TIEMPO DE B. C., Y SONORA SEGUNDA SECCION. — PAGINA 3 borrón y cuenta nueva. Todo lo que ocurrió en la campaña, está olvidado, cero EL QUE QUIERA ESTOR LX BAR LA BUENA MARCHA DEL IfGOBIERNO Y ENTORPECER LA y ADMINISTRACION PUBLICA, QUE ) SE PREPARE, PORQUE NO VOY A ♦ PERMITIRLO. AL QUE AGITE O DAÑE A SONORA, VOY A PARARLO EN LA FORMA QUE SEA, PORQUE NO VOY A TOLERAR DESORDEN O ANARQUIA EN PERJUICIO DEL ESTADO". PREGUNTA: Y, ¿en cuanto- a los periodistas? RESPUESTA: "Yo siempre he sido partidario de la crítica, pero de la crítica constructiva, y enemigo del exhibicionismo y de la vanagloria. Creo que la crítica cons tructiva de la prensa es una excelente forma de conocer los errores que estamos cometiendo, y eso nos permite enmendarlos. Cuando me equivoco, jamás vacilo en rectificar, si me convenzo de que ando mal. No hay nada más necio ni más torpe que empecinarse uno en sus propios errores. A mí no me ha dado jamás vergüenza reconocer que cometí un error; vergüenza me daría, insistir a sabiendas de que estoy equivocado. Inclusive en "El Sonorense", desde un principio le dije a Carlos Arguelles, y más tarde a Enguerrando: "No quiero alabanzas, ni fotografías mías en el periódico todos los dias. Y si quiero, en cambio, que si mis colaboradores o yo mismo cometemos errores que vayan en perjuicio del Estado, nos lo publiquen, y que publiquen también las quejas que ha ya del público. Aunque se trabaje con lo mejor intención, se pueden cometer errores, y el que cree que es infalible, está rotundamente equivocado. No hay en esta vida, nadie que no se equivoque. Nadie es perfecto. Y eso, esa verdad, es algo que los hombres públicos siempre deberían tener presente. Es más, yo siempre he agradecido a quien me da un consejo, a quien me hace darse cuenta de que estoy equivocado. Siendo gobernador lo dije públicamente varias veces: "Demuéstrenme que estoy equivocado, y rectificaré de inmediato". Claro que también hay crítica destructiva, negativa, con el ánimo de frenar la buena marcha del gobierno, hecha por malos periodistas, por amargados que lo que no existe lo inventan para hacer daño, a esos hay que frenarlos de inmediato, porque no es justo que por el capricho o la mala fe de dos o tres descalificados, se perjudiquen 'la paz social, la armonía y el progreso de todo un Estado". YO, COMO FAUSTINO FELIX, SOY UBRE Y HAGO LO QUE ME DA MI GANA PREGUNTA: ¿Cómo consideras a Faustino Félix, el hombre, y Faustino Félix, el gobernador? RESPUESTA: "Como te decía al principio, hablando de que los hombres "cambian" al ascender al poder, tiene uno forzosamente que adoptar nuevas actitudes ante multitud de asuntos. Yo, como Faustino Félix Serna, soy 'libre de hacer lo que dicte mi libre albedrío. Pero, como gobernador, como funcionario público, es muy distinto. En cuanto a eso de que mi gobierno fue represivo, puedes estar seguro de que no lo fué. De que nunca extorsioné a nadie. Y jamás di una disposición de mala fe. Hubo amigos que se molestaron porque habiendo sido mis partidarios, el gobierno no les compraba en sus .negocios, o no les daba contratos. Otros, porque se les hacían auditorias en sus empresas o se les cobraban los impuestos. A esos que se quejaban yo les decía: "Pídanle un favor a Faustino Félix Serna, y se los hará con mucho gusto. Pero el gobernador del Estado no está aquí para hacer favores, sino para cumplir con su deber". Hubo el caso de un amigo mío, muy apreciado en verdad, compañero de mi juventud en mil cosas que hicimos juntos. Un día vino a quejarse porque Tomás (Orozco, que fue Tesorero General del Estado) le estaba cobrando impuestos omitidos, me "refirió" que había metido dinero en mi campaña y ahora yo le cobraba los impuestos. Me indignó mucho su actitud y ahí mismo saqué mi che-quera del escritorio y le hice un cheque por lo que había dado para mi campaña. A otros, en actitudes parecidas, les dije: "¿Así que fuiste mi partidario para no pagar impuestos?... ¡Lucidos estamos!.. . ¿Entonces, qué clase de amigos tengo?". . . Yo no entiendo la amistad así, porque la obligación de ustedes es ayudarme, no estarme pidiendo cosas indebidas. Ustedes me metieron en esto y ahora su deber es respaldarme. Yo creía que ustedes me habían apoyado, porque pensaban que era el mejor de los