Escuela Dominical Utilizando el Departamento de Cuna Como un Punto de Apoyo Angela E. Viera Miguel ya no se Ausenta Nancy Brewer Tal vez yo no hubiera sabido que Miguel se ausentaba de la escuela dominical, si su mamá no pasara por mi casa cada domingo en la mañana para ir a su templo. No somos de la misma iglesia ni tampoco asistimos a la misma escuela dominical: pero me habia gustado verla pasar con Miguel y sus dos hermanitas. La primera vez que me fijé en que Miguel no iba. yo estaba sentada en el portal de mi casa, esperando a que Elena terminara de alistarse para ir nosotras a la escuela dominical. —¿Está enfermo Miguel? —Pregunté a la madre cuando llegaron frente a mi casa. — Oh, no —respondió con una sonrisa—: Miguel se quedó en la casa con su papá. Entonces ella y las dos hermanitas apresuraron su paso y siguieron su camino. El siguiente domingo, aconteció que yo estaba nuevamente en mi portal cuando ella y las niñas pasaron. Esta vez no le pregunté por Miguel; pero me di cuenta de que ella temía que lo hiciera, porque iba apurando mucho a las muchachas. Esa tarde vino a visitarme y a platicar acerca de Mi' guel. Dijo: —Yo no quiero que las hermanitas de Miguel sepan por qué lo dejamos perder la escuela dominical. Ellas probablemente dirían algo que lo herirla y no descaria volver a la escuela dominical después de cumplir los nueve años. Los cumple dentro de tres meses. — Miguel está en la clase de principiantes mayores — me dijo—, pero es mucho más alto que los demás niños de su clase, y no se siente a gusto. Las sillas son muy pequeñas para él, y se siente apenado al pasar al frente para poner su ofrenda en la canasta, junto con los demás. Cuando alguien visita la clase, él cree que se le quedan mirando a causa de su estatura: es muy sensible. El padre de Miguel es muy alto y fornido, y es natural que Miguel esté más grande que los otros muchachos de su edad. Y su corazón es tan grande como su cuerpo: siempre ha sido el predilecto de todos los vecinos. Su madre me platicó que habia hablado con la maestra de Miguel y con la superintendente del departamento, a ver si era posible pasarlo al departamento de primarios* pero ambas dijeron que, aunque les gustaria hacerlo, temian que otros niños desearan hacer lo mismo, y que resultaría una confusión en el departamento, antes del dia de promoción. — Su papá y yo hemos considerado el asunto bien —siguió diciendo la madre de Miguel—, y decidimos que seria mejor permitirle que se quede en la casa hasta el dia de promoción, para que no se sienta triste y avergonzado en el salón que ya * Llamamos primarios a los niños de 9 a 12 años, y principiantes a los de 6 a 8; los lectores que llaman primarios a los últimos y primarios superiores a los primeros, hagan la substitución de términos. 28 no le gusta. No pierde mucho. El y su papá estudian la lección juntos, y cuando toco el piano para nuestro culto familiar, toco uno o dos de los cantos que se usan en el departamento de principiantes, para que él no los olvide. También dijo que el padre de Miguel habia tenido la misma dificultad cuando era niño; su madre le hizo asistir a la escuela dominical, y le cobró una antipatía tal que todavía ahora casi nunca asiste. Ninguno de los dos deseaba que sucediera lo mismo con el hijo. — ¿Y qué hace su maestra de la escuela diaria?— le pregunté. Brillaron sus hermosos ojos: —Miguel es un artista —dijo—. Tal vez usted ha sabido de los murales que hizo para la biblioteca y el pasillo de su escuela. La maestra le pide que ayude a los demás niños con sus dibujos, y que vea sus cuadernos y les sugiera maneras de mejorarlos. Le gusta tanto ser ay udante de la maestra que se olvida de su estatura. Todos los niños lo consideran como un amigo y un estudiante aventajado, y él se siente muy feliz en la escuela. Yo sé que cuando Miguel tenga más edad, su estatura será una ventaja: tal vez se destaque en los deportes de su escuela. Pero, cuando tenga más edad, ¿le gustará la escuela dominical? Tal vez sea tan capaz y tan necesario como maestro u oficial como lo es su padre; pero no esté dispuesto a ayudar por causa de lo que sufrió en la niñez. Le dije a la madre de Miguel que él debía seguir asistiendo a su escuela dominical. Para cuando llegue su cumpleaños, habrá perdido todo interés (Pasa a la página 30) EL PROMOTOR DE El valor que tiene el departamento de cuna para el niño que es miembro de él es gran-disimo. Siendo estos ■■ ____ sus primeros contactos ■■ fuera de los del hogar, WW las influencias que re- Wb cibe, aunque no pue- da comprender nada de / vw^r 1° 9ue ah i ve, oye. X o hace, son determi- nantes en lo que es la I base en que descansará su desarrollo futuro. | > «Pero, por interesar asi I k « *3 . a este articulo, nos des- r .. viaremos de este as- Anflda ll. V iera pccto de la importancia del departamento de cuna, para ocuparnos de otro de gran valor: se trata del sugerido en el titulo: Utilizando el Departamento de cuna como un Punto de Apoyo." Todos sabemos lo que es y más de una vez hemos usado cualquier cosa como un apoyo: el niño se apoya en un palo para saltar una zanja o simplemente en el juego para dar un brinco más largo que el que pueda dar por si solo: a veces los principiantes en oratoria suelen apoyarse en algunas palabritas para poder pasar adelante expresando sus pensamientos: uno que quiere introducirse a una sociedad o a un empleo, se apoya en un amigo o conocido que ya está dentro. Generalmente las cosas que se toman por apoyo son tan pequeñas, que al verlas por separado a veces se desprecian por insignificantes: lo grande está en aquello a que conduce su empleo debido. Cuando el Señor envió a los doce a evangelizar, les aconsejó: "sed pues prudentes como serpientes" (Mateo 10:16). Tenernos esto como una amonestación a estar listos, no sólo a evitar el mal. sino también para aprovechar cada oportunidad y cada medio que nos conducirá al mejor éxito en nuestra tarea. Los que trabajamos en una iglesia a veces vamos como aquellos marineros que sufrían sed a pesar de estar navegando en el rio Amazonas donde todavía no ha mezclado sus aguas dulces con las saladas del mar; lamentamos la falta de éxito, la carencia de oportunidades para alcanzar a los inconversos o para interesar a los hermanos indiferentes; pero con un poco de la listeza de la serpiente, nos percataríamos de los muchos medios que tenemos y que no explotamos. Lino de estos medios es el departamento de cuna debidamente usado. Que toda la familia asista a la escuela dominical, por los bienes que ello reporta, debe ser • • ideal de la misma: pero la realidad es que de la mayoría de hogares sólo viene la mitad, y aun los más fieles se ven obligados a hacer lo mismo, por las circunstancias. Para la madre que tiene varios niños pequeños, representa un gran esfuerzo el preparar a todos a tiempo y venir con ellos a la iglesia, especialmente a la escuela que es por la mañana. Sin embargo, las hermanas fieles están dispuestas a hacerlo, pero si en la escuela dominical no hay un departamento de cuna, o el que hay está malamente atendido, todo su esfuerzo será casi nulo y muchas de ellas se retraen de hacerlo EDUCACION CRISTIANA después, pues nada podrán aprovechar debido al cuidado que tienen que tener con los niños que tienen cerca o en brazos, para evitar que interrumpan la clase con su inquietud. En cambio, si ella puede quedar sola para escuchar y estar confiada de que ningún mal sufrirán porque están debidamente atendidos, esc solo hecho no sólo compensa su esfuerzo sino la invita a continuar haciéndolo, ya que la hora que pase en la escuela será para ella, además del provecho espiritual que deriva, un tiempo de expansión. Si es valioso para ayudar a los hogares fieles, la eficacia del departamento de cuna crece, por la misión que desempeña en el caso de hermanos indiferentes que para todo encuentran pretextos y que si pueden tener el de las "molestias" que causa el bebé a la hora de clase, ya se quedan muy a gusto en casa. El funcionamiento efectivo de este departamento hace desaparecer el pretexto. ¿Qué madre no se siente halagada y dispuesta a colaborar, si ve que hay alguien que se interesa por su hijo y quiere hacerle bien? Lo más seguro aquí, es que aquellos padres indiferentes hacia la iglesia, por no privar al niño de la oportunidad que se le ofrece, terminarán por ser fieles ellos mismos. Pero su importancia aumenta cuando lo consideramos como un punto de apoyo para saltar hasta el centro de los hogares y corazones de los inconversos. Dice el proverbio, "quien a mi hijo besa, mi boca endulza." Por rebeldes y duros que hayan sido a cualquier invitación, los padres no podrán negar su atención y amistad a personas que buscan con interés y amor a sus hijos. El primer contacto hecho por las sencillas muestras de cariño al pequeño, que nadie se atreverá a rechazar, puede ser el principio de relaciones que conduzcan a los padres y la familia a Cristo. Los anteriores son algunos de los fines a que puede contribuir el debido mantenimiento del departamento de cuna. Se ve que no sólo es buena, sino indispensable su creación, si queremos realmente tener progreso en nuestras escuelas dominicales y dar las facilidades a que tienen derecho todas las hermanas que con sus niños desean recibir sus beneficios. Pero no es suficiente su existencia; ésta será negativa si no hay atención ade- F Sí hubiera departamento de cuna, esta niña disfrutaría más de su clase.