Cl omíAgA» «f U aUmwiok RECIEN El período llamado del recién nacido comprende las dos o tres primeras semanas de vida, y se caracteriza por una lucha del niño con el medio que lo rodea; es decir, de su estancia en un medio líquido, en un claustro con temperatura siempre constante, donde recibe un alimento ya preparado, listo para ser asimilado; donde, en fin, no tiene que hacer ningún esfuerzo ni para respirar, porque todo esto lo recibe de la propia madre, pasa a un medio seco de temperatura siempre variable. Por eso aquí deben comenzar los cuidados de la madre y de las personas que lo rodean, tanto en el vestir, como en el alimento que se le tiene que dar. El promedio de peso del recién nacido es de tres a tres kilos y medio; sin embargo, no son raros pesos más altos o más bajos. La talla es de 49 a 52 centímetros; perímetro craneal, 34 centímetros; perímetro torácico, 32 a 33 centímetros. Signos de madurez, o buen desarrollo, es la buena distribución del panículo adiposo, pequeña fontanela (mollera) cerrada. Después del nacimiento viene una baja del peso corporal llamada pérdida fisiológica del peso, originada por la escasa alimentación inicial, pues el pecho es insuficiente ¡os primeros días, ya que el niño recién nacido no está acostumbrado a tomar alimento por sí mismo, y además, el estómago del lactante es de poca capacidad. Esta pérdida de peso dura normalmente de seis a ocho días, empezando entonces a recobrar el peso de los catorce a los quince días. • Médico del Hospital México Americano (Bautista) de Guadalajara, México. íóm dkl NACIDO Per el Dr. Jeeé Seurfovel * Paralela con la pérdida fisiológica de peso se presenta la fiebre transitoria, teniendo de 38 a 40 grados centígrados; es una fiebre de sed que desaparece pronto dando al pequeño suero glucosado al 5%, o alguna tisana; esta fiebre se presenta en un 20% de los casos; pero en la mayoría de los casos la temperatura es ligeramente inferior a la normal y por eso tienen los pies fríos, y los dedos y los labios azulados. Cuando existe esta condición no debe quitarse el unto sebáceo que cubre la piel, ya que se absorbe o se seca y cae pocos días después del nacimiento; pero si se quiere, cuando la temperatura del niño haya vuelto a lo normal, puede limpiársele la piel de los cúmulos mayores de unto sebáceo, frotándola suavemente con un algodón estéril empapado en aceite vegetal o en parafina. Siendo el bebé de esta edad tan sensible a los cambios del ambiente, se vm-tirá rápidamente y se pondrán bolsas de agua caliente envueltas en una franela en la cuna donde va a ser depositado en adelante, porque de ninguna manera ocupar* la misma cama que la madre, y se colocará la cima en un cuarto tranquilo. Se evitar* en lo posible la luz demasiado fuerte, no porque le produzca daño, sino porque le produce un estímulo bastante doloroso, que muchas veces lo hará llorar. Volviendo a la limpieza del cuerpo, diré que el baño debe ser a diario, con agua tibia, a 36.7 grados centígrados, en un cuarto tibio. Este baño debe ser rápido, y luego secar al niño con dos lienzos diferentes; en esta forma se lograr* que el cuerpo del bebé quede bien seco, listo para recibir el talco. El sueño del recién nacido es profundo y casi continuo durante los primeros seis días. Aquí es donde comenzará su educación, y por tal motivo se acostumbrará al niño a permanecer en la cuna cuando está despierto, y a que él solo se duerma. El pasearlo, mecerlo y otras costumbres semejantes no son sólo innecesarias, sino perjudiciales, porque se provoca en ellos un estado de agitación y algunas veces hasta vómito, o el acostumbramiento. El cuarto del niño deberá estar orien- IL HOGAR CRISTIANO tado de tal manera que loe rayos de sol entren directamente, sobre todo en invierno, para que se caliente el ambiente; pero siempre que la temperatura no pase de 21 grados centígrados durante el día y que por las noches no baje de 16. El cuarto debe también estar bien ventilado; pero sin corrientes de aire. Se abrirán las puertas y ventanas sólo cuando el niño esté fuera del cuarto; dos veces al día, mañana y noche. Todo esto se dice tratándose de un niño normal. La vestimenta del recién nacido deberá ser ligera y tibia, de telas que no irriten la piel, sobre todo tratándose