carta-, que va junta con la anterior, está firmada, perlas siguentes personas, que fueron miembros de la ridicula Convención Nacionalista: Senador Carlos Ri vas, Lie. Emilio Alvarez, Lie. Luis Gutiérrez Otero, Magistrado Francisco Martínez de Arredondo, Diputado Juan de Dios Peza, Diputado Juan A Mateos, Gral. Alejandro Pezo y Gral. Francisco M. Ramírez. Estos señores, prominentes en la actual administración, se dirigen á un infeliz empleado del Gobierno, le encarecen lo patriótico que es publicar retratos de Corral, le aseguran que este pobre hombre es un ilustre ciudadano, y le dicen para concluir: «Por estas razones nos permitimos con toda atención recomendar á Ud. esta magnífica idea, para que procure adquirir el mayor numero de ejemplares posible, por lo cual, hacemos presentes nuestros agradecimientos, etc.» Es claro que los pobres empleados á quienes se dirige esta recomendación y á quienes se manda un retrato de Corral, cobrándoles desde luego por conducto del Administrador de Rentas, tendrán que com- El Civismo en acción LA CAMPAÑA ELEC- TORAL EN COAHUILA, !LD'.C,ad<,r_de Ínm'SCUÍrSe en los i el Estado de Coahuila. Si Reyes hu-1 j hiera dicho que á él le parecía simpático Miguel Cárdenas por los cincuenta mil pesos que éste le regala 1 anualmente de los fondos del Esta-1 do, habría dicho una verdad. Bernardo Reyes se muestra tartufo, porque quiere hacerse pasar como patriota, como amante del orden, como buen mexicano. Es tartufo también porque dice que se inspira en la política del Dictador á la que llama sabia, cuando consta á toda la nación que Reyes, aliado de Baranda, ha formado unas logias en Monterrey para trabajar cobardemente contra el Autócrata, y ha fundado periódicos entre los que se encuentran El Demócrata Fronterizo, El Occidente y otros igualmente cietinos y nauseabundos, que atacan y adulan al mismo tiempo la labor liberticida de Porfirio Díaz. Bernardo Reyes no tiene derecho, como no lo tiene tampoco el Autócrata, de inmiscuirse en los asuntos de Coahuila. La soberanía de este Estado se siente ofendida con esas ingerencias que entrañan un acto de tiranía, porque significan coacción, más ó menos brutal, más ó menos cínica, ejercida sobre la voluntad soberana del pueblo. El pueblo coahuilense no puede sostener la candidatura de Cárde ñas, porque ya no quiere más pillaje en su Tesoro, ni más injusticia, ni más hambre, ni más sangre derramada por las Acordadas. Tampoco puede el pueblo entrar en transacciones con Porfirio Díaz, porque la dolorosa historia de los demás Estados lo han convencido de que Porfirio Díaz nunca cumple lo que promete, y sí tiraniza, traiciona los principios que aparenta defender y quiere tener idiotizado al pueblo para que no comprenda su infortunio. El pueblo coahuilense está deci- K ar t st rt tra^°> temerosos de perdido á sostener un candidato propio, | 1 los menores deseos de conocer al inútil Vicepresidente. Se les impone un verdadero compromiso; se les obliga, materialmente, á hacer un gasto en el que nunca hubieran pensado per si solos. Esto bien lo saben los Editores Calderon y Cia. y los que, con su elevada posición ofi-cial, ayudaron á que se realizara I brillantemente un negocio que, fue-1 1 ra de las esferas del Gobierno, no hubiera producido ningún resultado. Con este procedimiento de los industriales admiradores de Corral, millares de empleados públicos, de autoridades inferiores, de funcionarios de baja categoria, se han visto comprometidos á gastar una parte de sus modestos sueldos, en provecho únicamente de la famosa compañía editora, que ha explotado la triste condición de los servidores I asuntos que únicamente competen al pueblo. . : No solamente el Dictador se mezcla en esos asuntos y hace presión. Bernardo Reyes por su parte, sin atender á su inmenso desprestigio, sin tomar en cuenta la universal antipatía de que disfruta, sin rubor por sus fracasos, sin pudor por sus delitos vulgares, trata también de inmiscuirse en los asuntos públicos de Coahuila. Bernardo Reyes es un predestinado al fracaso; quiso escalar la Presidencia, pero derramó tanta sangre, que sus piés resbalaron y cayó gimiendo como esclavo azotado