Los presupuestos de Mr. Mchenna Impuestos, impuestos, impuestos— El canciller del Tesoro, Mr. Mcken- na. ha presentado un nuevo presupr.'es-to ante la Cámara de los Comunes. En qué consiste este nuevo presupuesto?”, pregunta un periódico humoristico. “Pues consiste—contesta el mismo periódico—en que poi cada dos libras que usted gane ten-drá usted que darle un impuesto de tres a Mr. Mckenna." La explicación es exagerada; pero no mucho, Mr. Mtkenna ha aumentado en un 40 por 100 el income-tax o impuesto sobre ios ingresos, y. al mismo tiempo, ha reducido de 16U a 130 libras el limite de excepción. Es decir, que si en tiempos pasados los sueldos menos de 160 libras al año es' taban exentos del income tax, ahora debe pagar impuesto todo aquel que gane más de 130 libras. Por un sueldo de tres libras a la semana se paparán al año tres libras con quince chelines y -ocho peniques; por un salario de ocho libras semanales habrá que abonar anualmente treinta y una libras y pico. Ma chos min-stros que cobran sueldos de cinco mil libras perderán ahora más de mil,’ya que tendrán que satisfacer un impues to de mil veintinueve libras. Y a los afortunados mortales que reúnen cien mil libras por año—y en Inglaterra son muchos—les costará la gt.erra una suma anual de 34 029 libras, o sean 170.145 duros. Estas cifras.no han entusiasmado al pais, pero tampoco han-suscitado grandes protestas. Se comprende la ne cesidad del sacrificio para ganar la guerra. ’ “Después de todo—dice mucha gente—, más vale darle nuestro dinero a Mr. Mlckenna que dárselo al Kaiser-----” . Impuestos, impuestos, impuestos^.— Pero no sólo impuestos sobre , los sueldos o sobre las rentas. El libre cambio, que era algo sagrado en Inglaterra, acaba de sufrir un golpe terrible. Mr. Mckenna, en efecto, ha acordado imponer fuertes derechos sóbre varios atículos de importación, y, entre ellos, sobre los films cinematográficos. ~ —¡Pobre Max Linder 1—gritó un diputado al oir a Mr. Mckenna . ¡Tan divertido como era——I . Porque, evidentemente, Max Ltndcr há sido herido de rrtuerte por el canciller del Tesoro inglés. Los derechos de importación de artículos de lujo han sido elevados en un 33 y pico por 100 y por artículos de lujo el señor Mckenna entiende los siguiente: automóviles, bicicletas, relojes, las ya citadas películas cinematográficas, los instrumentos de música y los sombreros. Las fru tas, el te, el tabaco, el cafe y el cacao pagarán el doble de lo que pagaban antes, y el azúcar pagará el cuádru- ple. Mlr. Mckenna conoce a su gente y sabe lo aficionada que es al azúcar y al te. Sólo con el te, el canciller del Tesoro espera obtener un ingreso anual de cuatro millones y medio fie c I Jltimo estilo de medias,y botas libras, y con el azúcar, uno de_____ 11 700.000. No se ha olvidado tampoco el señor Mckenna de los específicos a los que el .pueblo inglés es tan aficionado como al te, y ha duplicado asimismo sus derechos. Las tarifas postales y telegráficas han sido considerablemente aumentadas, incluso las tarifas de Prensa. El franqueo de a medio penique (cinco céntimos) desaparece totalmente, -y con él desaparece una de las cosas más características de nuestra época: la tarjeta postal. Antes de la guerra, la tarjeta postal constituia el medio más fácil de relación entre unos países y otros, y su carácter era perfectamente internacional. Estalló la guerra, y la tarjeta postal se . hizo patriótica: caricaturas contra los países enemigos, retratos de generales, invocaciones alegóricas de las glorias de cada país____’Ahora, la tarjeta pos- tal ha muerto. Requiescat in pace— “Con mi presupuesto—ha declarado el Sr. Mckenna—yo me propongo tres cosas principales: disminuir las importaciones; reducir el consumo, obligando al pais a hacer economías, y, sobre todo, reunir dinero__ Yo diría que el Sr. Mckenna se propone exclusivamente reunir dinero. Los gastos de Inglaterra durante el año financiero de 1915-16 alcanzarán •4a cifra fabulosa de 1.590 millones de libras; es decir,-457 millones más de lo que Lloyd George había calculado. Con los nuevos impuestos, el canciller obtendrá una suma anual de 107 millones 130.000 libras, lo cual es mucho para el contribuyente, pero no és bastante para el país. Y se harán otros presupuestos y se impondrán asi no seria extraño que llegase un día en el cual hubiese, efectivamente, que darle al Tesorero tres libras por cada dos que se ganasen. Julio CAMBA.