ebrero REVISTA EVANGELICA 99 tiente en la guerra, que es lo más ontrario al espíritu de Cristo? Bien quisiéramos nosotros que ¡sí no fuera. Precisamente porfue nos hemos considerado siem-en conciencia a de- pre obligados nunciar los errores doctrinales de la religión romana, que creemos desviada totalmente del E-vangelio puro; precisamente porque a causa de nuestra leal franqueza que nos hacia, contra nuestro propio deseo y temperamento, enérgicos y a veces duros en la controversia y nos atraía severos reproches hasta de amigos queridísimos, querríamos ahora, bien lo sabe Dios ver las cosas de otra manera para no cargar la responsabilidad de tanto mal como sufre la España de nuestros amores en estos dramáticos momentos, al clericalismo Pero, ¿cómo es posible negar la evidencia misma? ¿Cómo podríamos disimular o callar en esta crónica que se nos ha pedido lo que los hechos probados, a-plastantes nos pregonan? Militares, falangistas, cedistas carlistas y milicianos católicos, llenos de escapularios, medallas y crucifijos, y vociferando en todos los tonos y por todos los medios de publicidad modernos que se han levantado y pelean por la causa de la religión católica; obispos que presiden Juntas de guerra y publican pastorales predicando la “guerra santa’’ contra el marxismo o comunismo; curas y frailes empuñando el ■aauser y *a ametralladora en los ■entes facciosos y las iglesias y ■inventos convertidos en cuar-■les y fortalezas bélicas ¿no ■ todo esto una prueba definí- tiva de que la Iglesia católica en España es parte importantísima en esta guerra fratricida que nos asola? No se trata ahora ni siquiera como en la ominosa guerra car lista de que tal o cual cura trabucaire salga al campo de batalla a obrar por sí como acto aislado, no; aquí se trata de un acto colectivo, oficial, de la Iglesia como tal Iglesia, que aprueba, bendice y alienta por todos los medios a su alcance, con el concurso directo y unánime de obispos y altos dignatarios eclesiásticos, esta guerra cruel y de exterminio, nunca igualada e n nuestra Historia. ¿Qué no es así? ¿Qué hablamos de memoria, sin datos fehacientes, ya que del campo fascista no sabemos más que lo que los periódicos del Gobierno nos dicen? Bien, admitamos de momento la objeción < y ya es mucho admitir, puesto que en la Prensa leal se dan a cada paso informes fidedignos por captaciones de radios fascistas, de este carácter religioso - católico que muestra la guerra civil) y fijémonos no más en este detalle innegable que vale por todas las pruebas más directas. ¿Dónde está, dónde se ha visto una pastoral colectiva del episcopado español condenando la sublevación, que por ser contra el Gobierno legítimamente establecido y por ser originaria de una guerra civil horrorosa entre hermanos tiene que reconocer la execración más enérgica de los representantes de una religión que se llama cristiana? ¿Dónde está la declaración de! romano