aunque guardando en los replie-• gues de su alma el femenil furor de los impotentes. Como todos los impotentes, Bernardo Reyes á pesar de ser un vencido de la opinión pública, no se considera vencido. Hay en todas las almas pequeñas una cantidad tan grande de vanidad, que sinceramente llegan á creerse grandes esas pobres almas. Por eso Bernardo Reyes se atreve á inmiscuirse en los asuntos de Coahuila. . ¡Sinceramente se cree grande! Pero la vanidad enfermiza de ese gobernante, si bien lo expone al fracaso y á la rechifla, es peligrosa, porque nadie ignora que obra como , y las hecatombes son para él sports regocijados. La intetvención de Bernardo Reyes en los asuntos de Coahuila puede determinar conflictos más 6 menos graves. En seguida copiamos una circular que Reyes, fingiendo patriotismo, ha enviado á diferentes personas del Estado de Coahuila. La circular que tenemos á la vista tiene la firma del tiranuelo y dice así: «Monterrey, Diciembre 14 de 1904. * Apreciable Sr. y amigo: «Visto que en la mayor parte de esa entidad federativa, cuenta con simpatías indudables el Sr. Lie. Miguel Cárdenas, para ser presentado como candidato á fin de seguir al frente del Gobierno que desempeña, y que de no procurar la uniformidad en la postulación, preparando los trabajos relativos, pudiera una minoría más 6 menos levantisca, ocasionar alguna alarma que interrumpiera la tranquilidad en Coahuila, la cual es uno de los mayores bienes que ha gozado en los últimos años, y por cuya conservación deben preocuparse todos los buenos hijos del Estado, así como los que, ha. and ose en mi caso, sin pertenecer á él, anhelan para el mismo cuanto pueda favorecerlo; puesto que es una preciosa parte integran* te de la patria común, y vecino del de N. León, afectando por esta vecindad al de mi cargo, con los incidentes de su vida pública, cumplo con un deber de patriotismo, al expresar á Ud. que si estima como yo la situación, inspirado en el civismo de que siempre ha dado pruebas, tome activa parte en los trabajos preparatorios de que hablo, con lo cual juzgo prestará un importante servicio á su tierra natal. «Al escribir á Ud. en este sentido, á la vez que me inspiro en lo que dejo manifestado, lo hago en la política de nuestro Gobierno del Centro, que tan sabiamente dirige la marcha general de la Nación, y de cuya política no debemos apartarnos los que nos preciamos de ser buenos mexicanos. «Soy de Ud afino, y S. S. B. Reyes.» Esta circular presenta de bulto el odio que Bernardo Reyes siente por toda aspiración sana del pueblo. Sin medir sus palabras, sin reflexionar, atolondradamente, Bernardo Reyes, el héroe del 2 de Abril en Monterrey, injuria al honrado pueblo de Coahuila haciéndolo aparecer como una minoría levantisca-1- tal es su • dido á sostener un candidato propio, der el emplco ei dis8ust»n á los al-sin ligas con Díaz, Reyes, Corral ó | ‘°8 Personajes>/ aunque no sientan cualquier otro personaje. Sale, pues, sobrando la circular de Reyes, que solo sirve para ponerlo en ridículo. Negocia Redonda La elevación del insignificante Ramón Corral á la Vicepresidencia de la República, dió lugar á que se pusiera en juego el financierismo relacionado con la política, que tanto desarrollo ha adquirido en México, bajo la Dictadura del Gral. Díaz. Las elecciones municipales, en algunos puntos de Coahuila, dieron lugar á hechos de alta significación para los . que nos preocupamos por la lucha cívica que se está desarrollando en ese simpático y viril Estado fronterizo. Se ha palpado el descontento que existe contra el Gobierno de Cárdenas, y la decisión de los ciudadanos para combatir ese Gobierno tan lienode corrupción y de manchas. En Allende, Coah. donde todos odian al cacique Pedro González, i cuyas infamias hemos dado á conocer, se lanzó con tiempo una candidatura popular para Ayuntamiento, candidatura que los ciudadanos es-tuvieron dispuestos á sostener en i los comicios. La candidatura ofi- ! cial, encabezada por el desprestigiado González, tenía todas las probabilidades de ser derrotada, y por eso | las autoridades trataron de imponerla por la fuerza y la chicana. Desde las primeras horas de la mañana