DE LA RELIGION. 479 Jesus sú'fundador dimno, dice: Yo sag^djweu Pastor y conosco-ámis ovejas^ y mis ovejas me conocen á mí. La bondad infinita de este Pastor no se limita, á tiempos, ni á épocas, ni. á personas determinadas; abraza la generalidad de los hombres y la periectibilidad .de la especie humana en relación con su Iglesia, y. . ; :. .. hagan lo que tjt^eran los Nerones y • Dioclecianos délos primeros siglos, los Robespierres yp^Iarats de los últimos, tan déspotas y tan abominables tiranos éstos como aqiíeUos, la opresión cesará, la tiranía desaparecerá del mundo, y la caridad eyang.d’Cc dominando á los gobernantes hará fácil y suave á los gobernados la na-. cesidad de obedecer. ¿Qué pueden contra la ley de la Providenciados obstáculos que los tiranos y el infierno unido opongan á su desarrollo’ Jesús conoce á sus ovejas y es conocido de ellas, y la ley se cumplirá; las llamara y ellas se apiñarán á su lado, y cuando sea tiempo oportuno los mas encarnizados enemigos suyos y de ellas serán los que mas trabajen en que se verifique el gran proyecto. El conocimiento que Jesus tiene de sus ovejas y éstas de él, no es como el-que los hombres tienen unos de otros; es un conocimiento que llama y atrae, que une. y estrecha, sin que haya fuerza capaz de separar á : los .unos del otro, ni á este d e aquellos Es igual al que el Padre Eterno tiene de su Hijo y éste de él, conocimiento por el cual son sustancialmente una misma cosa, indivisa é indivisible, aunque sean, como son, dos };ersonas distintas realmente. Como el Padre me conocí, así conosco yo al Padre, decía y dice d Sal-vador; porque así como en conocerse Dios formó y forma la idea perfec-tísima de su sér ó su verbo que. soy yo, así yo en todo igual áél, le conoz- co y lleno toda.la capacidad de su divino entendimiento. Los hombres, séres finitos, no pueden llegar, á esta altura, ni elevarse en dirección á pila por sí mismos en ningún sentido; pero como pongo mi alma pen- ellos mis ovejas, mi Padre los mira al través de mi sangre, y, ve en ellos, no á las criaturas rebeldes que le ofendieron temerarias, sino á mí, que fiel y obediente doy mi vida por satisfacer á su justicia ultrajada. Así entra mi Padre en sociedad con ellos, y..... haga lo que quiera el error, esta sociedad irá del modo y en el tiempo conveniente perfeccionándose, hasta qué llegue al punto que á mi Padre la llama y lo llamo, que‘es á que sean una misma cosa consigo y conmigo, como mi Padre y yo una misma cosa somos. Hijos son por justicia y por naturaleza de su Hacedor; jtero con está relación se compadece muy bien el que sean <. ' esclavos y síEfran: hijos van á ser del mismo Padre por gracia, y,como tales es preciso