de la camisa y los pañales; yo siempre aconsejo para estas prendas telas de algodón, aunque pueden ser de lino, rayón, seda, lana o mezclas de estas fibras; pero es mejor usar éstas para ropas de cama o vestidos superficiales. Las prendas de vestir también deberán ser amplias, para facilitar los movimientos del bebé, y también para facilitar quitárselos cuando se han ensuciado. “Alimentación del Recién Nacido** No me cansaré de recomendar a clientes y amigos que la lactancia natural, directa del seno materno, es saludable y providente, y casi no tiene problemas. Los principios en que se basa no han costado gran esfuerzo al cerebro humano: apenas el indispensable para distinguir y codificar las leyes instintivas de la maternidad y de la infancia más tierna. Siendo la lactancia materna un fenómeno biológico natural, los niños de ayer, de hoy y de siempre han sido y serán bien alimentados con o sin consejos o indicaciones médicas. Algunas consideraciones sin embargo, son necesarias en nuestros tiempos con respecto a la técnica de la lactancia materna. El antiguo sistema del horario de tres horas estrictas, entre una tetada y otra, y durante éstas de diez a quince minutos, estaba basada en estudios sobre el vaciamiento gástrico del lactante que generalmente, pero no siempre, es de dos a dos horas y media. Antiguamente, en nuestro medio, se hacía gran énfasis en estas recomendaciones, tratando de corregir el libre albedrío de las madres que con frecuencia pasan el límite de la anarquía y el desorden; pero se olvidaba, al mismo tiempo, la personalidad biológica del niño que autoregula sus demandas de alimento. En mi país, la inmensa mayoría de madres pertenecen al medio rural, en donde desconocen el reloj, y sin embargo han criado niños sanos y robustos, alimentados por pecho exclusivamente. Hay IL HOGAR CRISTIANO que recordar a las madres, que la glándula mamaria o pecho evoluciona hacia la producción de leche desde los primeros momentos de la gestación, se desarrolla y funciona paralela y simultáneamente al desarrollo y la fisiología del organismo parásito, de manera que al término del embarazo, que respecto del feto significa madurez para la vida autónoma, el organismo materno se haya automáticamente listo para desempeñar el importante papel de proveedor nutricio de la nueva criatura. “Alimentación por autodemanda" El recién nacido ha abandonado un ambiente muelle y de temperatura ideal, en donde el alimento se le proporciona de manera constante; los rigores físicos del nacimiento y los ajustes son tremendos, por tanto somos culpables de superficialidad si intentamos imponer hechos o costumbres de nuestra civilización muy temprano en la vida del recién nacido. Por tal motivo es de aceptarse y recomendarse que sea el propio niño el que dé la pauta para el horario de su alimentación. Esto es lo que se llama “régimen de< autodemanda” o de “libre regulación*' del lactante. Esta clase de alimentación se manifiesta por una rápida emergencia de un ritmo de hambre, de modo que el horario de tres o cuatro horas se alcanza, naturalmente, a las pocas semanas de edad, porque siendo el recién nacido tan pequeño, no conoce del mundo que lo rodea otra cosa que el hambre, la comida y la satisfacción; pero un niño bien abrigado sólo puede recibir frustaciones y desengaños del hambre. El bebé experimenta hambre a tiempo diverso, y el alimento debe proporcionarse en este momento con objeto de evitar frustraciones y la consecuente inseguridad. La repetición de esta experiencia puede garantizarnos un recién nacido seguro, y a partir de entonces, el proceso civilizante y con arte, logra formar seres útiles dentro de la sociedad. La posición que debe guardar el niño, será formando un ángulo de 45o. con relación al eje del cuerpo materno en el momento de estar dando el alimento. Inmediatamente después de que el niño ha quedado satisfecho, es bien conocido por las madres y la necesidad y utilidad de erguir al pequeño y golpearle suavemente la espalda, con el objeto de que eructe y así dé salida al aire que ha pasado al estómago. No tenemos por el momento ninguna información exacta sobre la tendencia dominante en la alimentación infantil; pero la mayoría de nosotros los médicos (Pasa a la página 19) 15 14