del día u, grupos de soldados de la fuerza federal que guarnece la plaza, recorrían las calles de la población, tratando de infundir terror al pueblo* A las nueve de la mañana, aun no se repartían á los ciudadanos las boletas respectivas ni se notificaba quienes fueran los comisarios electorales ni se decía en que puntos se establecerían las casillas. En visto de esas irregularidades, un grupo de los que apoyaban la candidatura popular, dirigió un oficio al Presidente Municipal, pidiéndole diera el nombre del Comisario Electoral y dijera en que i punto podían los ciudadanos depo-1 sitar sus votos. El Presidente no I contestó. Se le repitió el oficio y i se obtuvo el mismo silencio. En-1 tonces, los oposicionistas nombra- ' ron una Comisión que entregó al i Juez Local Manuel Castañeda una I comunicación que relataba las irre-1 gularidades que dejamos referidas, y que decía en lo conducente: « . . . . á Ud. C. Juez, suplicamos que teniéndonos por presentes en tiempo y forma, denunciando estos hechos, se sirve constituirse en unión de los subscritos en los puntos que le indicaremos y dé fé de ellos, y se sirva librar oficio al C. Presidente Municipal y al Jefe de las Armas para que, cumpliendo con la Ley Electoral, acuartelen sus respectivas fuerzas y nos dejen ex-ipeditosen nuestros derechos para la 'elección que tratamos de hacer. Siendo justa nuestra petición y revistiendo un carácte urgentísimo, suplicamos á Ud. se sirva proveer de conformidad, acompañándonos al lugar de los sucesos.» El Juez que, naturalmente, es del bando oficial, se vió en aprietos con esta comunicación de los independientes, y al fin dijo con inaudito desplante que no conociendo la Ley Electoral y no teniendo en su Juz- ún Sr. Samohano, ex-colector de Renta* munucipales y pariente de! Tesorero Atanasio Trevifio, recorría la ciudad solicitando votos pa-ra el desairado González y pata los demás que figuraban en la candída-■ tura oficial, que llevaba impresa. Con general indignación fueron vistos los alardes de la tropa, orde-। nados por el Jeje de las armas en ! combinación con el Presidente Mu« nicipal; pero lo que más exasperó á la Rente honrada fué que el cacique Gonzáles habilitara de policías á individuos de la peor ralea, á auténticos bandoleros como Braca-montes y Perales, que erizan * los cabellos con sus patibularios antecedentes. Es palpable qne en Allende la elección fué gañada por el elemento popular. Los ciudadanos espe- ¡ ran que se declare el resultado de la [elección, dispuestos á exhibir las chicanas oficiales. *** Tenemos que agregar algo tam-I bién á nuestra Información del nú-¡ mero pasado, respecto á las eleccio-! nes en San Pedro, Coah. No obstante que la Ley manda que lá Junta de Escrutinio se verifique en la Presidencia Municipal, no se hizo tal cosa en San Pedro, yankees zafios,^ que dirijen los tra-sino que los del bando oficial, sin | bajos de dicha negociación, avisar á los independientes, no obstante que es*os preguntaron con insistencia, verificaron su junta de I v'amente á los trabajadores mexi-Escrutinio en un local del despepi-tadero de algodón llamado «El Fénix» que está en los suburbios de la población. La ilegalidad de esta Junta es notoria. Los oposicionistas, en vista de que el Presidente Municipal no les comunicaba donde tendría lugar esa Junta, se instala-1sietc centavos cada vez que curaron en la Plaza Principal y si al fin se retiraron á la casa del Sr. Made-1 de trabajo. ro, fué para evitar que el pueblo tradujera en actos, la indignación que en él estaban provocando los I abusos de la policía. Mientras los independientes eran hostilizados en su asamblea por los gendarmes, los serviles, encabeza-| dos por Inocente Escobedo, el fabricante de expedientes falsos para eíecaiones oficiales, y por el Secretario del Ayuntamiento, libaban cerveza en abundancia, por cuenta del Erario Municipal, á cuyo cargo estuvo también el pago de los trabajos electorales que algunos bellacos hicieron á favor de la candidatura oficial. Las autoridades siguen atropellando. Algunos ciudadanos que públicamente han ostentado su in dependencia, declarando su falta de adhesión á los actuales mandarines, han sido encarcelados y rigurosamente incomunicados. Según el criterio estúpido del Inspectorzde Policía, estos dignos ciudadanos son ebrios sediciosos, y por ese supuesto delito son sentenciados á un mes de ; arresto por el atrabilario cacique Andrés Medellin, que ahora está substituyendo al insoportable Viez- Regeneración December 31th 190I. Subscription rates: Per annum.....