Ario ii Laredo lex., Jueves 2 de Febrero de 1893^ Num. 315. EL 60MIE0 DE LAREDO. PERIODICO IMPARCIAL Y DE NOTICIAS. SUPLICA. La hacemos a las personas siguientes: para que se sirvan mandar pagar lo que adeudan a esta casa, por suscricio- nes y trabajos. José Quesada, de Calaveras.... I 8. 50. Ensebio Díaz, Matehuala........ 11. 00. Abraham Mejia, Texarkana.... 4, 50. Ramon B. Villareal,^Austin. ... 2. 50. Lie. Vicente Elizondo, Parras.. 5. 50. Ignacio A. Vega, Gral. Bravo.. 7. 50. Guadalupe S. Cortez, Saltillo.. 5. 50. Agustin Gonzalez, Saltillo..... 7. 00. Blas Madrid Valles, Gonzalez .' 3. 00. Alfonso Uranga, Laredo.........I 1 88. Continuara la lista en nuestros pro ximoR ndmefos. • ©@sr®i©s@3irBse "EL CORREO DE LAREDO” saldrá loa Mártes, Juévos y Sábados. Impórtala suscricion,siempre adelantada: Porun mes.........1087 ota. Por seis meses ..S.OO ets. ForunaCo........; 3.50 AVISOS Poruña pulgada, al mes.. $1.00 Anuncios locales, diez centavos por linea. En aviaos de mas de cuatro pulgadas se reba-ará un 10 por cíente. Se admiten remitidos á seis pesos columna ó fracción de ella. , No se devuelven originales, aunque no se publiquen. ,2 La correspondencia debe odfrljlrse á JUSTO CARDENAS. Laredo, Tex, Box 117. Registrado en Laredo, Texas, como articulo de segunda clase. Editor: JUSTO CARDENAS “El. CORREO DE LAREDO." Laredo, Texas. Sobre el mismo tema. Decíamos hace poco que oonaidf ramos detestable la costumbre adoptada por gran número de mexicanos, de de* clarar en todo caso que en Mé xico no hay progreso, movimiento, ni vida comercial, y demostramos cuán equivocados están esos mexicanos, y cuán ridículo es el papel que hacen como detractores de su propia patria. Pero aun hay otros mexicanos peores todavía, que con mucha prosopopeya contestan á todos los argumentos con la razón toral de los tontos: la comparación; y precisamente tomando á Estados Unidos co mo tipo de perfección y de a-delanto, de riqueza, de libertad y de civilización. Esos mexicanos, que no conacen á México, ni se han formado una idea del carácter de los mexicanos, ni siquiera se han tomado el trabajo de estudiar la formación respectiva de las dos naciones, (México y Estados Unidos) para que sus comparaciones partan de bases conocidas, cometen dislates imperdonables en sus estúpidas comparaciones, pues olvidan que la colonización inglesa en America‘tuvo por ba-‘ se única la destrucción completa de fa raza indígena, de la que no quedaron ni huellas^ sustituyéndola con la conquistadora, que de ese modo lué formando desde luego pueblos cultos, instruidos y trabajadores, mientras que la colonización hispana en América, más humanitaria, conservó á la raza indígena, procurando educarla y prepararla para el banquete de la civilización en no lejana época, y que, por lo mismo, los pueblos fundados por la conquista española eran informes, semisalvajes embrio narios. Así cuando Estados Unidos efectuó su independencia, su trabajo de organización fué nulo, y las mismas leyes inglesas, las mismas costumbres y hábitos, le dieron una existencia práctica y progresista, siendo la única dificultad presentada desde su independencia á la feche, la que se ofreció con la supresión de la esclavitud. México, al contrario. Dividida la población en clases; con tres cuartas partes de su población indígena, ignorante, humillada, acostumbrada al despotismo mas odioso, ejercí do por la corona, por la iglesia y por las clases privilegia das, tenía que luchar heroicamente después de la independencia, en suprimir al pária y crear al ciudadano; en destruir el fanatismo despótico de la Iglesia y asentar la autoridad del Estado, en una palabra, tuvo que crearlo todo. Se comprenden, pues, las luchas intestinas que por mas de cincuenta años asolaron el territorio de ' México, y se comprenden sus vacilantes a-vahees en la vía del progreso. . Pero de ahí a suponer qué no avanza, porque no se ha puesto al nivel de otras naciones, y especialmente de Estados Unidos, media un abismo, porque entre México y Estados Unidos no hay un solo punto de comparación. México, en ochenta años, hi zo su independencia, creó su nacionalidad, diametralmente opuesta en su forma, en sus instituciones, en su modo de ser, á la de antigua metrópoli, y Estados Unidos nada tuvo quecrear. México tuvo que formar al ciudadano, educarlo y prepararlo para las instituciones liberales, destruyendo el fanatismo, las clases y la opresión de todo género.- Tuvo México que orear al propietario, porque en loa omi nosos tiempos de la conquista no había mas propietarios que la corona, la Iglesia y loa descendientes de los conquistadores, y si solo hubiera conseguido esto, habría hecho mu cho mas que lo que podía esperarse de un pueblo en poco mas de medio siglo de existencia. Y una prueba de que México ha trabajado con energía, de que, como nación progresis ta y de porvenir, tiene pocas que se le igualen en la historia de todo el mundo, es que, luchando contra las costumbre» y la ignorancia de su pueblo* mismo; contra el poder del conquistador, contra el dominio espiritual, eminent» fanático y absorvente de la Iglesia; conrta la riqueza ó influencia de las clases privilegiadas, y contra la ambición misma de Estados Unidos y de algunas naciones de Europa, una prueba, repetimos, de la virilidad del pueblo mexicano, es que, luchando contra tantos elementos, d^ra mando la sangre á torren tes, sin dinero en sus cajas, casi sin industria, esteriliza dos sus campos por las conti nuas luchas intestinas é internacionales, ha sobrevivido, y restablecida la paz, surge vigoroso, afianza su crédito, y en solo doce años de paz, ha podido emplear sobre 96 millones de pesos en subvencionar ferrocarriles que den impulso á la agricultura, á la industria y al comercio; ha podido gastar enormes cantidades en redes telegráficas y te-