La Literatura Americana está yéndose a los perros Ecos de la Polémica Moheno-Cerna “Culpa es de- los MAGAZINES,” dice Henry Holt quien lamenta la explotación de nombres, y acusa al Gobierno de ayudar a aquellos de manera indebida Por JOYCE KILMER La literatura americana se está yendo a los perros. Los Magazines la empujan de manera rápida en su carrera descendente. Tal fue lo que me manifestó Henry Holt; Henry Holt quien, por muchos años, ha figurado entre los más distinguidos publicistas de libros en el idioma inglés. Y sentados ambos con toda soltura y comodidad en su bien acondicionado despacho de la calle Treinta y Tres, me relató la historia del desarrollo reciente del magazine, refiriéndose especialmente a su influencia corruptora. Cree que la costumbre de hacer sensacional alarde de los nombres de los contribuyentes, es una de las fases más perniciosas del periodismh americano moderno, y expresó el deseo de volver a los tiempos aquellos en que todos los trabajos publicados en los magazines, aparecían sin firma. -r----Ím Su creencia en el valor de las contribuciones literarias anónimas publicadas en los magazines, no se basa enteramente en la teoría: pues ha hecho pruebas prácticas con resultados satisfactorios. Hace dos años que comenzó a dar forma a una publicación tri-mensual. que sólo ha admitido en sus columnas artículos sin firma. T"l éxito de dicha publicación ha sido tal que hasta su título se ha visto camo no adecuado, pues lleva el de The Un-nonular Review (La Revista Impopular). Teniendo en cuenta el sistema de anuncios que. emplean los magazines de mayor circulación, y en que los nombres de nuestros más distinguidos novelistas son anunciados con entusiasmo febril, supliqué al señor Holt me dijera por qué creía en la publicación de artículos sin firma en los magazines, y cuáles eran los resultados prácticos que emanaban de la aplicación de ese principio. Me contesto lo siguiente: “Yo no me decidí por el momento en favor de los trabajos sin 'firma, tan sólo porque me doliera el hecho de que fueran pomposamente anunciados los nombres de los autores, como es costumbre hacerlo en las publicaciones baratas. Estudié el asunto de manera razonada. “El motivo primordial que tuve fué dar a cada artículo el valor que pudiera tener The Review misma en su conjunto. The Unpopular Review, como puede usted ver, es una separación de las muchas fases que caracterizan a las publicaciones contemporáneas, entre cuyas fases se encuentra la explotación de nombres de autores. “Un nombre indica con frecuencia que el trabajo que calza pertenece a un individuo que cree no ser necesario producir lo mejor de que es capaz. Yo creó poder decir que,.por regla general, los colaboradores de The Unpopular Review emplean ■ todas sos energías intelectuales en la preparación de sus trabajos. A la verdad, si alguna vez he creído que no lo han hecho asi, ellos han tenido la bondad de escuchar mis indicaciones encaminadas a excitar todas sus aptitudes en la composición de sus obras. “Para ser franco diré que otro, de mis motivos tuvo su origen en el éxito que, según mis observaciones, han tenido muchas de las novelas publicadas por Roberts Brothers, de Boston, bajo el titulo de No Name Series (Serie de Novelas anónimas). Esta circunstancia produjo una prolongada discusión referente a quienes 'aeran los verdaderos autores, circunstancia que contribuyó a que dicha serie de novelas tuviera resonancia. “Ese, sin embargo, no fué mi principal motivo. Creo poder decir que desde un principio he procurado ver si era posible que mi jilea tuviera éxito, haciendo uso de medios legítimos, y la supresión de nombres de autores formaba'parte de mi plan. “Con respecto a la realización de dicha idea, aunque personas muy inteligentes la han criticado por ambos lados, creo que los individuos de ma yor competencia intelectual la han aprobado. En esta opinión mía, sin embargo, puedo estar influenciado en gran parte por el hecho de que yo mismo la apruebo.” —“Entonces, es su convicción de usted que la explotación de nombres ha estado ejerciendo influencia perniciosa en nuestra literatura", le advertí. —“Con toda seguridad.” contestó el señor Holt. “La explotación de nombres de autores, el uso mismo de notribres en toda publicación periodística, es un sistema que se ha desarrollado en tiempos modernos. Las grandes publicaciones inglesas no estaban amparadas con firma alguna. La explotación de nombres es una fase del mercantilismo en literatura. “Todos convienen en que nuestra literatura se encuentra en malas condiciones. Las publicaciones periodísticas la están mandando a los perros. Y esta degeneración debe atribuirse en gran parte a la explotación de nombres, de lo .cual Tesulca la imposición de un trabajo intelectual demasiado excesivo sobre autores de bien sentada reputación “Los autores reciben más dinero por un trabajo en forma de entregas, que por derechos de propiedad sobre un libro u obra completa. Así, puís en lugar de emplear sus mejores energías en la composición de un trabajo dado, los autores introducen en sus novelas con harta frecuencia, pasajes de extraordinario interés, a efecto de que sean publicadas por entregas, lista es la razón, probablemente) por qué los autores agotan el verdadero interés de sus narraciones antes de ter minarlas, que es para cuando debe dejarse lo mejor del asunto que se explota." —“¿Cree usted," le pregunté, “que el anónimo o sea la supresión de nombres de autores podrá remediar semejante mal?J’ —“Sin duda' que si,” respondió el señor Holt, sin vacilar. “Si no se explotasen los nombres de los autores, éstos no procurarían gastar sus mejores energías con un trabajo excesivo. Apenas tenemos, nosotros los publicistas, un nuevo autor que ha-