$ 2. 00 gold. Per 6 months. . . 1. 10 ,, Director y Propietario Ricardo Flores Magón. CONDICIONES: eábedos. El número suelto vale cinco centavos oro en loa Estados Unido* del Norte y diez centavo* plata en ¡a República Mexicana. ' Los predos de subscripción son como sigue: En los Estado* Unidos del Norte por un aemes-tre, pago adelantado-------$ ¡. ¡ o oro. Por un silo, pago adelantado 2. OO oro. En la República Mexicana por un semestre pago adelantado--------$ 2. 40 plata. For un afto. pago adelantado 4. 50 Los envíos de dinero pueden hacerse por Giro Postal International, por Express, en Billete* de I Banco ó en Timbres Postales. NOTA Estos precio* se aplican á la* pereemu* que rnana-in pagar directamente su* subscripcione* sm necesidad de cobrarles. A las persona* á quienes enviemo* nue*-tro pemoaveo y no manden pagar, se les cargara un veinte por ciento sobre los precio* arriba expresados y seles girará con el recargo indicado. e A los Agentes se les abona el veinte por ciento. Para todo asunto diryirse al Director. el Sr. Francisco Finney es nuestro agente en Mexico. A principios de Octubre del año que hoy termina, sin consultar pre- canos, pero ni siquiera á los mayordomos, se ordenó que á los obre’ ros de las cuadrillas se les pagase solamente á razón de ochenta y ocho centavos diarios en lugar de un peso que ganaban, y se les diese además, por vía de premio, treinta y pliesen veintiocho dias continuados Gral. Díaz ha dado á su Gobierno, la sumisión incondicional que axis-te de los empleados inferiores paral del Gobierno actual, desfraumdó de | g.ado un eJemPlar de ella, no podía coto los altos funcionarios, hace po-1 idea patriótica al más burdo de los sible que éstos exploten fácilmente á aquellos; y la inmoralidad que ha caracterizado á la administración tuxtepecana, permite que el sello oficial ampare y haga posibles ciertos negocios que de otra manera serían un absoluto fracaso y ni siquiera se intentarían. El negocio de que hemos llegado á tener conocimiento es tan sencillo como poco honrado. Apenas hecho Ramón Corral Vicepresidente, é improvisado grande hom1*re por la voluntad del Dictador y la charlatanería de los periódicos alquilados, se constituyó intempestivamente la Casa Editora de Francisco Calderón y Compañía, que hizo retratos por millares de la nulidad encumbrada. P^ro los Editores estaban tan seguros como lo estamos nosotros, de que poniendo sencillamente á la vénta la efigie de Corral, nadie la compraría espontáneamente, y menos al precio de $1.75, que es enorme para el costo que sacan esos retratos; asi es que ni siquiera trataron de dar á conocer al publico, — porque lo consideraron inútil,— que vendían retratos del Vicepresidente á precios muy elevados. En negocios oficiales. Suponemos que los nacionalistas arriba citados, serán accionistas de la compañía. En cuanto á Corral, que autorizó el negocio, no sabemos si también será accionista, 6 si se dará por satisfecho con la populararidad que cree conquistar en esa forzada propaganda de su poco interesante efigie- Creíamos que el insignificante Corral no servía para nada; pero ya vemos que sirve cuando menos para llenar los bolsillos de algunos industriosos que lo toman como pretexto ó materia de sus no muy limpias explotaciones. Hay que confesar que el papel del Vicepresidente es desairado!' JLnuBatroB Galegas. Memos visto que á t>esav de enviar nuestro periódico á todos nuestros colegas, algunos de ellos no se kan dignado visitamos. En tal virtud, con pena anunciamos que si no recibimos su visita^ nos veremos en el caso de no continuar enviándoles nuestro periódico. I obrar en el caso. Satisfecho de su i respuesta, creyó confundir con ella j á los oposicionistas; pero éstos que I estaban preparados para salir al