DE LA RELIGION.	^9»
ESPOSIÓ^ON
QUE EL BXMO. AYi:NTAMlBSTO I^; LA CIUDAD DE PUEBLA
DIRIGE A LAS AUGUSTAS CAMARAS DE LA UNION CONTRA LOS CONATOS QUE PARA ESTABLECER LA TOLERANCIA RELKSíOSÍ^TÁRECEN DESGRACIADA-
MENTE EN NUESTRO país:
Señor.—Poseído del mas profundo dolor el Ayuntamiento de Puebla, se ve precisado á elevar su voz hasta vuestra soberanía, p¿r<íg^ica.rle humilde-, mente aparte á la nación del horroroso precipicio á que sus enemigos la arrastran. Se trata, señor, de despojarla de la única joya que Íe-.ha .qi:eda<lo, y de arrojarla envilecida en un abismo: se quiere constituida i^jdgljmayor de los crímenes, para hacer en seguida desaparecer su nombre, y se.pretende, que los hijos infortunados de México no tengan en medio de snsde^rácias ni aun el bálsamo precioso que aliviaba sus heridas, ni la tierna Madre que ha enjugado sus lágrimas.
Después de veintisiete años de revueltas y locuras; cuando por ellas la República acaba de recibir una lección tan dura; cuando nuestras divisiones intestinas no solo han impedido el verdadero progreso, sino que debilitándonos en todos sentidos nos hicieron juguete, de un puñado de cobardes aventureros; cuando esta esperiencia dolorosa debia obligarnos á destruir todos los elementos de la discordia, que tan irreparables males nos ha causado; ehton-. ces; señor, entonces mismo es cuando la sembramos con mas tesón, y como si no fueran bastantes para consumar nuestra ruina los crasísimos errores en que nos han imbuido los liberales ecsaltados, cuyas mácsimas adoptamos ciega y candorosamente, y como si no sobraran para cubrirnos de rubor y de vergüenza los grandes crímenes públicos que ya pesan sobre la nación, se nos quiere arrastrar á otro error mas funesto, y se nos convida con imprudencia á cometer el mayor de los delitos.	.
Vuestra soberanía habrá percibido ya que el Ayuntamiento se refiere al proyecto de tolerancia de cultos, á ese plan parricida que con tanta razon ha llenado de escándalo, á los mexicanos, cuyas ventajas solo han ecsistido en las cabezas de unos cuantos alucinados, y que halaga únicamente á los hombres corrompidos é inmorales, que detestan la Religion porque condena sus errores y refrena sus pasiones. El Ayuntamiento de Puebla no molestará la atención de vuestra soberanía con hacer ver que el establecimiento de la tolerancia es absolutamente ineficaz para producir la colonización, que sin aquella se lograría si hubiera en el páis seguridad y paz: tampoco se esforzará en convencer que aquel proyecto destruiría, si se realizara, la más preciosa garantía que se otorgará á los mexicanos al romper los lazos que los unieron á la España, garantía que, se ha conservado en todas sus constituciones y que están resueltos á defender á toda costa: menos debe el Ayuntamiento advertir á vuestra soberanía que al decretar la tolerancia religiosa; baria el mas atrevido reto al Dios de los ejércitos, atrayendo sobre la nación sus maldiciones, en justo castigo de tanta osadía é ingratitud, el Ayuntamiento, en fin, no pondrá á los ojos de vuestra soberanía el cúmulo de ntales que aun en lo temporal causaría á los mexicanos, sembrando esa nueva semilla de discordia; estas verdades han sido demostradas ya en multitud de escritos luminosos, cuya lectura habrá llenado de vérguenza á esos reformadores ignorantes, áesos.políticos superficiales, que aparentando buscar el bien de la