Tijuana, B. C. Viernes 27 de Junio de 1975. mUERHSE DE HDIDBRE ED ID "POLItlR DUHILIHB Ho Escarmentó un Traficante Sinaloense A pesar de haber cum-piído una sentencia de tres años en la Penitenciaría del Estado, no logró escarmentar José Rosario Sánchez Angulo, quien fue detenido en posesión de más de medio kilogramo de heroína. Sánchez Angulo llegó a Tijuana procedente d e I tranquilo y primaveral pue blo sinaloense de Mocori-to, pero equivocó el camino y se dedicó al tráfico de . drogas, en mediana escala. Esta actividad tuvo como precio la pérdida de la libertad de José Rosario durante tres años consecutivos, pero ahora volvió al penal de La Mesa acusado del mismo delito: dedicarse al tráfico de estupefacientes. Agentes de la Policía Judicial Federal lo detuvieron en una casa sin nú- (Pasa a la Página 7) Es denigrante y bochornoso el aspecto que presentan algunos agentes de la sección auxiliar del Departamento de Policía y Tránsito de Tijuana, Baja Cfa. No es nuestra intención insultar a estos cumplidos guardianes del orden público, quienes sin ninguna prestación de parte del gobierno municipal y mucho menos de los gobiernos del Estado y Federación exponen su vida diariamente al vigilar de noche las moradas de los habitantes de esta descuidada población. Los policías auxiliares, auxiliares de la policía especial auxiliares de la policía preventiva y hasta de las judiciales y de los "influyentes" a quienes también auxilian cuando se van de vacaciones o comisionados al extranjero, cuidándoles sus hogares, son sin lugar a dudas, la casta más desprotegida de las múltiples policías que existen en la ciudad de Tijuana, y quienes pagan todavía por pertenecer a ese cuerpo policíaco. Los policías auxiliares a quienes se les puede distinguir por su atuendo multico- No escarmentó y volvió a expender heroína J. Rosario Sánchez Angulo ROBRBRR VEHICULOS rllr, PERO LOS UERDIRR Wl Peligroso trío de individuos que robaban automóviles en poblaciones del sur de California, Estajos Unidos, fueron capturados aquí por agen tes de la Policía Judicial del Estado, Segundo Sector. Rafael Cuevas Márquez, de 59 años, Manuel Cuevas Reza (alias "El Gato"), de 24 y Rodolfo Benítez Domínguez, son los nombres de los sujetos que se internaban a territorio estadunidense con Un ejemplo de la pobreza en que el municipio tiene hundidos a los agentes de la Policía Auxiliar. desmantelaban y los vendían por piezas entre sus amistades y algunos propietarios de "yonques" poco escrupulosos. No fueron pocos los automóviles que los maleantes robaron en el extranjero, y así lo Reconocieron al rendir declaraciones a los agentes de la Policía Judicial del Estado que les echaron el guante. Mientras tanto, los policías captores hacen las investigaciones correspondientes para dar con el paradero de posi- (Posa a la Página 7) el único propósito de cometer sus fechorías. Sólo que robaban allá y vodían aquí. Dicho en otras palabras trasladaban los ve- indicador CONSEJO EDITORIAL Godofrtdo Monge Lópox. Roberto Confreres M. Carlos Lhárrage KM RECTOR Roberto Contreras M. FOTOGRAFIA Servicies Gráficos Unidos ARTE Y FORMATO Luis Femando Pereyra Z. FOTOTECNIA Leopoldo Smith Parra Impreso-en Industrias Lito Tipográficas Ttjueno Santiago de la Crui-51 Col. Ruir Cocines TELEFONO 3-10*13 Registro en Trámite Toda aorrespondeocle y ▼aloros deberá» ser e*vU-4ei el directo». En un taller Improvisado, ubicado en la colonia Libertad, Rafael Cuevas Márquez, Manuel Cuevas Reza y Rodolfo Benítez Domínguez desmantelaban automóviles robados en Estados Unidos para posteriormente venderlos en Tijuana. PAGINA 3 PUHTO •MIO" ML Fiscales Federales que Actúan al Revés Hasta lo increíble puede suceder en Tijuana, como en el caso de las declaraciones-denuncia en contra de dos agentes del Ministerio Público Federal y dos jefes de grupo de la Policía Judicial, federal también, destacados en esta frontera. Fiscales federales y jefes de grupos policiacos, según un acusado de robo y usurpación de funciones, son los responsables de incrementar el tráfico de drogas, aun cuando sus funciones deban consistir en lo contrario. . El acusado de robo y usurpación de funciones, Alfredo Díaz Mongil, abiertamente señaló al licenciado Enrique García Garay, fiscal federal, y a los jefes de grupo de la Policía Judicial del ramo. Rogelio Muñoz y Mario Peña, como los que se apoderaron de más de una tonelada de mariguana y más de nueve millones y medio de pastillas tóxicas. Todo esto confiscado a traficantes de droga. Para aseverar lo anterior, Díaz Mongil señaló I que pudo constatar ese punible delito en vista de i que durante algún tiempo estuvo como aspirante a i una plaza de agente de la Policía Judicial Federal, por lo que enfatizó que mariguana y sicotrópicos fueron trasladados a Estados Unidos. Debe entenderse que el enervante y dicho producto químico fueron sacados de Tijuana rumbo ai '■! extranjero para su venta, cuyo producto, se deduce, J fue repartido entre ¡os jefes de grupo de la Policía Judicial Federal y el fiscal García Garay. La tajada del león se entiende fácilmente en manos de quién quedó. Todo esto hace pensar que es hasta cierto punto tolerable, pero no perdonable, que individuos venidos del interior de la República vengan a enlodar j el nombre de Baja California. Pero tratándose do todo un agente del Ministerio Público Federal, senci-llámente no tiene nombre. Y lo que es peor, el fiscal García Garay en vez de procurar mantener limpio moralmente al Estado 29 se empeña en mancharlo, sin siquiera importarle que él es nativo de esta Entidad. Para ser precisos, el referido funcionario nació en Isla de Cedros, ju- || risdicción del municipio de Ensenada. I Mas no se crea que el denunciante se quedó en la cárcel a responder de los delitos de que se ie acusa. Todo lo contrario, fue puesto en libertad bajo h fianza, cuando ni él mismo lo esperaba. No es de du- I darse que el propio fiscal y sus subordinados, los jefes de grupo, hayan intervenido para legrar la libertad del detenido. Si esto sucedió, no es de dudarse que el acusa-do de robo y usurpación de funciones desaparezca del mundo de los vivos, porque, como se asienta al principio, hasta lo increíble puede suceder en la ciu- ¡j dad de Tijuana! Por Contreras MEDINA DE DOCE HORAS" Con voz mal intencionada dijo el médico al paciente: Tómese una cucharada después de cada accidente. WWtiHWs 5^5^