Luchemos por una Escuela Modelo. "Ese Superintendente no se Preparó" Francisco Meléndez H. Las cuartillas de hoy están empapadas, más que de una queja de un lastimero ¡Ay! porque el autor tiene conciencia de cuanto pecado se comete en el campo que enmarca la atención de la escuela dominical. Esa conciencia está avivada por el sufrimiento en su propia carne del resultado amargo del defecto del descuido, una vez más ahora denunciado, quiera Dios para arrepentimiento y enmienda. Asi sea. Supongamos que estamos en una reunión de escuela dominical... Los más espirituales han sabido sacar del mal servicio que el superintendente está prestando, el mejor partido. Y... como en la reunión hay una copia del lienzo que bajó tres veces a la presencia de Pedro Apóstol, tenemos en el templo susodicho personas de variada cultura, experiencia y sentido cristiano. Esta es la falta del superintendente: No ha sabido, desplegar con claro sentido de ubicación sus actividades, en una adaptación inspirada: no ha servido a cada quien lo suyo. ¿El resultado? Aquí está: oimos cuchicheos, hay movimiento de inconformidad y desinterés, truenan las bancas, se sacan y consultan los relojes, uno más atrevido se va. dando origen al más lastimero éxodo de los asistentes. ¿Qué es lo que está pasando? Tristemente, la primera parte y la última de la escuela (el servicio devocional, como el de clausura) han sido una concatenación sucesiva de desaciertos del jefe de la escuela, del pobre superintendente, que en manera inequivoca delatan al más pobre en ideas, que aquel oficial no se preparó debidamente —ni en poco— para presidir y dirigir la escuela con efectos de mayor realce y frescura. Deseamos delatar, sin titubeos, la razón, y del mismo modo rogar a todos los superintendentes a nuestro alcance que por amor a Dios y a su labor (al más descuidado le rogaríamos que por lástima al malísimo predicado en que se pone la persona de un superintedente descuidado o perezoso—la pereza es un pecado del que tenemos que arrepentimos ante el Señor) nos cuidemos de obtener buscando, espigar por, pedir a Dios luchando, para alcanzar con oración y desvelos una preparación general conveniente a la posición o necesidad de la escuela que servimos, teniendo como norma el llegar al templo a tiempo y lo mejor preparados en esencia, materia y programa con fin al éxito. Dijimos al comenzar que esto no es en manera alguna una queja en contra de los superintendentes. Empero seria un aviso, un llamado al alistamiento entre los esforzados por Cristo en la educación bíblica. No desacreditamos el talento de algún superintendente. Mas. ellos saben que no es aquello lo que vale ante el pueblo que busca unción bíblica y devota dirección. Todos esos oficiales de primera linea son experi ----------—------------------------------^6------------ 34 EL PROMOTOR DE mentados. Y no es la experiencia humana —a menos que cuadre en un culto de testimonio relatar personales lecciones recogidas— lo que llena el vientre con hambre de los concurrentes que a veces el domingo es el único dia en que pasan por la escuela de la iglesia. Insistir en esa conducta, sería un hacerse sentir non-grato al alma que quiere ver a Jesús. Algo que ayudará mucho en las lides de la escuela dominical es la responsabilidad como timbre característico de aquel como el oficial primero. De ninguna manera hay que atenerse a otros. Debemos en esto usar de la franqueza paulina: "Si, sí, o no, no" para deslindar responsabilidades con franqueza, con un porte valiente en el acontecimiento del deber, aunque ello signifique que carguemos con el Opus —lo pesado— del trabajo. Aceptamos, si. que las revistas son muy buenas: hoy no existe razón para que un oficial no se pueda preparar con tan buen material a la mano. Sin embargo, seria la ciencia: hacer una adaptación de los materiales previstos, y no una obediencia ciega a sus consejos, lo que mejoraría la calidad de servicio en la auxiliar en cuestión. Toda escuela dominical, elige y coloca al superintendente en ese puesto clave, no con la idea de que en sus manos va a morir. Antes, es una escuela medio muerta, la que lo llama, para que a base de inyecciones de ánimo y entendimiento venidos del Espíritu Santo y sus empeños por esa tan buena obra, la reanime, la multiplique, la haga una escuela modelo. Creemos que nuestro superintendente sueña también con una escuela grande en cantidad y en calidad. Entonces, nada más fácil y contingente, que los hermanos que claman y el oficial que sueña, se unan y hagan verdadera labor. Lo más temible, y lo menos de desearse, seria que un superintendente, descuidado en su preparación, íuera un dia colocado en el banquito de los enjuiciados, para recibir su paga. Muchos hermanos nada pueden saber de organización, etc. Pero hay algo en el pueblo, que le hace presentir esta-blecidamcnte, que cuando pasan detalles, como los arriba citados, el superintendente, no vino preparado, no acostumbra prepararse. Prometamos no ser victimarios de nuestra es-cuclita del domingo: no la hagamos resorte de nuestras prolijidades sin enjundia: no la cansemos con titubeos en el trabajo: no la estiguemos con homilías kilométricas que agotan