paso de cualquier chicana, le presentaron al Juez inmediatamente un ejemplar de la Ley Electoral y le i puntualizaron los artículos cuyo I cumplimiento trataba de eludir. Entonces el Juez recurrió al cinismo, y con fútiles pretextos y burdas evasivas se negó á cumplir con su deber. No obstante las chicanas y los ! abusos de que se valió la autoridad para impedir á los oposicionistas el | ejercicio de sus derechos electora-I Ies, el partido popular instaló cuatro casillas con las formalidades de Ley y recogió un gran número de vetos. Los empleados municipales instalaron otras cuatro casillas, una de ellas en la casa del cabo de Policía Encarnación Peña y otra en el Edificio de la Escuela Pública de Niños, contra lo prevenido por la Ley. A estas Casillas nadie concurrió á votar, pues el candidadato oficial que en ellas se sostenía, el cacique Pedro González, es odiado por el pueblo. A Las diez de la mañana, Los dignos miembros del Club Democrático «Benito Juárez» están decididos á continuar sus patrióticos trabajos, á pesar de los atentados de que han sido víctimas. A-plaudimos calurosamente esa actitud. Hijos como esos necesita la Patria; hijos viriles que la honren, que la liberten hoy, y qne en el luturo la engrandezcan. Explotación al trabajador Los obreros, ante el ultraje, se declararon en huelga. El trabajo á qne se les somete es duro y bastante mezquino el jornal de un peso. Resultaba, pues, injusta la rebaja que se les iba á hacer de doce centavos diarios. La huelga era jnsta, pero como el trabajador mexicano no puede ahorrar por lo mezquino de los joanales que gana, la huelga tuvo que suspenderse por falta de dtementos para sosténerla y los obreros tuvieron que soportar al fin que se les robase su trabajo. La noche del 6 del pasado Noviembre, sufrieron un nuevo ultraje los trabajadores. El Superintendente ordenó que trabajaran cuatro hombres menos en cada romana, y que cada hombre trabajara con carretilla número io, de las más grandes que se usan en el acarreo de carbón de piedra, para que en esas carretillas, colmadas con exceso, acarrearan metal, cuyo peso resulta tres veces mayor que el del carbón. Ese trabajo propio para acémilas y no para séres humanos, provocó una segunda huelga que, como la anterior, terminó por la miseria de les trabajadores. Los yankees. satisfechos de su triunfo sobre la miseria de los pobres trabajadores, no solo han rebajado el jornal, sino que también lan acabado por suprimir el premio de unos cuantos centavos por veintiocho dias de trabajo agobiador. El Gerente y el Superintendente son dos zafios que nunca están satisfechos del trabajo del mexicano, y un tal Bein, jefe de muestras, arremete á puntapiés como un mulo contra los trabajadores. Simes, un ebrio consuetudinario, que funge de capataz de los artesanos de . noche, maltrata igualmente á los operarios, y como es yankce, aunque falte á su trabajo por dos 6 tres días por sus borracheras no es despedido, sino más bién celebrado por Díaz es el culpable. La repugnante protección que imparte el Gobierno de Díaz á los norteamericanos, induce 6 éstos á ser cada dia más exigentes con los pobres trabajadores mexicaros á quienes explotan y maltratan como á bestias de carga. La condición del trabajador en nuestra Patria es precaria y humillante, sin un consuelo en su desventura, sin un auxilio en su miseria, 6 merced constantemente del rico avaro y de la miseria que han creado veintisiete años de gobierno vandálico. En la Fundición Nacional de Fierro y Acero, de Monterrey, los obreros sufren el despotismo irritante de X los obreros mexicanos los hacen trabajar sin ayudante, les escatiman sus sueldos ó los despiden injustamente. En suma, se les roba cometen por el contrario, se les ponen dos A más ayudantes y aunque sean unos imbéciles se les pagan buenos sueldos. Otros muchos abusos se en la Fundición de Fierro y Acero. No poces obreros se lían quejado ante las autoridades, peso éstas, que debieran velar por él mexicano, se ponen del lado del fuerte, del yan-kee insolentado, que medra al am* paro del Gobierno de Díaz, famoso por su falta de patriotismo y su afán de doblegarse ante los yankees.