— DON QUIJOTE Camina, de quimeras coronado, seco y cetrino, en su rocín mansueto, ceñidos cinturón, adarga y peto y la tizona en el siniestro lado, el inmortal Quijote, el esforzado/ paladín de ideal, loco discreto, enardecido por su amor secreto, distante siempre, pero siempre amado. el mal y el bien luchando por el mundo, en el desierto abrasador, la tienda; y en la profunda obscuridad, la Aurora. Es ficción y es verdad; así el fecundo anhelo va por la entricada senda de la vida falaz y encantadora; ili de “Revista SANCHO PANZA Como saco de gárrulos refranes, obeso, en su asno, con el pelo hirsuto, ladino a veces, a las veces bruto, y trémulo a la voz de los batanes; marcha Sancho en los múltiples afanes del adalid; y engañador y astuto es soez, es glotón, es disoluto, ' y dichoso entre sucios haraganes. Doquier un caballéro empuña lanza, y dice al vulgo: ‘“¡Vamos! ¡Adelante! Para el que lucha el porvenir es rico!" En Hoi Cuatro sonetos a duras penas van, tras la esperanza, el ansia de ideal, en Rocinante; y el sentido común, en su borrico.