todos los temas menos el que toca a la fecha; tratemos de mejorar. Recordemos la medicina para usarla: "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina: persiste en ello, pues haciendo esto, a ti mismo salvarás y a los que te oyeren" 1 Timoteo 4:16. Curémonos en salud, antes de que sea tarde, persigamos el éxito que no es un trofeo sino una necesidad en la Obra. Así lo Creo Yo Pedro Puig B. Si usted me dice que Jesús fue el mejor Maestro que ha existido, estaremos completamente de acuerdo. Es posible que aun le añada que ha sido el único Maestro. Y esto es completamente lógico, pues si él lo sabia todo, podia enseñarlo todo también. Entre nosotros, los humanos, no sucede asi, pues cuanto más nos empeñamos en investigar y estudiar. más pronto nos vemos obligados a decir con el sabio: "Sólo sé que no sé nada." A los instructores de nuestras escuelas dominicales les sucede esto mismo. Ninguno de ellos puede dar todas las enseñanzas que se pueden sacar de cada texto. Es imposible, pues por muchas que encontremos, siempre quedará una escondida. Si es asi, ¿por qué no hacer de nuestro departamento de adultos y de jóvenes unas verdaderas clases de estudio bíblico? Algunas veces he dudado que en nuestros departamentos hagamos tal cosa. Es posible que sea por mi falta de experiencia o porque he visto pocas escuelas dominicales bien organizadas. Programas de Adoración para las Escuelas Dominicales JULIO 2 Jacob, un Varón de Contrastes Notables Música suave: "Del culto el tiempo llega." Llamamiento a la adoración: Habacuc 2:20, repetido al unisono. Oración: de alabanza y agradecimiento a Dios. Himnos "Con cánticos, Señor." Himno: "Castillo fuerte es nuestro Dios. Lectura devocional: Salmo 91. Plática: Cuando el misionero David Livingstone regresó a Escocia después de haber estado por dieciséis años en el Africa, la Universidad de Glasgow deseaba honrarlo con el titulo de Doctor en Leyes. En semejantes ocasiones, los universitarios solian divertirse a expensas de la person asi honrada; pero cuando cl Dr. Livingstone api., oció en la plataforma, lo recibieron con respeto y reverencia. Estaba delgado y cansado, habiendo sido expuesto por dieciséis años al sol de Africa y por veintisiete veces a ataques de fiebre africana; uno de sus brazos, inutilizado por la mordida de un león, le colgaba a un lado. Era un verdadero héroe, y su misma presencia inspiraba reverencia. Dijo a los concurrentes que regresarla al Africa: y lo que más llegó al corazón de todos fue cuando dijo: "¿Les diré lo que me ha sostenido durante todos estos años en el exilio entre un pueblo cuyo idio- EDUCACION CRISTIANA En estos momentos tengo ante mis ojos el Expositor Bíblico para alumnos. Tome usted uno y observe que la lección está admirablemente desarrollada. Es casi imposible pedir más. Supongan que estudio la lección y que la estudio a conciencia. Cuando llegue el domingo a la clase, si el instructor la explica, añadiéndole algunos detalles y enseñanzas, yo sólo aprovecharé los pocos detalles y alguna enseñanza. La lección la sabia ya. Yo no creo que esto sea una verdadera clase de estudio bíblico. Creo que debe haber algo más. Discutir. Si, discutir, pero no por el mero hecho de llevar la contraria. No. Por afán de penetrar hasta lo impenetrable. Si partimos del punto de que cada alumno estudia la lección en su casa, no tendremos inconveniente en asegurar que cada alumno encontrará, por lo menos, una enseñanza de utilidad práctica. ¿Por qué los demás alumnos deben desconocer estas enseñanzas? ¿Porqué no hacer un intercambio? Este plán ofrece otras ventajas. Ningún instructor quiere que sus alumnos tengan ideas equivocadas, y esto es posible que suceda. ¿Cómo evitarlo? Dele la oportunidad para que la exponga. Entonces se originará la discusión. Algún alumno dirá que no está de acuerdo y discutirá, probando con sus razones la equivocación en que cae su compañero. ¿Y qué hará, mientras, el instructor? Yo me lo imagino como un árbitro en el partido. O mejor aún, como un director de música. Dirigiendo por donde él quiere, aclarando conceptos dudosos: en una palabra, instigando a la discusión, y en consecuencia, al estudio. A esto le daria yo el nombre de clase de estudio bíblico. ¿No creen que llevándolo a la práctica daría resultado? ma no podia entender, y cuya actitud hacia mi siempre era incierta y con frecuencia hostil? Es esto, He aqui, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Himno: "Del amor divino, ¿quién me apartará7 Distribución de las clases. JULIO 9 Moisés: un Caudillo que Dirigió su Pueblo Hacia Dios Música suave: "Nunca, Dios mió, cesará mi labio.” Texto al unísono: Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Salmo 100:1. Himno: “A nuestro padre Dios." Himno: "Jesús, yo he prometido." Lectura: Exodo 19:5. Plática: Dios prometió ricas bendiciones al pueblo de Israel, con tal de que guardasen su pacto. Necesitamos una consagración como la de una señorita de recursos limitados, quien daba abundantemente de su dinero para una pequeña iglesia, y también le dedicaba una parte desproporcionada —según pensaban sus amigos— de su tiempo y esfuerzos. El pastor se decidió a platicar con ella al 35