AIM te df- la mano, Y fuiste reparada Donde tu madre fuera violada. ESPOSA Nuestro lecho florido, De cuevas de leones enlazado. En púrpura teñido. De paz edificado. De mil escudos de oro coronado. A zaga de tu huella. Los jóvenes discurren el camino, Al toque de centella, Al adobado vino, Emisiones de bálsamo divino. En la interior bodega De mi amado bebí, y cuando salía Por toda aquesta vega. Ya cosa no sabía Y el ganado perdí que antes seguía. Allí me dió su pechó, Allí me enseñó ciencia muy sabrosa, Y yo le di de hecho A mi, sin dejar cosa. Allí le prometí de ser su esposa. Mi alma se ha empleado Y todo mi caudal en su servicio. Ya no guardo ganado. Ni ya tengo otro oficio: Que ya solo en amar es mi exercicio. Pues ya si en el exido De hoy más no fuere vista ni hallada, Diréis que me he perdido, Que andando enamorada Me hice perdidiza, y fui ganada. De flores y esmeraldas En las frescas mañanas escogidas, Haremos las guirnaldas, En tu amor florecidas, Y en un cabello mío entretegidas. En solo aquel cabello Que en mi cuello volar consideraste, Mirástele en mi cuello, y^en él preso quedaste, Y en uno de mis ojos te llegaste. Cuando tú me mirabas, Su gracia en mí tus ojos imprimían; Por eso me adamabas, Y en eso merecían Los míos adorar lo que en tí vían. No quieras despreciarme, Que si color moreno en mí hallaste Ya bien puedes mirarme, Después que me miraste, Que gracia y hermosura en mí dexaste. ESPOSO La blanca palomica / Al arca con el ramo se ha tornado, ) Y ya la tortolica Al socio deseado En las riberas verdes ha hallado. En soledad vivía, Y en soledad ha puesto ya su nido, Y en soledad la guía A solas su querido, También en soledad de amor herido. ESPOSA Gocémonos, Amado, Y vámonos a ver en tu hermosura Al monte y al collado, Do mana el agua pura; Entremos más adentro en la espesura. Y luego a las subidas Cavernas de_J*s-piedras nos iremos, Que están pi$ií escondidas, Y allí nos 'entraremos, Y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías Aquello que mi alma pretendía, Y luego me darías Allí tú, vida mía, Aquello que me diste el otro día. El aspirar del aire. El canto de la dulce Filomena, El soto y su donaire, En la noche serena Con llama que consume y no da pena. Que nadie lo miraba, Aminadab tampoco parecía, Y el cerco sosegabá, Y la caballería A vista de las aguas descendía.