precandidatos para gobernador, pero estoy viendo que lo hicieron porque creían me iba a prestar a sus solicitudes indebidas. Pues se equivocaron, porque yo aquí vine a servirle al pueblo y a cuidar sus recur-. sos. ¿O acaso nada más los sono-renses que no fueron mis partidarios van a tener la obligación de les pagar?" A muchas personas yo pagué en lo personal los impuestos: Sí, llegaban parientes, o amigos muy estimados, y prefería darles un cheque personal que interceder ante Tomás Orozco, porque si lo hubiera hecho, me hubiera estado traicionando a mí mismo, y traicionando a los sonorenses. PREGUNTA: Qué interesante... ¿Y en cuanto a los contratos de obras? RESPUESTA: Todos los contratos de obras públicas se hacían por estricto concurso. Antes, en algunos casos se usaba que los contratistas les dieran porcentajes de sus utilidades a influyentazos que les conseguían los contratos. Eso se acabó. Y, en cambio, cuando algún contratista del gabinete federal ofrecía dinero, se lo aceptábamos, pero para obras públicas. Con parte rraba chas en el milia de mis familiares cuando me acompañaban en viajes, los de las comidas cuando invitaba en función no oficial a amigos en Hermosillo o fuera de Sonora, los pagaba yo de mi bolsa invariablemente, porque nunca creí justo que mis gustos me los pagara el pueblo de Sonora. Afortunadamente, tengo recursos para hacerlo y aunque procuro gastar sólo lo indispensable, por mi costumbre de ahorrar, tampoco soy "gorrón" del pueblo ni de nadie. de ese dinero que se aho-en verdad, se hicieron mu-unidades sociales-deportivas Estado. Los gastos de mi fa-en la Casa de Gobierno, los EL ESTUE)GAMT8L VISTO FOR UM EX GOBERNADOR PREGUNTA: Oye, Faustino, hay punto que me gustaría trotas* un aquí y que es el problema universitario. Porque, a pesar de la forma tan dramática como tú llegaste al poder, presenciamos con satisfacción que llevaste con armonía tus relaciones con los estudiantes, inclusive cuando af principio de tu administración un grupo de jóvenes hizo depredaciones en el comercio de la capital del Estado, caso en el que actuaste cón energía paternal, pudiéramos llamarla así, y con un dejo de sabiduría que recuerdo que dio óptimos resultados. ¿Nos puedes decir cómo manejaste el problema universitario, dando otros gobernadores habían fracasado? RESPUESTA: — "En efecto, Jesus, me acuerdo muy bien de aquél problema. Yo estaba en Agua Prieta cuando se suscitó un pleito entre los propios estudiantes. Un grupo de universitarios había organizado un baile en donde había sido el casino y después oficinas del PRI y entonces llegaron otros estudiantes, los de la directiva de la FEUS que había atacado al gobernador Luis Encinas Johnson durante mi campaña y se lanzaron contra los que ahí se festejaban, con la intención de desalojarlos. Claro que los otros se defendieron a golpes y como pudieron, rechazando a 'los agresores. Estos, no muy contentos desde luego, se retiraron por las calles con fumbo a la Universidad y se fueron causando daños a negociaciones y a edificios privados. Rompieron vidrios, atacaron una sas trería y la saquearon, desmantelaron un restaurante y así por el estilo. Me avisaron a Agua Prieta e inmediatamente regresé a Hermosillo, donde ordenó una investigación a fondo por la Policía Judicial, para que se detuviera a los responsables de los daños. Al día siguiente, ya tenían a 14 estudiantes bien identificados, detenidos. Como siem pre lo hacen, fueron los directivos de la FEUS a pedirme que los pusiera en libertad. Me juraban y perjuraban que esos muchachos no habían tenido ninguna participación en los desmanes. Una y otra vez les pregunté, con toda seriedad, si estaban realmente seguros de que esos muchachos detenidos eran inocentes. Me aseguraron que así era. Y entonces, les dije: "Esa seguridad con que ustedes se expresan, sólo puede significar que ustedes andaban también en el mitote y por lo tanto, que ustedes saben muy bien quiénes fueron los verdaderos culpables". Unos dijeron entonces que sí andaban, otros que no, y yo les dije: "En realidad sí andaban ahí todos ustedes y tenemos inclusive testigos de que así fue, de modo que es por demás que afirmen lo contrario. De tal manera que si ustedes dicen que los muchachos que están detenidos no fue-