910 REVÍSTA CATOLICA 28 de Diciembre, 1924* Sur, y con las contestaciones van entretejiendo las memorias para el Congreso. Su organización y representación van a ser poco más o menos como en el de Panamá, pero a razón de seis delegados por cada agencia misionera interesada, más uno por cada $20,000 anuales para esas misiones. Son dignas de especial mención las propuestas hechas por los Comités regionales de Chile y Perú, particularmente las referentes a la selección de delegados, para evitar los “puntos de controversia” que tanta división y antagonismo están excitando en el seno mismo del protestantismo norteamericano; y las referentes a la representación de los “misioneros” del país, y a las discusiones, como exigiendo tener voz y voto en el Congreso y no hacer el ridículo papel de muñecos que van a “aprobar” lo que ya han aprobado los organizadores de Nueva York. También merecerían citarse las propuestas del Congreso Metodista de Panamá (3-13 abril, 1924), para la fundación de un seminario teológico internacional e interdenominational en Montevideo, organización de las escuelas dominicales de toda la América latina, y fundación de escuelas parroquiales de primera enseñanza, imitando así el sistema parroquial de la Iglesia Católica de los Estados Unidos, contra el que tanto han hablado y disparatado los protestantes. Pero preferimos dejar todos estos puntos para otra ocasión, después de celebrado el Congreso. CONCLUSION —¿ QUE DICEN LOS CATOLICOS? 1) Católicos norte-americanos.—Estos ni dicen ni pueden decir gran cosa. Sentimos tener que confesar que con demasiada frecuencia la escasa información que les llega está viciada por la influencia protestante, o por lo menos hostil al Catolicismo. Es verdaderamente necesaria alguna publicación o centro de información que exponga continuamente ante los católicos y ante el pueblo norteamericano en general, los hechos, tal como están sucediendo en la América española, y haga ver cuánto están gastando los protestantes en su campaña. El aislamiento que tanto perjudicó a los protestantes y que ahora están corrigiendo con sus planes de COOPERACION, está perjudicando igualmente a la opinión que se tiene sobre la América española y aun a la causa católica. Por esto los católicos norte-americanos, al ver cómo sus mismos compatriotas protestantes están gastando millones de dólares en esta injustificable campaña, debieran apoyar moral y aun financieramente a cualquiera que se proponga contrarrestar su perniciosa influencia. 2) Católicos hispano-americanos.--También permanecen, en general, bastante indiferentes. De vez en cuando nos toca oír gritos de alerta y aun de defensa, de los puntos en que esa propaganda es más activa y se hacen más palpables sus estragos ; pero todo esto es muy local, y sólo con un plan general y bien organizado, se le podrá hacer frente. Hoy día no tiene ya ningún peso la excusa de que los protestantes no harán nada, excusa favorita de los amigos del “dolce far niente”. ¡ Cosa singular! Se ve a una cuadrilla de bandoleros invadir un país, y en seguida todos, aunque vean que no llegará a apoderarse del Gobierno, se a-prestan a la defensa para evitar siquiera que cobre auge o que infeste otras regiones: ¿g nos hemos de cruzar de brazos ante una verdadera campaña para protestantizar a la América española con el pretexto de que no lo conseguirán? Esa propaganda sistemática está minando la fe de no pocas almas, está trastornando poblaciones antes pacíficas, y esto basta y sobra para trabajar por preservar las almas, las familias y Jos pueblos de semejante contagio. La “preservación de la fe” es más recomendable aún que la misma “propagación de la fe”. El sembrador de la cizaña de la división no duerme. “La antigua discusión—decía el pasado noviembre el Secretario del Comité general de Cooperación—la antigua discusión sobre si la Iglesia Evangélica en medio de su sencillez, puede llegar a satisfacer el temperamento latino amante de aparato y ceremonias, o si están justificadas las misiones protestantes entre los sud-americanos, o si son bien recibidas por ellos—estas discusiones han perdido ya todo su valor ante la luz de su actual desarrollo. En terminología moderna, la Iglesia Evangélica HA LLEGADO YA a Sud-América. Podrán continuar ignorándolo u oponiéndose a este hecho ciertos publicistas, eclesiásticos, políticos y sentimentalistas; pero cualquiera que estudie detenidamente la vida social de este Continente, agrádele o no, no podrá menos de reconocer la existencia de un importante movimiento que va avanzando”.... Llamaba luego la atención al cambio que él mismo ha notado, comparando sus visitas de 1914 con las de 1921, efecto todo eso, según dice él, de “un estudio UNIDO de toda la empresa, de un programa UNIDO de actividad, de la presentación de un frente UNIDO ante el pueblo y de un concepto más lato, más positivo y más comprensivo del servicio que hay que prestar”. No hay que olvidar, además, que al programa de oposición sistemática al Catolicismo, añaden los protestantes medidas tan opuestas a la moral evangélica y al bienestar de las familias y de los pueblos, como la introducción del DIVORCIO y MATRIMONIO CIVIL, la ENSEÑANZA LAICA en las escuelas oficiales, y otras medidas que podrán aparecer muy sabrosas al paladar protestante, pero que no pueden menos de ser muy desagradables al católico, como lo serían a Cristo Nuestro Señor por ser opuestas a su verdadera doctrina. La alianza que buscan, en u-nas partes de un modo y en otras de otro, con los partidos y personajes conocidos por su hostilidad a la Iglesia Católica, aunque sean incrédulos o ateos, y las alabanzas que tributan a esos “héroes” de la “civilización moderna”, pueden ser síntomas de lo que pasará un día, si los católicos, cruzándose de brazos, no tienen valor ni aun siquiera para estudiar y defender por medios legales sus derechos, y hacerse respetar como ciudadanos libres, en su propio país. Estamos aún al comienzo de la campaña, y ya se notan esos chispazos en algunas regiones.