S' 3 £ ■ » LA PEXUMBIÍA —-¡Estáis en vuestro juicio, Señor de Montesinos! t —Las pruebas de lo dicho en mi cartera Guardo para probarlo si eti-preciso; y en el ropero de ella, no Jo dudo Que encontrareis justificante alguno. —De -vos no me despido Que os debo de encontrar dentro una hora. Y volviendo la espalda Don Comelio, ‘ Dejó á Don Lauro triste y confundido: Quizá ya arrepentido, •. x Espantado tal vez de su locura. Don Comelio llegó á su domicilio - J Y, perdonad que calle por ahóra La escena quo pasó en aquel recinto Entre él y Magdalena..».. ¿ Porx> T^to después, quizá á la hora. Ella quedaba al lado de sus padres Que con profunda pena ■ -' Supieron por Cornelio lo ocurrido. En tanto que á plaza se y oh ja El esposo ófendiao, 5 ’ Buscando á Montesinos. Llega: ie encuentra y á mortal "cómbate En el acto lo reta, . > t . ¡ Mas Don Lauro nó acepte Por qué comprende al fin su disparate* y Su locó proceder, to villanía; . ;u í.,/ Comprende qué; el eastjgo. del^l^a = 7 llegaer tan sólamenté Sobre el, y no tocar al inocente. No le llenan disculpas ;a Cornelio Ni aceptá las proteste^ ijtte fe Ofrece, Quien abusó qe Ja amistad un dia t Cotí ta!:¿iiíismbiy tentá-íéKmiaT »O It aS El juzga que la ofensa Qpe^un hidalgo.rtoibe;.i ;oLl No se W^sipo , Aun cuando lo coiitrano sti pretepíb,, 1 ‘!*‘ies.a .flP® er]ni oerehn> :dioTd, No es otra que el aniór que en mala hora Comfié á aquella mujer, como os lo dije Ocultando su nombre. Entonces.¡lo reqijerdo y mas so aflijo Mi débil ctiíazo»!?'? ? Repelisteis él Consejó que /olvidara Un íimor criminal que debería /Causarme sufrimientos algún día; / /'.Y lejos de seguir ten previsora Y aeertada medida; p j; p ? Arrebatado en brazós^del destino Me dejé copd^ir p0r el camino Dé la pasión tóentida, Que cuaut^Vtitó "í Ras cerca estaba su pofetrerb diq/ v-.^ Pues bien, mujer;ij|ié/ya qdorába ! Con un amor eterno y aiii segundo, " Me ha dicho que la olvidé^ quó/én el mundd puedqjhy^r sino a^sot solo esposo; ^qSi fuei'a/así.qgizé la olvidaría T- Con mas § tímaos Baqriti^io|nn dia; x éUa^limMtpíiíS jlbsiénes ib VZPor cé^d^^ítíoSá^.^. vw cimnd¡iiriiiM§2¿ aníé,. lósblb^éngah^ wuugigndo el corazón fibra poi; fibrrfX MK^Í^bqini^e mentía: ... \ Que bíÍQ41val su^teydW pyMo 1 ov que mte^tet^Jjiéertóodesto Comparándose al de él en esta Villa. --:-t:u Liichatjeonfra ese amahte yono puedova ¡ pHe jumdp^wgarme, >y el deseo : p . x De llegar a obtener ¡úlgun reposo .. i . ; .: ¿ , <) de q,ue sufran lo qué yo he sufrido, q i? -Me diee que delate unte el esposo * < -f t. j, .Que! hasta hoy como inocente se ha tenido, A la adúltera; esposa y al amante.v v —Jamás de un caballero Sería esa conducta semejante: ¿No veis que la venganza alcanzaría A herir un inocente: l^nsii^ Jó que^el. jlf •• Al abrir en su pecho tal herida? Vengaos en buena hora del amante, Vengaos en buena hora do la esposa; Mas no, no arrebatéis en la caída A un ser infortunado que reposa La calma apetecida. Si no es indiscreción qué yo pregunte Como Quevedo pregnntiu’ soliii: ¡Quien e^ elUt y quien éZ! Quizá daría U n consejo mejor, ya conociendo A una y otra persona. --Está mi corazón hecho pedazos. De ira y de veneno ya rebosa; ..XJ“iéféjs sfilicrTo? sea: ?? * " , .7 ' —-La adúltera mujer es yiióétra esposa, El amante Don Diego de" Vércé, ~ -'i V z ♦ 'í. 5 4 / T a: A ■jf: f G'J ■a. ÜJ i2ÍExa.^p..ui:)i bífílíií . ubrp;