Dil d.L. ANDRAS . CANDIDATO^. Mucho ha Cambiado la Mentalidad de los Maestros; Ahora son Borregos! o 9 CANDIDATO ► > D-PüT^ Irresponsablemente los maestros dependientes de los sistemas educacionales, federales, estatales y municipales han venido suspendiendo sus actividades docentes pora participar en la campaña política en favor de su líder nacional, profesor José Luis Andrade Ibarra, so pretexto de que fue designado candidato del PRI a diputado federal por uno de los distritos bajacalifor-nianos. Lo anterior ha originado que lo niñez que asiste a centros primarios oficiales se queden sin clases como .Mario Ezcurdiaiji * Precandidatos de ¿Who? ¿Who? * Urgen trescientas biografías Empezaremos con historia antigua, a manera de ejemplo de la situación actual. Sucedió en Inglaterra el siglo pasado, cuando Ben-jamín Disraeli creó su primer gabinete. El rey, medio sordo, replicaba al escuchar cada nombre ¿Who? ¿Who? Al escás-) oído del monarca se sumaba la poca fama de los integrante* del nuevo gobierno. Con ese nombre se hizo famosa el gabinete: era el de ¿Quién? ¿Quién? Cosa muy parecida cabe decir de los precandidatos priístas a la diputación. Si se exceptúan una docena —más o menos— de nombres, los demás' resultan des-ccr.ccidos o, como dice con sarcasmo la voz vernácula, "conocidos en su casa". En rigor, no está mal que un precandidato sea conocido "en su casa", es decir, en su barrio. Es ahí donde deten votar por él. Pero lós diputados, contra lo que mucha gente piensa, no son representantes dé los distritos, sino de la nación en su conjunto; en tal virtud, el país entero necesita saber quiénes son los que aspiran —con bastantes probabilidades de éxito, dado el partido que les postula— a representarlo. La lista del PRI ha sido ya calificada de mediocre y desilusionante, adjetivos que parecen guiarse más por la mala imagen —ganada a pulso— de varios precandidatos y por el desconocimiento de los posibles méritos, de los demás. Se comprende que esto último suceda puesto que en una nación de casi 70 millones de habitantes, sólo por milagro podía haber un conocimiento más c menos generalizado de las biograffas.de 300 precandidatos. Diríase, pues, que el PRI está incurriendo en el pecado de desinformación, no interior, sino hacia el resto del país, que es quien debe conocer ios méritos —si los hay— de los aspirantes a diputados. Por principio, cabría decir que en la lista del PRI-puede encontrarse un cierto porcentaje —¿tres, cuatro por ciento?— de candidatos dignos de elogio; otro por-centáje —bastante mayor— notoriamente criticable y una gran masa de desconocidos para la opinión pública. Cira cosa: cabe deducir, ante ciertos nombres aparecidos en las listas, que la selección se realizó —cuando menos en parte— "a la antigüita”. O sea, satisfaciendo les intereses no sólo de los sectores, sino también de los grupos de presión. Va un ejemplo. En la lista de precandidatos para el Distrito Federal, aparecen dos nombres que representan a las dos fracciones de los camioneros. No se trata de un gremio de trabajadores o de un aasociación de modestos propietarios —como lo fue al principio, hace ya muchos años— sinc de dos grupos de poderosos y multimillonarios hombres de empresa que se disputan la hegemonía en el dominio del servicio de autotransportes citadino. Son ellos quienes tienen gran responsabilidad en- el hecho de que sea la nuestra la ciudad que ostenta un lamentable campeonato: la del peor transporte colectivo en todo •el mundo. Si por ese método surgieron los demás cuya trayectoria se desconoce," mal está la cosa. Parece imprescindible, así, cue el PRI se apresure r proporcionar ’a biografía de sus precandidatos para tranouilizar a la ciudadanía. Digo, en caso de que tales biografías sean tranquilizantes. por ejemplo, el día en que llegó a la ciudad de Mexicali el dirigente en el país del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), hecho que causó enorme disgusto a muchos millares de padres de familia Según eso las clases fueron suspendidas debido a que el SNTE, o sea el profesor José Luis Andrade, giró órdenes de que sus representados le hicieran una recepción multitudinaria, sin importar siquiera que solamente sea candidato del PRI a .uno soló de los distritos electorales que tiene Baja California. Lo más o menos aceptable hubiera sido que solamente los maestros del distrito que seguramenté Andrade Ibarra representará en la Camara de Diputados hubieran acudido a recibirlo, pero eso no sucedió. Andrade Ibarra quería apantanar, quería hacer alarde de tuerza y arrastre políticos^ sin importarle un comino que lo niñez dél todavía joven Estado 29 se quedara un día sin asistir a clases. Una vez más se puso de manifiesto el aborregamien- to de los que deberían ser guias de la niñez, situación que hace pensar que los maestros oficiales tienen casi en el bote de la basura el titulo normalista que obtuvieron después de estudiar para ejercer lo que antes fue respetable y considerado como apostolado. A esa clase de actos multitudinarios solamente iban, en cuanto ordenaba el líder, peones de albañilería, estibadores, macheteros, aseo-dores de calzado, etc., pero ahora ya eso es usual entre ciudadanos estudiados, como en el caso de los maes tros, que de ninguna manera deben convertirse en carne de mitin tan sólo porque lo ordena el sindicato, y con mayor razón descuidando sus obligaciones como forjadores de los mexicanos del mañana. Lo peor de todo es que las autoridades del ramo, o sea la Secretaría de Educación Pública (federal y estatal) se hacen de la vista .gorda ante la irresponsabilidad del líder magisterial convertido en candidato y la de los maestros que ahora muestran mayor interés por la actividad política que por impartir enseñanza entre la niñez de Baja California Norte. Mucho ha cambiado la mentalidad de los maestros. Antes era orgullo ser guia de la niñez, mientras ahora esa otrora noble actividad está relegada a segundo término, porque los profesores ya no anhelan convertirse en directores de escuelas o en inspectores de zonas escolares sino que sus ambiciones abarcan desde una regiduría hasta una guber-natura, aunque los niños salgan de las primarias ineptos para cursar la enseñanza media o alguna carrera corta. Al Magisterio está pasándole lo que al periodismo . Es decir, de una profesión^ noble y respetable pasó a ser un oficio cualquiera, gracias a la sed de poder y a las ambiciones políticas de los que deberían ser ejemplo para las nuevas generaciones. Los profesores han perdido su respetabilidad al mezclar su noble misión con la política. Y pensar que el futuro de nuestro Estado, está en sus manos.